Israel, el conflicto y la Paz: Respuestas a preguntas frecuentes (2003)
• Qué causó la actual ola de terrorismo palestino?
• Cómo se puede contener el terrorismo?
• Por qué han involucrado niños en la violencia?
• Son justificadas las operaciones dirigidas contra objetivos específicos?
• Qué fue la "hudna"?
• Qué es la cerca de seguridad?
• Cuál es la situación de los palestinos desde el punto de vista humanitario?
• Qué es la demanda del "retorno" para los refugiados palestinos?
• Es el terrorismo palestino parte del terrorismo internacional?
• Por qué el Jizbalá continúa atacando a Israel?
• Cómo se puede alcanzar la paz?
• Cómo ve Israel la Hoja de Ruta?
• Cuál es la posición de Israel sobre un estado palestino?
• Por qué Arafat no es un socio para la paz?
• Cómo perjudica la incitación las tratativas de paz?
• Cuál debiera ser la función del mundo árabe?
Deslegitimación y antisemitismo
• Es diferente el antisionismo del antisemitismo?
• Qué es la negación del Holocausto?
• Por qué ha habido un incremento en los incidentes antisemitas?
• Trata la comunidad internacional trata a Israel en forma honesta?
• Han sido honestos los medios de comunicación en la forma de cubrir el conflicto?
Temas básicos
• Qué es el sionismo?
• Por qué Israel es un estado judío?
• Cuál es el status de Jerusalem?
• Cuál es el status de los territorios?
• Son legales los asentamientos israelíes?
• Cómo son protegidos los valores democráticos en Israel?
Apéndices
• La Declaración de Independencia de Israel
• Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU
Introducción
Durante los últimos tres años, Israel ha sufrido ataques terroristas en una escala sin precedentes. Sus ciudadanos han tenido que vivir con el temor diario de estallar en un ataque suicida o ser alcanzados por una bala disparada por un francotirador palestino. Más de 900 israelíes han perdido la vida y muchos miles más han quedado mutilados o afectados psicológicamente mientras vivan.
La confrontación violenta que existe desde septiembre del 2000 es aún más trágica debido al hecho que un arreglo pacífico estaba a punto de ser alcanzado inmediatamente antes del estallido de la violencia. Si el liderazgo palestino hubiese elegido en el verano del 2000 en Camp David el camino de las negociaciones y el compromiso, hoy viviríamos unos junto a los otros en paz.
Aunque se ha producido una simpatía internacional hacia las víctimas del terror, ha sido cuestionado el derecho inherente de Israel a defenderse contra ataques terroristas. Además, Israel ha sido sometido a una campaña internacional para deslegitimar su existencia misma. Más aún, algunos temas básicos referentes a Israel han sido mal presentados o mal entendidos.
Este opúsculo presenta el punto de vista de Israel sobre algunas de las interrogantes que se plantean frecuentemente respecto a Israel, el conflicto y los esfuerzos para alcanzar una solución pacífica.
• ¿Qué causó la actual ola de terrorismo?
La ola de terrorismo que comenzó en septiembre del 2000 es el resultado directo de una decisión palestina estratégica de hacer uso de la violencia - en lugar de las negociaciones - como el principal medio para hacer avanzar su posición. A pesar de los alegatos palestinos sosteniendo lo contrario, la así llamada "ocupación" israelí de los territorios no es la verdadera causa del terrorismo, ya que las negociaciones hubieran podido resolver pacíficamente todos los aspectos del conflicto palestino-israelí mucho antes que estallara la violencia.
Cuando empezó la ola de violencia y terrorismo en septiembre del 2000, los palestinos sostuvieron originalmente que era una reacción espontánea a la visita del entonces líder de la oposición Ariel Sharón al Monte del Templo. No obstante, posteriores declaraciones de líderes palestinos, en los medios de comunicación en idioma árabe contradijeron esta aseveración. Tampoco el informe publicado por la Comisión Mitchell, compuesta por líderes estadounidenses y europeos, apoyó el argumento palestino anterior. En consecuencia, los voceros palestinos cambiaron su táctica y empezaron a sostener que la violencia era una respuesta a la "ocupación" israelí de la Margen Occidental y Gaza.
