ECONOMÍA: Cuadro económico

ECONOMÍA: Cuadro económico

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    A pesar de la recuperación económica sigue siendo frágil, y puede ser demasiado pronto para declarar la victoria sobre la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión, ha transcurrido tiempo suficiente para evaluar los factores que suavizaron paseo de Israel durante la crisis.​​​
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    Foto: I. Sztulman
     

    El primer factor fue el carácter conservador del sistema bancario de Israel, lo que significa que no se expuso de manera significativa al mercado de alto riesgo que derribó algunas de las grandes firmas de Wall Street, y también que las reservas eran suficientes para asegurar a los inversionistas de la seguridad del sector financiero de Israel.

    En 2008, Israel había visto a cinco años consecutivos de fuerte crecimiento - más de un 5 por ciento cada año - lo que lo dejó en una posición fuerte para hacer frente a la recesión. El déficit se ha reducido, llegando a cerca de cero en 2007, y la relación entre deuda y PIB había disminuido de más de 100 por ciento a un récord de 77 por ciento, lo que permite un margen mayor para el gobierno de los gastos durante el período de carestía.

    La inflación, una vez la pesadilla de la economía de Israel, había sido controlado por las políticas agresivas desde la desastrosa crisis de la década de 1980, ayudando a crear confianza de los inversores y dar estabilidad económica y seguridad para los israelíes.

     

    Israel ha desarrollado una serie de diferentes sectores de exportación, especialmente de fabricación hitech, lo que permite una cuenta corriente más equilibrada entrando en la crisis.
     

     

     
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  • Israel, enfrentado a la recesión

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    Principal arma de Israel para hacer frente a la recesión fue una agresiva política monetaria, la cual, bajo la dirección de Stanley Fischer, Gobernador del Banco de Israel, tuvo tasas de interés a mínimos sin precedentes. La sabiduría de Fischer de ser uno de los primeros banqueros centrales para reducir las tasas de interés - y, más tarde, siendo uno de los primeros en criarlos ya que la crisis se desvaneció - jugó un papel crítico en permitir a Israel mantener las tasas estables del PIB incluso cuando las exportaciones cayó. De hecho, Israel fue una de las pocas economías occidentales que muestran un crecimiento positivo para 2009.

    La agresiva política monetaria permitió al gobierno mantenerse al margen de gasto deficitario pesado. La medida del gasto de emergencia de Israel fue bajo en relación con otros gobiernos, por lo que no se enfrenta a las presiones de la deuda de montaje en Europa y en otros lugares.

     

    La política monetaria del Banco de Israel también llevó a la apreciación del shekel israelí, poniendo presión sobre los exportadores. El banco logró algo en el control de la subida del shekel por medio de compra de grandes cantidades de moneda extranjera, especialmente dólares estadounidenses.

     

     

    Control de la inflación

     

    Desde sus comienzos hasta el año 2000, la economía sufrió por el alza de los precios, pero gracias a un mecanismo de reajuste periódico de sueldos, los asalariados pudieron superar sus efectos. Al mismo tiempo, todos los compromisos financieros, alquileres, cuentas de ahorro, pólizas de seguro de vida, impuestos, etc. se reajustaban automáticamente en relación con algún índice considerado estable (tipo de cambio del dólar, índice de precios al consumidor u otros), para mitigar el impacto de la inflación. Por lo tanto, aunque la tasa anual de inflación fuera de un dígito (mediados de los 50 hasta fines de la década del 60), de dos dígitos (década del 70) o tres dígitos (primera mitad de la década del 80), los israelíes lograron mejorar su nivel de vida. Sin embargo, la economía en general sufría de la inflación (por ejemplo, por una baja disposición a invertir), cuyos efectos se agravaban en parte con el sistema de los reajustes, hasta que a mediados de los años ochenta la situación llegó a una seria crisis.
     
    En el verano de 1985, con una inflación del 445% en el año anterior, que amenazaba con subir en ese año a cuatro dígitos, el gobierno introdujo un programa de emergencia para estabilizar la economía. La tasa de inflación anual descendió al 185% en 1985 y al 21% en 1989. Desde entonces ha seguido en descenso, hasta llegar al 7% en 1997 y por primera vez en la historia, a cero en el año 2000. También por primera vez en la historia, en 2003 hubo una caída real de los precios, con una inflación negativa del -1,9%. Durante la recesión, la tasa de inflación se le permitió aumentar a medida que el Banco de Israel redujo las tasas de interés para estimular la economía, pero el banco central ha mostrado su voluntad de reanudar la lucha contra la inflación a medida que cambia la situación económica mundial, por ser el primero en el Oeste a elevar las tasas de interés.

