Las FDI, fundadas en 1948, son una de las fuerzas armadas con mayor entrenamiento combativo en el mundo, habiendo tenido que defender al país en seis guerras importantes. En la actualidad, los objetivos de seguridad de las FDI son defender la soberanía y la integridad territorial del Estado de Israel, disuadir a todos los enemigos y reprimir todas las formas de terrorismo que atentan contra la vida cotidiana. Sus principales tareas incluyen consolidar los arreglos de paz; garantizar la seguridad global en la Margen Occidental en coordinación con la Autoridad Palestina; luchar contra el terrorismo, tanto dentro de Israel como más allá de sus fronteras; y mantener una capacidad de disuasión para evitar el estallido de hostilidades.
Para asegurar su éxito, la doctrina de las FDI a nivel estratégico es defensiva, mientras que sus tácticas son ofensivas. Debido a la falta de amplitud territorial del país, las FDI deben tomar la iniciativa cuando parezca ser necesario, y en caso de ser atacadas, transferir rápidamente el campo de batalla a territorio enemigo. Si bien siempre han sido superadas numéricamente por sus enemigos, las FDI mantienen una ventaja cualitativa, desplegando sistemas de armamento avanzados, muchos de los cuales son desarrollados y fabricados en Israel para sus necesidades específicas. El principal recurso de las FDI, no obstante, es la alta calidad de sus soldados.
Preparadas para la defensa, las FDI mantienen un pequeño ejército permanente (formado por conscriptos y personal de carrera) con capacidad de advertencia temprana, y una fuerza aérea y marina regulares. La mayor parte de su fuerza son reservistas, que son llamados regularmente a entrenamiento y servicio, y que en tiempos de guerra o de crisis son rápidamente movilizados a sus unidades desde todo el país.
Las tres ramas militares de las FDI (fuerzas de tierra, fuerza aérea y marina) funcionan bajo un comando unificado, encabezado por el jefe del estado mayor general, con el grado de teniente general, que es responsable ante el ministro de Defensa. El jefe del estado mayor general es nombrado por el gobierno, por recomendación del primer ministro y el ministro de Defensa, por un período de tres años que usualmente se prolonga por un año adicional.
Soldados varones y mujeres de todos los rangos sirven hombro a hombro como técnicos, especialistas en comunicaciones e inteligencia, instructores de combate, cartógrafos, personal administrativo y de ordenanza, operadores de computadoras, médicos, abogados y otras tareas similares. Un número cada vez mayor de mujeres se incorporan últimamente a unidades combatientes.
Las FDI se preocupan de la educación y las necesidades sociales de sus soldados, y organizan para ellos asimismo actividades recreativas y culturales, así como servicios de apoyo personal. A los reclutas que tienen una educación incompleta se les da la oportunidad de mejorarla, y los oficiales de carrera son estimulados a cursar una carrera civil a expensas de las FDI durante su servicio. La integración de soldados recién inmigrados se facilita por medio de cursos especiales de idioma hebreo y otros programas.
Activas desde su creación en las tareas de construcción nacional, las FDI brindan además educación compensatoria y suplementaria a poblaciones civiles, y contribuyen a la integración de los inmigrantes en la población. En tiempos de crisis o emergencia nacional, las FDI responden de inmediato y asignan personal entrenado para cumplir tareas esenciales o llevar a cabo misiones especiales.