Autobús emboscado en el camino de Eilat a Beer Sheva (17 de marza 1954)
Los restos carbonizados de un autobuús dela línea No 18 de Jerusalem después que un terrorista suicida lo hiciera estallar en el cruce de las calles Saréi Israel y Yafo (25 de febrero 1996)
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Este argumento ignora hechos ocurridos tanto antes como después de 1967 (cuando Israel asumió el control de los territorios después de una guerra de autodefensa) que prueban que la "ocupación" no es la verdadera causa del terrorismo palestino. No sólo que el terrorismo palestino precedió a la presencia de Israel en la Margen Occidental y Gaza; sino que generalmente ha sido más brutal en aquellos momentos, como 1994-1996, en los que el proceso de paz hacía el mayor progreso. La historia del terrorismo palestino deja muy en claro que los terroristas no se oponen a la presencia de Israel en los territorios - se oponen a llegar a cualquier tipo de paz con Israel.
Efectivamente, la actual ola de violencia comenzó poco después de que se mantuvieran intensas negociaciones a alto nivel para encontrar una solución permanente al conflicto israelo-palestino. En julio del 2000 se llevó a cabo en Camp David un encuentro cumbre por la paz en el Medio Oriente; el anfitrión fue el presidente de EE.UU. Bill Clinton y asistieron a él el líder de la Autoridad Palestina (AP) Yasser Arafat y el primer ministro de Israel Ehud Barak. Durante el encuentro, Israel expresó su disposición de llegar a compromisos sin precedentes y de gran alcance para arribar a un acuerdo viable y duradero. No obstante, Yasser Arafat prefirió romper las negociaciones sin siquiera ofrecer por su parte ninguna propuesta propia. En consecuencia la cumbre llegó a su fin y el presidente Clinton culpó a Arafat por el fracaso de las conversaciones.
A pesar de eso, Israel siguió haciendo lo posible por alcanzar una paz negociada. En las conversaciones en Taba en enero del 2001, el gobierno israelí hizo saber a los palestinos su disposición de hacer compromisos adicionales para alcanzar la paz. Inexplicablemente, los palestinos rechazaron nuevamente una solución pacífica. Posteriores declaraciones palestinas que desestimaron las propuestas de Camp David y Taba fueron rebatidas por los más altos funcionarios estadounidenses que participaron en las negociaciones. En una entrevista por televisión el 22 de abril del 2002, el ex enviado especial de EE.UU. Dennis Ross calificó de "completamente falsa" la acusación que la Margen Occidental sería dividida en cantones, señalando que el territorio ofrecido "era colindante".
Israel ya ha demostrado su disposición para asumir considerables riesgos por la paz. En el marco del tratado de paz con Egipto devolvió la península del Sinaí, un área que había otorgado a Israel una significativa profundidad estratégica. En las negociaciones que se han mantenido desde septiembre de 1993, Israel ha ido muy lejos en su aceptación de las aspiraciones palestinas en la Margen Occidental y Gaza. Israel negoció el establecimiento de una Autoridad Palestina (AP) en los territorios, que gradualmente ha ido expandiendo su jurisdicción y autoridad. De hecho, después de amplias retiradas israelíes, la Autoridad Palestina administra una significativa porción de territorio y el 98% de la población palestina en la Margen Occidental y Gaza.
Es obvio que la ola actual de terrorismo, que comenzó a raíz del fracaso de la cumbre de Camp David, no tiene nada que ver con una acción palestina espontánea para "resistir la ocupación". El liderazgo palestino tomó la decisión estratégica de dejar de lado el camino de la paz y usar la violencia como su principal táctica para la promoción de sus intereses. Esta decisión socavó los cimientos del proceso de paz - el convencimiento de que la solución debe implicar el compromiso y no la inflexibilidad, negociaciones en lugar de violencia. El argumento palestino en cuanto a que la presencia de Israel en los territorios causó el terrorismo empezó como un desesperado intento de desviar las críticas, luego que Arafat rechazara las propuestas de paz de Israel.
Rápidamente se transformó en una excusa para lo injustificable - el asesinato indiscriminado de civiles inocentes. Los ataques terroristas nunca pueden ser justificados, y son particularmente trágicos cuando los temas en disputa podrían haber sido resueltos por medio de negociaciones. La Autoridad Palestina recibió una oportunidad real para poner fin al conflicto por medio de negociaciones. Sin embargo, la rama de olivo de Israel tropezó con una ola de disparos y una cantidad de terroristas suicidas. El mayor obstáculo para la paz no es la falta de un estado palestino, sino la existencia de un terrorismo palestino.
A pesar de los fervientes argumentos palestinos que sostienen lo contrario, la deliberada decisión de la AP de hacer uso de la violencia como instrumento político es el único y verdadero origen de la ola de violencia y terrorismo que comenzara en septiembre del 2000. Esa decisión es la que ha causado la muerte de más de 900 israelíes y ha perjudicado seriamente los sueños de Israel de alcanzar una paz con sus vecinos palestinos.
• ¿Cómo se puede contener el terrorismo?
