La base del sistema de salud de Israel, que incluía una red nacional de
servicios de prevención, de diagnóstico y de tratamiento, fue sentada aun antes
de la independencia, por la comunidad judía del país junto con las autoridades
británicas que administraron el país de 1918 a 1948.
Así, al proclamarse la independencia, la infraestructura médica de Israel ya
estaba bien desarrollada, las vacunaciones eran cosa habitual y los sistemas de
prevención funcionaban cabalmente. Sin embargo, en los primeros años del Estado,
los servicios de salud tuvieron que enfrentarse de nuevo con algunos de los
problemas ya superados anteriormente, para hacer frente a las necesidades de
cientos de miles de refugiados de Europa y de los países árabes. Estos problemas
se resolvieron mediante un intenso esfuerzo nacional, que implicó otorgar
servicios especiales e implantar un amplio programa de educación para la salud y
de medicina preventiva.
La población de Israel recibe atención médica a través de una amplia red de
hospitales, clínicas, centros de medicina preventiva e institutos de
rehabilitación. La atención hospitalaria incluye los más avanzados
procedimientos y técnicas, desde fertilización in vitro, exploración
computarizada por CT e IRM y cirugía cerebral avanzada hasta trasplantes de
médula ósea y de órganos.
Los centros de atención materno-infantil, para la madre durante el embarazo y
para el niño desde el nacimiento hasta la primera infancia, ofrecen revisiones
prenatales, detección precoz de impedimentos mentales o físicos, vacunaciones,
exámenes pediátricos periódicos y educación para la salud.