En este inicio del otoño cuando empieza a menguar la luz mientras los días se acortan e irrumpen los nubarrones que anuncian la lluvia, nos invade una sensación de cambio. Y sabemos que un ciclo llega a su fin para dar paso a otro.
Como sabréis, hoy viernes hemos despedido a nuestro querido Shimon Peres, el noveno Presidente de Israel. Para todos nosotros es un tiempo triste, aunque nos queda la herencia que nos ha dejado, una herencia llena de esperanza y optimismo y con ella vamos a empezar este Año Nuevo 5777.
Para nosotros, los judíos, estas son unas fechas especiales. Nuestro calendario nos emplaza frente a los Yamim Noraim (los 10 días terribles), que marcan el inicio del nuevo año. Según nuestra tradición, se trata de un período de introspección, balance y reflexión sobre lo que fue y de oración y esperanza por lo que será.
Hay quienes creen que durante los primeros días del año, los primeros días del mes de Tishrei (primer mes del calendario hebreo), se abren las puertas del cielo para escuchar nuestras plegarias.
Si nos fijamos en los agricultores, estos días de otoño que coinciden con la siembra, son días de incertidumbre y esperanza. ¿Cuánta lluvia caerá y alimentará nuestros cultivos? Ojalá tengamos una buena cosecha.
Me encanta pasar el mes de Tishrei en Israel. En Tishrei se suceden con cadencia las Altas Fiestas judías: Rosh Hashaná, Kipur y Sucot.
Así el año nuevo llega siempre con el final del verano y se va instalando con los vientos que anuncian el cambio de estación.
La gente acostumbra a vestir de blanco para recibir el año nuevo. Se bendicen y degustan trozos de manzana untados con miel con la esperanza de que en el año entrante todo salga redondo como la manzana y dulce como la miel. Los padres desgranan las granadas que sirven a sus hijos con el deseo de que el nuevo año sea tan pleno y rebosante como dicha fruta. Las familias se reúnen para dar la bienvenida al año entrante y celebrar juntos.
Aprovecho la ocasión para desearnos a todos que durante el año entrante no perdamos la oportunidad de soñar y de materializar nuestros deseos, que seamos capaces de desear y conseguir lo que queramos, que tengamos cosas que anhelar y podamos cumplir con todo lo que nos hayamos propuesto.
Quiero desearos que todos los cambios que lleguen sean para bien, que las lluvias nos visiten como una bendición y que el año entrante supere con creces al año que concluye.
Que este sea un año de paz y bendición.
Hamutal Rogel
Portavoz de la Embajada de Israel en España