Una paz verdadera y duradera puede ser alcanzada únicamente por medio de un acuerdo negociado. Sin embargo, para que las negociaciones tengan alguna posibilidad de éxito, el terrorismo palestino debe cesar.
Durante los últimos tres años Israel ha estado sometido a una ola de terrorismo que ha causado la muerte de más de 900 personas y ha herido a miles. Los ciudadanos israelíes han vivido en el temor cotidiano de ser asesinados por terroristas suicidas, autos bombas y francotiradores. Lugares santos judíos han sido profanados y destruidos y devotos judíos han explotado en pedazos.
El gobierno de Israel tiene la obligación de proteger la vida de sus ciudadanos. No obstante, combatir el terrorismo plantea un difícil dilema para Israel. Como estado democrático, Israel debe luchar para encontrar un equilibrio adecuado entre sus imperativas necesidades de seguridad y el deseo de mantener los valores democráticos y las libertades que le son preciadas. Hallar este equilibrio nunca es tarea fácil para una democracia bajo fuego. La tarea de Israel es aún más difícil dado que los terroristas palestinos con los que se enfrenta no tienen ningún respeto por la vida humana o por el estado de derecho. Ellos no sólo atentan contra ciudadanos israelíes; se ocultan tras la población civil palestina, confiados en que Israel será culpado por cualquier víctima palestina, sin importar qué lado sea el responsable.
Con la finalidad de combatir con efectividad el terrorismo, haciendo lo posible por afectar al mínimo a la población palestina local, Israel ha empleado una variedad de métodos defensivos. Medidas de seguridad pasivas, que incluyen barreras en los caminos y el toque de queda, así como la cerca de seguridad están destinadas a limitar el libre movimiento de los terroristas. Desafortunadamente, la vida cotidiana de muchos palestinos se ha visto afectada también por estas medidas. No obstante, las dificultades causadas por la cerca de seguridad o las barreras, por lamentable que sean, no pueden ser comparadas con el daño irreversible a las vidas inocentes que causa el terrorismo.
Medidas de activas seguridad contra los terroristas se adoptan cuando las medidas más pasivas no son suficientes. Incluso entonces, Israel hace todos los esfuerzos posibles para minimizar el daño a espectadores circunstanciales. Israel ha hecho constantemente lo posible para limitar el uso de fuerza militar. Por ejemplo, esperó 18 meses antes de empezar operaciones militares en gran escala contra el terrorismo. Esas operaciones tuvieron lugar recién después de atentados suicidas cometidos casi a diario en marzo de 2002, que culminaron con la masacre en la víspera de Pésaj, sin dejar a Israel otra alternativa.
Nunca es fácil para un país democrático combatir el terrorismo. Esta misión es aún más difícil cuando el estado está sujeto a la presión internacional para responder a estándars imposibles. Prácticamente toda medida defensiva adoptada por Israel - implique medidas de seguridad pasivas, medidas legales o una acción militar necesaria y proporcionada - ha tropezado con la crítica internacional. Israel seguirá manteniendo sus valores democráticos; no obstante, debe también proteger la vida de sus inocentes habitantes.
La injusta y parcial crítica internacional contra Israel sólo alienta el terrorismo palestino. A pesar de sus compromisos, los palestinos aún no han abandonado la lucha armada. Las posibilidades de alcanzar la paz aumentarían si la comunidad internacional respetara el derecho de Israel a la autodefensa, aclarando simultáneamente al liderazgo palestino la futilidad del terrorismo. Se debe ejercer una presión internacional a los estados que patrocinan y apoyan al terror palestino y se debe cortar los fondos a las organizaciones terroristas. Solamente cuando los palestinos abandonen definitivamente el terrorismo y se comprometan verdaderamente a solucionar las disputas políticas a través de las negociaciones, serñá posible la paz.
• ¿Por qué han involucrado niños en la violencia?
En lugar de educar hacia la paz, como lo hace Israel, el liderazgo palestino ha estimulado a su juventud a tomar parte activa en la violencia. En lugar de hacer todos los esfuerzos para proteger a todos sus niños, como lo hace Israel, los terroristas palestinos han dirigido deliberadamente sus ataques contra la población joven de Israel.
Israel se dedica a educar a sus niños hacia la tolerancia y la coexistencia, enseñándoles el respetor a todos los pueblos, de acuerdo con los valores e ideales democráticos de Israel. Los niños israelíes aprenden en las escuelas y a través de los medios de comunicación que la consecución de la paz es el mayor objetivo. Israel cree que la clave para una paz verdadera y duradera radica en educar a la generación venidera de israelíes y palestinos a convivir.
