El ataque al Consulado estadounidense en Benghazi, Libia

Ataque al Consulado estadounidense en Libia

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     The New York Post
    Otro golpe en la guerra de los islamistas
    Por Amir Taheri
    13 de septiembre,2012
     
    El ataque al Consulado estadounidense en Benghazi, Libia, es el último trágico recordatorio que América está en guerra.  Christopher Stevens, embajador estadounidense en Libia, y otros tres americanos muertos son las últimas víctimas de una guerra que comenzó décadas atrás.
    Para aquellos que lo conocían, el embajador Stevens fue un modelo de calidez, decencia y comprensión. Durante el doloroso conflicto en Libia para sacudir el despotismo, jugó un rol crucial en ayudar a movilizar la opinión internacional a favor del levantamiento popular. Para muchos libios, no solo fue un amigo sino algo así como un héroe.
     
    Entonces, ¿quién fue responsable del ataque?   Los informes iniciales sugirieron que el grupo salafista Ansar al-Sharia (Compañeros de la Sharia) podrían ser los responsables, pero el grupo negó, con rapidez,  su involucramiento. El hecho que el ataque tuvo lugar en el aniversario del 11 /09 sugiere que quien lo haya orquestado puede tener conexiones con el grupo terrorista conocido como Al-Qaeda en el Maghreb islámico, dada la obsesión de los Qaedistas con los aniversarios.
     
    La redada Benghazi coincidió con un ataque similar, aunque menos trágico, a la Embajada estadounidense en Cairo. En ambos casos, la excusa fue la publicación en YouTube del avance de un film en el que el Profeta Mohammed, supuestamente, es insultado. El corto revela una mezcla de ignorancia y prejuicio, pero no tiene nada que ver con el gobierno estadounidense o el pueblo americano.
     
    Todo lo que los "ghazis" (atacantes) en El Cairo y Benghazi querían era una excusa. La encontraron en el corto. 
     
    La Embajada de Cairo y el consulado de Benghazi no son las primeras misiones diplomáticas en ser atacadas por los autodenominados "ghazis" del Islam. La toma de la Embajada estadounidense en Teherán (1979)  inspiró a otras incursiones en Indonesia, Pakistán, Afganistán, Irak, Arabia Saudita, Yemen, Líbano y Somalia, más Kenia y Tanzania, donde los ataques a embajadas estadounidenses costaron miles de vidas.
     
    América está en guerra no porque los americanos lo quieren, sino porque hay islamistas que creen que, EEUU, es el último obstáculo que permanece ante su sueño de sojuzgar a los "infieles" a través del terrorismo apodado como "jihad".
     
    Los terroristas siempre pueden encontrar  excusas para los ataques hacia diplomáticos estadounidenses. El Ayatola Khomeini invocó la última admisión del Sha a un hospital en Nueva York.
    En los años ´80, en Beirut, la excusa de Hezbollah fue la intervención estadounidense para evitar la guerra civil en Líbano.
     
    En 1989, la novela de Salman Rushdie "Versos satánicos" fue un pretexto para los ataques a las misiones diplomáticas en varias naciones musulmanas- a pesar que Rushdie fue ciudadano británico de origen indio y el editor del libro era  británico.
     
    América está en guerra no porque lo quiere, sino porque quienes sueñan con revivir el califato islámico temen a su atracción cultural y política tanto como su poder militar y económico.
    En Libia, los partidos islamistas sufrieron una contundente derrota en las primeras elecciones nacionales libres. Mahmoud Jibril, líder de la ganadora Alianza Nacional de Fuerzas, declaró  los "lazos cercanos con EEUU" como un aspecto clave de su programa.
     
    Mohammad Mursi, miembro de Hermandad Musulmana hasta su elección como Presidente de Egipto, describió  la Primavera Árabe como "un movimiento para la democracia y la dignidad", no  la Sharia islámica.
     
    El principal líder islamista de Túnez, Rachid al-Ghannouchi, visitó EEUU para demostrar "admiración y respeto" por América.
     
    Las incursiones en Cairo y Benghazi reflejan no solo el odio de los grupos islamo-fascistas (mezclado con un resentido sobrecogimiento) por América, sino además un creciente temor que parte del movimiento islamista pueda estar sucumbiendo a la seducción por parte de EEUU.
    La intensificación del  sectarismo dividido  dentro del islam puede alentar ataques anti-americanos como táctica de diversión. Incapaces de acordar en lo que es el Islam, los grupos islamistas rivales puede focalizarse en lo que no  es el Islam y EEUU, con su énfasis en las libertades individuales y la libertad de credo y expresión, es un potente símbolo de lo que desprecian.  
     
     
     
     
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