El nasí (presidente), ostenta el antiguo título del jefe del Sanhedrín, el ente judicial y legislativo supremo del pueblo judío en la Tierra de Israel en los tiempos antiguos. El presidente es el jefe del Estado; su cargo simboliza la unidad del estado, por encima de la política partidista.
El presidente, es elegido por simple mayoría de los miembros de la Knéset entre los candidatos presentados, sea por su capacidad personal o por su contribución al estado. La legislación vigente (adoptada en 1998) fija la duración de su mandato en siete años, sin reelección.
Las funciones del presidente, en su mayoría protocolares y formales, están definidas por ley. Incluyen presidir la sesión inaugural de cada nueva legislatura; designar a un miembro de la Knéset para formar un nuevo gobierno; aceptar las credenciales de los enviados extranjeros; firmar tratados y leyes adoptadas por la Knéset; nombrar los jueces, el gobernador del Banco de Israel y los jefes de las misiones diplomáticas en el extranjero, de acuerdo a la recomendación de los organismos pertinentes; conceder indulto o conmutar las penas de presos, asesorado por el Ministro de Justicia. Además, el presidente lleva a cabo funciones públicas y tareas informales tales como atender peticiones de ciudadanos, otorgar prestigio a organizaciones comunitarias y reforzar campañas para mejorar la calidad de vida en la sociedad en general.