Dejen de echar la culpa a los asentamientos israelíes
Los complejos de departamentos judíos no están impidiendo la paz – es la negativa de los palestinos a negociar lo que la impide.
Por Michael Oren*
New York Daily News
11 de diciembre, 2012
En el año 2005, Israel desplazó a los 21 asentamientos judíos en Gaza, desalojando a sus 9.000 residentes, con el fin de avanzar hacia la paz. Pero, durante estos últimos siete años, Israel fue el blanco de, aproximadamente, 9.000 misiles terroristas desde Gaza. Claramente, los asentamientos no son la razón. En cambio, es la determinación de nuestro enemigo de negar, al Pueblo Judío, el derecho a la independencia en nuestra patria ancestral.
Es por esta razón que los árabes palestinos lucharon, durante décadas, para evitar el establecimiento de Israel en 1948 y, por qué, durante los siguientes 20 años, los ejércitos árabes intentaron destruirnos (antes que hubiera un solo asentamiento). Es esa, y no el asunto de los asentamientos, la razón por la cual los palestinos rechazaron los ofrecimientos israelíes de un Estado en la Margen Occidental y Gaza en el 2000 y el 2008. Y es por esa razón que, el mes pasado, Hamas ha lanzó en Gaza aún más misiles contra Israel, y por qué la Autoridad Palestina de la Margen Occidental se rehusó a negociar con nosotros durante los últimos cuatro años. En cambio, declaró la soberanía de manera unilateral en una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas, que rechazaba cualquier tipo de seguridad para Israel o reconocimiento de éste como Estado Judío.
Israel, por su parte, reconoce a los palestinos como un pueblo que podría tener un Estado si sus líderes aceptaran sentarse, con nosotros, y resolver los complejos asuntos que existen entre nosotros. Uno de esos temas son las fronteras e incluye los asentamientos, que crearon – parafraseando al Presidente Obama – “nuevas realidades demográficas en el lugar”. Aquellas realidades incluyen los vecindarios de Jerusalén (construidos después de 1967), hogar de más de la mitad de los residentes judíos de la ciudad, y a sólo unos pocos minutos del centro. Los sucesivos gobiernos israelíes insistieron que, Jerusalén, permanezca como capital unida de Israel. “Sé que se trata de un asunto difícil para los palestinos”, dijo el Primer Ministro Benjamin Netanyahu durante un Congreso, en el 2011. “Pero creo que, con creatividad y buena voluntad, se encontrará una solución”.
Además, están los asentamientos de la Margen Occidental. Esas comunidades brindan una profundidad estratégica a nuestras fronteras que, antes de 1967, eran tan estrechas que las atravesaban unos 12 km. Pero la Margen Occidental – Judea y Samaria – también es el lugar de nacimiento de nuestro pueblo, nuestras tierras tribales. Las ciudades de la Margen Occidental de Belén, Hebrón y Jericó aparecen en la Biblia, pero Haifa en el Israel moderno no aparece. Los asentamientos reflejan el derecho de un pueblo a vivir en su patria. Estamos dispuestos, penosamente, a cumplir con ese derecho si los palestinos aceptan vivir con nosotros en paz.
Sin embargo, todos los asentamientos suman un muy pequeño porcentaje de la Margen Occidental. La mayoría están concentrados en bloques que se convirtieron en suburbios de Tel Aviv y Jerusalén. Todos – americanos, israelíes y palestinos – entienden que esos complejos siempre permanecerán como parte de Israel, incluso si se negocia un Estado palestino. Toda la construcción recientemente aprobada por el Gobierno israelí fue en Jerusalén y esas áreas.
También lo fueron los planes preliminares para la construcción en el área conocida como E1, aprobados la semana pasada. E1 es un tramo de desierto, de menos de 3 km de largo, que conecta a Jerusalén con su suburbio de Ma’ale Adumim, hogar de 40.000 israelíes. Todos los Primeros Ministros israelíes, en los últimos 40 años, incluyendo a Ehud Olmert e Yitzhak Rabin, planificaron construir en E1 con el fin de evitar el aislamiento de Ma’ale Adumim. Esa construcción no dividirá, como afirman los palestinos, la Margen Occidental. Sólo miren el mapa: E1 no obstruye, de ningún modo, el acceso palestino de Ramallah hacia Jericó y Belén. En una solución negociada de dos estados, los túneles cortos - debajo de E1- pueden conectar Ramallah con los vecindarios palestinos en Jerusalén.
Durante su discurso en el Congreso, Netanyahu admitió que “algunos asentamientos van a terminar más allá de las fronteras de Israel”, luego de un genuino acuerdo de paz. Israel se compromete a alcanzar ese objetivo, y los asentamientos no serán un obstáculo. Junto con Obama, cuyo apoyo al derecho de Israel a la autodefensa y su pedido de conversaciones directas israelí-palestinas fueron inquebrantables, estamos dispuestos a realizar el difícil trabajo de la pacificación. Incluso hoy, después de todos los misiles terroristas y la negativa a nuestros derechos, permanecemos ante la mesa de negociaciones, esperando a que los palestinos se nos unan.
*Oren es Embajador de Israel en los Estados Unidos.