En contraste, la Autoridad Palestina ha creado deliberadamente una cultura de odio que estimula a los niños palestinos a participar activamente en la violencia. Ha entrenado jóvenes en el uso de las armas y ha creado una atmósfera que los prepara para convertirse en terroristas suicidas. La mayoría de las víctimas entre los jóvenes palestinos se han producido debido a su participación directa en la violencia o como resultado de enfrentamientos de Israel con terroristas que se esconden entre la población palestina. La Autoridad Palestina no ha intentado proteger a los niños palestinos, sino que ha elegido utilizarlos como herramienta de su propaganda.
Shaked Avraham, asesinada durante la cena festiva del Año Nuevo Judío (26 de septiembre 2003) Foto de uno niño palestino en Hebron vestido como terrorista suicida (junio 2002)
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Las escuelas, campamentos de verano, mezquitas y medios de comunicación oficiales de la Autoridad Palestina han participado en la creación de esta cultura de odio. El cínico uso de los niños como víctimas en el conflicto empieza en el sistema de educación. En lugar de educar hacia la paz, como lo hace Israel, los textos de estudio palestinos enseñan abiertamente el odio contra Israel y el pueblo judío. Los establecimientos educacionales son talleres de terroristas suicidas, que preparan psicológicamente a los niños palestinos a que sigan sus pasos. Los niños reciben armas para portarlas en manifestaciones antiisraelíes, o son vestidos como terroristas suicidas. Grupos juveniles y campamentos de verano oficiales de la Autoridad Palestina enseñan a los niños a ser guerreros sagrados, entrenando a los jóvenes en el uso de las armas de fuego.
Este culto al martirio ha inspirado a los niños palestinos a tomar cada vez un papel más activo en la violencia. La edad promedio de los terroristas suicidas ha descendido y los ataques cometidos por adolescentes son cada vez más frecuentes. Niños pequeños han sido utilizados para encubrir el transporte de armas y explosivos.
La manipulación de los niños por parte de la Autoridad Palestina, que ha sido ampliamente documentada por los medios de comunicación, constituye una censurable violación de todos los tratados y convenios internacionales destinados a la protección del niño en situaciones de conflictos armados. Su vil explotación por parte de la AP es profundamente inmoral y fundamentalmente ilegal.
La elección de niños como blanco de ataques terroristas viola también leyes y normas internacionales. Cientos de niños israelíes han resultado muertos y heridos en numerosos ataques terroristas cometidos a lo largo de las décadas. No fueron víctimas incidentales de la violencia, sino que fueron víctimas intencionales y preferidas de los terroristas palestinos. Los niños israelíes han sido elegidos deliberadamente como blanco de los francotiradores palestinos o de las bombas colocadas a la vera del camino.
Jóvenes han sido golpeados y apedreados por terroristas hasta darles muerte mientras se hallaban junto a sus hogares. Terroristas suicidas han asesinado a más de 70 niños y jóvenes desde septiembre del 2000, eligiendo asestar sus golpes en los lugares en que éstos se reúnen - discotecas, paradas de autobús, restaurantes de comida rápida y centros comerciales. Estos terroristas suicidas estuvieron parados cara a cara junto a sus jóvenes víctimas, incluyendo bebés, antes de decidir detonar sus explosivos. En uno de los más horrendos ataques terroristas, la explosión suicida de un autobús en Jerusalem el 19 de agosto del 2003 - 7 de los muertos y 40 de los heridos fueron niños.
El sufrimiento de todo niño es trágico y lamentable, e Israel considera que se debe hacer todo esfuerzo posible para proteger a todos los niños - israelíes y palestinos - de la violencia. Las escuelas y los medios de comunicación palestinos deben hacer cesar la incitación a la violencia y al odio, y unirse a Israel en la enseñanza de la próxima generación a vivir en paz.
• ¿Son justificadas las operaciones dirigidas contra objetivos específicos?
Mientras la Autoridad Palestina no haga nada para cesar los ataques terroristas, Israel no tiene más alternativa que actuar para prevenirlos, incluso por medio de operaciones de contraterrorismo dirigidas contra objetivos específicos. De acuerdo con la ley internacional, individuos que participan activamente en las hostilidades son objetivos militares legítimos.
En sus acuerdos firmados con Israel, la Autoridad Palestina se comprometió a cesar toda violencia; arrestar terroristas; desmantelar toda la infraestructura de éstos; recolectar las armas ilegales y poner término a la incitación a la violencia.