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  • El sector público

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    El alto nivel de gasto público, en particular la carga causada por el déficit presupuestario del gobierno, siempre ha sido la principal causa de la elevada inflación en Israel. Todos los recursos que el gobierno puede recaudar para financiar el presupuesto (fuentes internas y externas, préstamos y pagos obligatorios por el público - impuestos directos e indirectos) son insuficientes para cubrir los gastos, y se encuentra a sí mismo varias veces obligado a recurrir al financiamiento inflacionario. Esta enorme carga del sector público se debe principalmente a los gastos de defensa pesada y la necesidad de pagar la deuda interna y externa, dos elementos que sólo en los últimos años se han reducido a partir de dos terceras partes a menos de la mitad del presupuesto del gobierno.

    La búsqueda de la viabilidad económica también requería control de la inflación, reducir el déficit de balanza de pagos, y mantener un rápido crecimiento económico, todo lo cual se requiere recortar el gasto público de alta, mientras que la economía de Israel creció. La elevada proporción del gasto público al PIB se ha reducido a la mitad en comparación con lo que era hace 25 años, de 95 a 43 por ciento del PIB entre 1980 y 2009. En 2006 se registró un superávit en la balanza de pagos y el déficit presupuestario se redujo a un 0,9 por ciento del PIB. La agresiva apretarse el cinturón se relajó durante la recesión, con un déficit del 5 por ciento del PIB, sigue siendo mucho menor que el gasto de la mayoría de los gobiernos occidentales.

    Aunque el gobierno sigue estimulando las iniciativas económicas privadas, su política tuvo éxito en la reducción de la participación real en los negocios a través de sus privatización, que en 2005 se obtuvo un ingreso de casi $ 3 mil millones.

     

  • El sistema impositivo

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    Para financiar su enorme gasto público, Israel tuvo que recaudar impuestos elevados. Durante años los ciudadanos israelíes soportaron una de las más altas cargas impositivas del mundo. En los primeros años después de la independencia, los impuestos equivalían a la octava parte del PIB; en los años 60, la proporción subió a la cuarta parte del PIB, oscilando entre 30 y 40% del mismo en las décadas del 70 y del 80. En los años 90 fue en promedio menor del 40%, y en el año 2000, del 40,3%. La carga impositiva de los israelíes descendió al 39,3% del PIB en 2003, y en 2009 bajó al 31,5%, debajo del promedio de los países de la OCDE en 2004, que era de 35%.

    El principal impuesto indirecto es el IVA (Impuesto al Valor Agregado) que es del 16%. Además, existe un impuesto sobre la venta de automóviles, combustibles, cigarrillos y alcohol. Las importaciones de la Unión Europea y de los  Estados Unidos están exentas de aranceles aduaneros, pero las procedentes de otros países deben pagar derechos de aduana.

    Los impuestos directos (impuesto sobre la renta e impuestos a la propiedad), que hasta fines de los años 50 reportaban al Estado menos de un cuarto de todos los ingresos tributarios, subieron a casi un tercio de la recaudación a principios de los 70, a cerca de la mitad a comienzos de los 80, y alcanzaron el 45 porciento en 1986. Posteriormente la proporción de los impuestos directos disminuyó al 39% en 1995, y desde entonces ha fluctuado entre esta cifra y el 42% en 2006. 
     
    En los últimos años se vienen introduciendo cambios en el sistema impositivo para integrar a Israel más firmemente en la economía mundial. Como parte de esta política, los aranceles aduaneros e impuestos a las importaciones siguen disminuyendo, el impuesto a las sociedades bajó a 25% en 2010 y se espera poder reducirlo a 18% en 2016. Se planea también rebajar gradualmente la tasa marginal del impuesto sobre la renta al 42% en 2012 y al 39% hasta el año 2007.
     

  • Consumo privado y ahorro

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    El consumo privado ha aumentado casi sin interrupción desde 1950. Desde 1960  el índice de crecimiento ha sido del 6% anual por término medio. Incluso durante el año de la recesión de 2009, el consumo siguió creciendo, aunque a un tipo reducido del 1,5 por ciento. El consumo fue particularmente fuerte en bienes no duraderos, que aumentaron un 2,5 por ciento en 2009, uno de los factores que facilitan el paseo relativamente suave de Israel durante la crisis.

    Ello no obstante, el ahorro privado ha sido constantemente significativo. Hasta fines de los años 50, el ahorro privado nunca fue menor del 29% del ingreso privado disponible. A principios de los años 60 la tasa cayó al 21%, pero en 1972 volvió a subir al 38% e igual cifra se registró en 1981. Desde entonces ha ido disminuyendo hasta el 26% en 2009.  

