"La salida de los judíos de los países árabes: un éxodo silencioso"
Desde 1948 hasta el final de los años 60, 780.000 judíos emigraron, fueron expulsados, escaparon o simplemente abandonaron los países árabes. 780.000 personas salieron de Marruecos, Túnez, Argelia e Irak, así como de Egipto, Siria, Líbano y Yemen.
Judíos cuya lengua materna era en ocasiones el árabe pero también en otras su primer idioma era el español, el francés o el inglés, según las costumbres y las leyes del lugar en que vivían. Judíos que habitaron durante siglos, incluso durante miles de años junto a las poblaciones autóctonas, antes incluso de que estas conociesen siquiera el Islam.
Las razones por las que estos judíos dejaron sus países de origen son múltiples y variadas. A veces estas razones estuvieron ligadas a los mismos procesos históricos como el nacionalismo judío (sionismo) o el nacionalismo árabe. Y, en otras, el motivo de este éxodo se deriva del final del colonialismo, de la marcha de las élites locales, consecuencia de la salida de franceses, españoles o ingleses de estos países. En el terreno religioso, sin embargo, se produjo el acoso a la población judía percibida como diferente, extraña, identificada como el otro, como el Estado de Israel.
Alrededor de medio millón de estas personas se establecieron en Israel. El resto emigró a Francia, España, Estados Unidos y otros países pero, tanto los unos como los otros, experimentaron dificultades en su camino y diversos desafíos.
Los que emigraron a Israel se encontraron con un país joven, pobre y con un día a día muy duro debido a la situación existente de enfrentamiento con sus vecinos (en algunos casos, los mismos países desde los que ellos mismos habían llegado: Irak, Egipto, Siria y Líbano). Además, estos judíos que salieron de los países árabes, en Israel se encontraron con que la cultura dominante se basaba en la corriente europea occidental ashkenazí, que miraba con recelo a sus hermanos llegados más allá del Tigris y el Éufrates. Tuvieron que alistarse para defender su nuevo país sin todavía hablar su idioma y también reivindicar su cultura, costumbres, lengua y legado frente a una cultura que no siempre fue tolerante ni siquiera con ellos.
780.000 personas. 780.000 y ninguno de ellos es considerado como refugiado. Incluso habiendo tenido que irse de la noche a la mañana con lo puesto tras haber vivido durante muchísimo tiempo en Bagdad, Casablanca, Alepo o Alejandría. En ese mismo período de tiempo unos 600.000 palestinos dejaron Israel. Hoy, tres generaciones después, hay 5.500.000 de palestinos que viven en Jordania o Líbano, en Londres o Madrid y que siguen considerándose refugiados.
La historia enfrenta a la humanidad a complicados desafíos. El siglo XX fue quizá la época en la que se produjeron las mayores migraciones de la historia, a lo largo de continentes y atravesando mares y océanos, y no fue precisamente por propia voluntad, sino a causa de las Guerras Mundiales (Francia-Alemania, Polonia-Rusia) y del final del colonialismo (India, Paquistán, el continente africano).
La cuestión de los refugiados es una cuestión que fue y que es política, su gran relevancia la seguimos comprobando a diario.
Ojalá que la cuestión de los refugiados se resuelva de manera sabia y ética, con perspectivas de futuro y no mirando hacia el pasado como forma de hacer política.
Hamutal Rogel Fucks
Portavoz de la Embajada de Israel en España