No obstante, en más de una década que ha transcurrido desde los acuerdos de Oslo de 1993, la AP no ha hecho nada para dar cumplimiento a su obligación, sino que por el contrario ha estimulado y apoyado activamente el terrorismo. Este terrorismo ha elegido deliberadamente a civiles como blanco de sus ataques. La inacción de la Autoridad Palestina ante la amplia actividad terrorista en áreas bajo su control, a la par de su activo apoyo a esta violencia, ha dejado a Israel sin más alternativa que adoptar por sí mismo la acción necesaria para impedir los ataques terroristas.
Durante los últimos tres años las fuerzas de seguridad de Israel se han enfrentado al insostenible dilema de cómo mantener los valores democráticos de Israel y las normas de una confrontación armada al combatir terroristas dispuestos a violar toda norma de comportamiento civilizado. Israel ha buscado desesperadamente las maneras de detener efectivamente a los terroristas, que se ocultan en medio de la población palestina, sin afectar a gente inocente.
Cuando es posible, las operaciones israelíes van dirigidas a la captura de los terroristas y a sus cómplices y a su presentación a la justicia. En una pequeña minoría de los casos, los arrestos son imposibles, principalmente debido al hecho que éstos y sus promotores reciben refugio en el corazón de las áreas controladas por la AP. Cuando esto ocurre y existe una clara amenaza terrorista, Israel ha tenido que adoptar medidas preventivas, incluyendo operaciones contraterroristas dirigidas contra blancos precisos, destinadas a impedir una acción terrorista.
La ley internacional en general, y la ley de conflictos armados en particular, reconocen que individuos que participan directamente en las hostilidades no pueden reclamar inmunidad. Al promover y participar en ataques armados, esos individuos se han designado a sí mismos como combatientes y han renunciado a dicha protección legal. En organizaciones terroristas como el Jamás y el Jihad Islámico no existe una verdadera separación entre el así llamado brazo político y el militar - líderes de todos los niveles de la organización están involucrados activamente en la ordenación y planeamiento de ataques terroristas y, por lo tanto, pueden ser considerados objetivos militares legítimos. Del mismo modo, un individuo que se convierte en combatiente es considerado como tal hasta el término de las hostilidades y no meramente durante el preciso instante en que lleva a cabo su acción.
Durante más de tres años, Soldados y civiles israelíes por igual han tenido que hacer frente a miles de violentos ataques contra sus vidas, sólo un pequeño porcentaje de los cuales han sido informados en los medios de comunicación. Estos ataques han incluido atentados suicidas, disparos, desórdenes violentos, linchamientos, bombas incendiarias, emboscadas a la vera de los caminos, disparos de mortero y autos bomba dirigidos contra objetivos civiles. Los palestinos han intentado también - pero afortunadamente sin éxito - llevar a cabo actos de "mega terrorismo", incluyendo intentos de atacar el depósito de gas y combustible Pi Glilot cerca de Tel Aviv. Hasta la fecha, más de 900 israelíes han sido asesinados y miles han resultado heridos como resultado de dicha violencia.
Bajo esas difíciles condiciones, las Fuerzas de Defensa de Israel han actuado con la mayor contención posible, actuando solamente en los casos en que la inacción por parte de Israel hubiera traído como resultado la pérdida de vidas inocentes. Israel lucha por usar la mínima fuerza necesaria para impedir el terrorismo, actuando de acuerdo con los principios y práctica de un conflicto armado. Se preocupa por elegir como blanco solamente a los responsables de la violencia, y hace el mayor de los esfuerzos para evitar que civiles ino-centes resulten involucrados. En contraste, los terroristas palestinos eligen deliberadamente como blanco a civiles inocentes y utilizan armas destinadas a causar el mayor daño y muerte.
El gobierno de Israel lamenta la pérdida de toda vida humana, ya sea judía o árabe, en la actual ola de violencia. Los ataques terroristas han causado la muerte de inocentes y han herido de gravedad el proceso de paz. El terrorismo sigue siendo el principal obstáculo de la paz y es imperativo que la violencia cese para que ambas partes puedan reasumir las negociaciones constructivas. Una solución justa y duradera se podrá alcanzar únicamente a través del diálogo, no de un conflicto armado. Sin embargo, mientras la violencia exista, Israel tiene la indiscutible responsabilidad de defenderse y proteger a sus ciudadanos.
En el análisis final, no obstante, la responsabilidad por ls pérdidas de vidas humanas recae sobre el liderazgo palestino, que inició la ola de violencia y se niega a ponerle fin. Una vez que se ponga fin a la violencia y al terrorismo palestino, Israel no tendrá ninguna razón para adoptar medidas preventivas.
• ¿Qué fue la "hudna"?