     

  • Inversiones

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    La tasa de ahorro, aunque elevada, nunca bastó para financiar las enormes inversiones efectuadas en una economía en rápido crecimiento (en general, de 20% a 30% del total de recursos disponibles). Por ello, gran parte de la inversión se tuvo que cubrir con transferencias de capital público y privado del exterior y también de forma directa por el sector público, mayormente por el Estado. Durante el último decenio, la inversión total aumentó de US$ 17.000 millones a US$ 22.800 millones entre 1995 y 2000, declinó luego durante tres años y volvió a crecer en 2007 a US$ 24.000 millones.  De hecho, Israel estaba viendo notable interés de las partes totalmente nuevas para el escenario económico local. Aunque la inversión dejó como resultado de la crisis financiera, la tendencia a largo plazo es uno de confianza muy fuerte de los inversores y la emoción de invertir en Israel, debido a su entorno dinámico, las empresas de alta tecnología.

    Muchas inversiones de capital privado, nacional y extranjero, se efectuaron gracias a los estímulos y el aliento proporcionados por el gobierno, con base en las distintas versiones de la Ley de Incentivos a las Inversiones de Capital que se adoptaron a lo largo de los años. En virtud de esta ley, el gobierno atrajo a los inversionistas ofreciéndoles préstamos a largo plazo (a tasas de interés favorables), así como donaciones directas, como porcentaje de la inversión total, y financiamiento de IyD.
     
    También se otorgaron reducciones o exenciones de impuestos con el mismo propósito, de acuerdo con la contribución de determinada inversión a la implementación de políticas económicas, tales como la dispersión de la población, el fomento de las exportaciones u otras. Esta ayuda puede explicar por qué se registró en los años 80 una acumulación de capital social (capacidad de producción) a un ritmo superiror al del crecimiemto del PIB. En algunos sectores este exceso de capacidad de producción facilitó el rápido despegue de los años 90.​

  • Salarios y condiciones de trabajo

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    Los salarios en Israel se fijan mayormente por negociaciones tripartitas entre la Confederación General de Trabajores de Israel (Histadrut), la Asociación de Empleadores Privados y el gobierno, que es aún el mayor empleador del país y cuyo escalafón salarial tiene un peso considerable que influye en todos los sectores de la economía.

    Los acuerdos así alcanzados establecen un marco de referencia para los distintos sectores de la economía y fijan también (con cambios ocasionales) una pauta de reajuste automático de los salarios en relación con el aumento del índice de carestía de la vida, como compensación por la inflación. Por ello, la escala salarial es más bien rígida, sobre todo en los niveles más bajos. Las olas de desempleo en Israel no afectaron significativamente los salarios, aunque en períodos de escasez de mano de obra suben los salarios con mayor elasticidad allí donde la demanda de personal es mayor.

    Sin embargo, durante la reciente crisis, los mercados de trabajo mostró una gran flexibilidad. Muchos trabajadores se comprometieron a reducir sus horas o tomar recortes en los salarios en lugar de enfrentarse a la posibilidad de despidos. Esto a su vez contribuyó a estabilizar los mercados de trabajo y alentado la confianza del consumidor positivo, que a su vez ayudado a impulsar el consumo interno.
     
    En junio de 2008 el salario mensual en Israel en promedio nacional era de NIS 8.075 (unos US$ 2.250). Las condiciones de trabajo en los distintos sectores económicos se establecen en convenios colectivos negociados entre patronos y trabajadores, pero las normas básicas se determinan por ley. Éstas fijan una semana de trabajo de 47 horas como máximo (aunque en 2006 en el sector comercial, fue de 40 horas semanales o menos) y un salario mínimo (NIS 3.850 mensuales en 2008, unos US$ 1.000), así como pago por horas extra, indemnizaciones de despido, vacaciones pagadas y licencias por enfermedad con disfrute de sueldo.
     

    La Histadrut – Confederación General de Trabajadores de Israel fue fundada en 1920 como una federación de organismos sindicales para representar a los trabajadores y al mismo tiempo crear industrias. Con el tiemp llegó a convertirse en el mayor empleador de Israel y desempeñó un papel importante en el desarrollo del país.

    En la actualidad la Histadrut agrupa a 700.000 miembros afiliados a 78 sindicatos, que atienden a la organización del trabajo a nivel local, firman convenios colectivos y supervisan su aplicación. La mayoría de los ramos de empleo están representados: alimentación, textiles, hoteles, turismo, funcionarios del Estado y de organismos públicos, oficinistas, ingenieros técnicos, enfermeras, jubilados y otros. Algunas profesiones tienen sindicatos propios, independientes: médicos, ingenieros, maestros, profesores universitarios y periodistas.

    La Histadrut ya no posee la misma fuerza de antaño, a medida que un número creciente de trabajadores se emplean con contratos personales o a través de agencias de personal.