El 29 de junio de 2003, luego de mantener conversaciones con la Autoridad Palestina, las organizaciones terroristas palestinas declararon una "hudna" - término en arabe que ha sido interpretado en el exterior como un cese de fuego. Sin embargo, una hudna es una tregua temporaria destinada a ganar tiempo para la reorganización y el rearme. Alrededor de dos meses más tarde, luego de una serie de ataques, las organizaciones terroristas palestinas declararon que la "hudna" había llegado a su fin.
De acuerdo con la primera etapa de la Hoja de Ruta, la Autoridad Palestina está obligada a poner fin al terrorismo desmantelando la infraestructura terrorista, confiscando las armas ilegales y arrestando a aquellos que están involucrados en el planeamiento y la ejecución de actos de terror. La "hudna", sin embargo, fue un arreglo palestino interno que la Autoridad Palestina utilizó como un medio para evitar sus obligaciones de acuerdo a la Hoja de Ruta para combatir el terrorismo.
La "hudna" fue usada por las organizaciones terroristas mismas, incluyendo el Jamás y el Jihad Islámico, como una maniobra táctica para ganar tiempo y reconstruir su fuerza para una nueva serie de ataques terroristas. La "hudna" fue una cobertura para las organizaciones terroristas palestinas para planear nuevos ataques terroristas, cavar túneles para el contrabando de armas, aumentar el alcance de las raquetas Kassam, y para reagrupar y entrenar sus fuerzas.
Aunque en el exterior fue interpretado como un cese de fuego, el término "hudna" fue visto por los grupos terroristas palestinos y sus partidarios en el mundo árabe como una mera tregua táctica, acorde a la historia islámica. En el año 628, cuando el profeta Mahoma consideró que sus fuerzas eran demasiado débiles para superar a las tribus rivales Kuraish, acordó con ellas una tregua de diez años ("hudna") que se conoce como el acuerdo de Hudaibiya. Menos de dos años más tarde, habiendo consolidado su poder, las fuerzas musulmanas atacaron a las tribus Kuraish y las derrotaron, permitiendo así a Mahoma conquistar La Meca. Desde entonces, los musulmanes entienden la "hudna" como una tregua táctica destinada a permitir un cambio favorable en el balance de fuerzas. Una vez que esto ocurre, la tregua puede ser violada. Por lo tanto, no fue coincidencia que los grupos terroristas palestinos adoptaran el término "hudna".
El Jamás y el Jihad Islámico declararon que su "hudna" duraría tres meses, mientras que el Fátaj declaró una "hudna" de seis meses. No obstante, no esperaron ni siquiera ese período para renovar sus acciones. Desde que se declarara la "hudna" a fines de junio, e incluso antes del ataque suicida en un autobús en Jerusalem a mediados de agosto, 6 israelíes y un ciudadano extranjero fueron asesinados en ataques terroristas, 28 civiles quedaron heridos: en total tuvieron lugar 180 ataques de terror, incluyendo 120 andanadas a bala; 40 ataques terroristas fueron frustrados por Israel. El ataque al autobús en Jerusalem el 19 de agosto cobró otras 23 vidas, 7 de ellas de niños, dejando 133 heridos, entre ellos 40 niños. Quedó en claro que las organizaciones terroristas palestinas nunca tuvieron en mente un verdadero cese de fuego, sin hablar de un cese del terrorismo.
En consecuencia, Israel ha declarado que no aceptará una nueva "hudna". Solamente cumpliendo los requisitos de la Hoja de Ruta, es decir, desmantelar la infraestructura y las organizaciones terroristas, además de poner término a la incitación, los palestinos cumplirán con sus obligaciones y compromisos.
• ¿Qué es la cerca de seguridad?
La cerca de seguridad que se está construyendo actualmente entre los palestinos de la Margen Occidental y los centros de población israelíes es una medida defensiva. Está destinada a impedir que los terroristas lleven a cabo ataques en Israel. La cerca no anexa ningún territorio a Israel ni establece ninguna frontera. Su curso fue fijado de acuerdo con consideraciones topográficas y de seguridad, habiéndose hecho todos los esfuerzos necesarios para minimizar la molestia a la vida cotidiana de la población palestina local.
Desde septiembre 2000, una gran mayoría de los ataques terroristas palestinos que cobraron la vida de más de 900 israelíes provinieron de la Margen Occidental. Los centros de terrorismo palestinos se encuentran por lo general a una corta distancia a pie de los centros de población israelíes. Israel busca las formas de impedir la infiltración de terroristas y sus armas a los pueblos y ciudades. La decisión de establecer la cerca de seguridad fue adoptada después que se intentaron otras opciones, pero que no lograron detener los mortíferos ataques terroristas.
La cerca de seguridad es una medida de defensa cuyo único propósito es colocar una barrera física en el camino de los terroristas e impedir su infiltración en Israel. Una barrera similar existe ya en Gaza - construida en conformidad con el Acuerdo Gaza-Jericó de 1994 entre Israel y la OLP - y ha demostrado su efectividad en impedir ataques terroristas.
El establecimiento de la cerca de seguridad es consistente con la ley internacional. Más aún, la iniciativa de paz Hoja de Ruta no restringe el uso de medidas defensivas tales como la cerca de seguridad. De hecho, dado que el terrorismo es el mayor obstáculo para la paz, es de esperar que al impedir ataques terroristas, la cerca de seguridad contribuye a la consecución de la paz.
La cerca de seguridad forma una franja del ancho aproximado de una carretera de cuatro pistas. En su centro hay una cerca de malla que sostiene un sistema de detección de intrusos. Este avanzado sistema tecnológico está destinado a prevenir infiltraciones, al igual que el sendero de arena y otros medios de observación. A pesar de las numerosas imágenes aparecidas en los medios de comunicación internacionales de un alto muro de concreto, la mayor parte de la cerca de seguridad (aproximadamente el 95%) consistirá en este sistema de cerca de malla.
Además de los esfuerzos por garantizar la seguridad de sus ciudadanos, Israel atribuye considerable importancia a los intereses de los habitantes palestinos locales. Israel reconoce la necesidad de encontrar un equilibrio apropiado entre la imperativa necesidad de impedir el terrorismo y las necesidades de carácter humanitario de los residentes locales.
En forma muy significativa, la cerca de seguridad no intenta demarcar de manera alguna, ninguna frontera futura - tema reservado para las negociaciones entre las partes. Es también importante señalar que el área de la cerca de seguridad no anexa ningún terreno al Estado de Israel. No se le otorgó ninguna preferencia particular al uso de tierras en la Margen Occidental y, de hecho, en algunos sectores la cerca de seguridad está siendo construida dentro del Israel de las líneas previas a 1967. Ésta no modifica el status de las tierras palestinas, su propiedad ni el status de los habitantes de dichas zonas. Sólo un pequeño número de aldeas palestinas serán incluidas en el lado occidental de la cerca de seguridad. Sus habitantes no tendrán que ser reubicados y su status legal no será modificado.
Israel ha dado prioridad al uso de tierras públicas en la construcción de la cerca de seguridad, con el fin de evitar al máximo la requisación de tierras privadas. En caso de no ser posible, la tierra privada es requisada, no confiscada, y sigue perteneciendo a su propietario. Cuando se usan tierras privadas, se ofrece a los propietarios una indemnización total, de acuerdo con la ley. Todo propietario puede presentar una objeción legal al uso de su tierra.
Respecto a la agricultura, la cerca fue ubicada, en el mayor grado posible, en tierras inutilizadas, y se hacen todos los esfuerzos para evitar la separación de los propietarios de sus tierras. En aquellas circunstancias en que tal separación se hace inevitable, se están construyendo portones especiales para permitir a los agricultores el acceso a sus campos. Se han adoptado además otras medidas, como la replantación de aquellos árboles afectados por la construcción.
El alegato palestino que la cerca de seguridad fue erigida en un intento deliberado de limitar sus derechos es absolutamente infundado. Israel ha hecho todos los esfuerzos posibles para garantizar que esta cerca cause la mínima perturbación a la vida cotidiana tomando en consideración la situación de seguridad.
Más aún, este argumento intenta acusar a Israel, la víctima del terrorismo, por adoptar una medida puramente defensiva, ignorando la intensa amenaza a la vida humana que plantea el terrorismo palestino que emana de la Margen Occidental. No habría necesidad de una cerca de seguridad si no existiera una orquestada campaña de terrorismo que tiene como blanco a hombres, mujeres y niños israelíes.
La única motivación para el establecimiento de la cerca de seguridad es el profundo deseo de Israel de proteger vidas inocentes.
• ¿Cuál es la situación de los palestinos desde el punto de vista humanitario?
La decisión del liderazgo palestino de emplear la violencia como instrumento político ha saboteado la cooperación económica israelo-palestina, causando una aguda baja en el bienestar económico de la población palestina.
Israel ha hecho significativos esfuerzos desde la firma de los acuerdos de Oslo para facilitar la cooperación económica israelo-palestina en el contexto del proceso de paz. Como resultado de ello, hubo una notoria ampliación en el comercio y el empleo de palestinos en Israel, así como otras formas de cooperación económica desde 1994 hasta el estallido de la actual violencia.
Israel, en cooperación con la Autoridad Palestina, había asumido desde 1994 una amplia gama de acciones con el fin de promover y mejorar el libre movimiento de mercancías y trabajo desde la Autoridad Palestina hacia Israel. Además, se establecieron parques industriales en la Autoridad Palestinas, que implicaron una sustancial inversión israelí, e incentivos económicos. Estas medidas tuvieron un significativo y positivo impacto en la economía palestina.
Desafortunadamente, la violencia y el terrorismo condujeron a una aguda baja en la actividad económica en el área, con repercusiones económicas tanto para la Autoridad Palestina como para Israel.
El gobierno de Israel está intentando estabilizar la situación en los territorios y facilitar las condiciones de vida para sus habitantes. Israel no desea imponer cargas a la población civil palestina no involucrada en el terrorismo y la violencia.
No obstante, la aguda amenaza a la seguridad que constituyen los terroristas palestinos hace que algunas medidas sean inevitables si Israel quiere cumplir con su deber como estado soberano para proteger las vidas de sus ciudadanos. Se está construyendo una cerca de seguridad a lo largo de la Margen Occidental para impedir la infiltración de terroristas. Se han puesto en efecto restricciones de movimiento para impedir a los terroristas alcanzar sus objetivos. Ha sido limitado el paso de palestinos de las áreas de la AP a Israel, para prevenir un desborde de violencia y terrorismo en las ciudades. Estas medidas, y precauciones adicionales como barreras en los caminos, están destinadasa impedir el movimiento de terroristas y explosivos, para salvar así vidas inocentes.
Se han hecho excepciones para el movimiento de bienes comerciales, alimentos, medicamentos, ambulancias y equipo médico, que siguen circulando lo más libremente posible (debido al uso que han hecho los palestinos de las ambulancias para el transporte de terroristas buscados y armas). Más aún, se han simplificado los procedimientos para permitir un rápido despacho de mercancías de carácter humanitario, tales como provisiones médicas, a la Autoridad Palestina.
Desafortunadamente, los terroristas han usado cada actitud israelí para aliviar las restricciones a la vida cotidiana de los palestinos como una oportunidad para reanudar sus ataques contra civiles israelíes.
La política de Israel es distinguir en cuanto sea posible entre aquellos que perpetran, asisten y dirigen actividades terroristas, y la población civil que no participa en esas acciones. Si se mantiene la calma en ciertas áreas, se pueden implementar mejoras independientemente de otras áreas. Consecuentemente, el impacto de los acontecimientos sobre la población local depende, más que de cualquier otro factor, del grado en que participan en las actividades terroristas y de violencia.
Es de señalar que el propósito de estas previsiones de seguridad no es plantear grandes dificultades a la población palestina, sino garantizar la seguridad de los ciudadanos israelíes que afrontan amenazas diarias a sus vidas. El cese de estas restricciones, al igual que la paz, depende del término de la violencia y el terrorismo.
• ¿Qué es la demanda del "retorno" para los refugiados palestinos?
Junto con exigir un estado propio, los palestinos demandan un "derecho al retorno" a territorios dentro de las líneas del Estado de Israel previas a 1967. No obstante, no existe tal derecho en la ley internacional general, las resoluciones relevantes de la ONU o en los acuerdos entre Israel y sus vecinos árabes.
La causa inmediata de la creación del problema de los refugiados palestinos fue el rechazo por parte del liderazgo árabe de aceptar la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU en 1947 (que hubiera dividido el área del Mandato Británico en dos estados) y la guerra que comenzaron con la esperanza de destruir a Israel. Durante las hostilidades, muchos árabes abandonaron sus hogares, ya sea respondiendo al llamado de los líderes árabes de no interferir el avance de sus ejércitos, o por temor.
Salvo pocas excepciones, casi todos los árabes que se fueron lo hicieron voluntariamente, ignorando así los llamados de Israel (inclusive en su Declaración de Independencia) de permanecer en Israel. Aquellos que eligieron quedarse en Israel después de 1948 se convirtieron en ciudadanos israelíes.
El destino de los refugiados palestinos que eligieron irse contrasta con el de los cientos de miles de judíos que abandonaron los países árabes después del establecimiento del Estado de Israel. Estos refugiados judíos - un número similar al de los refugiados palestinos de ese período - fueron integrados en la sociedad israelí, a pesar de la pesada carga que constituyó para su economía en desarrollo.
Los estados árabes (con la notable excepción de Jordania) han perpetuado deliberadamente el problema de los refugiados palestinos, explotándolo en su lucha por la destrucción de Israel. Desde 1948 hasta la actualidad, los refugiados han sido confinados, como política deliberada, en hacinados campamentos. Los regímenes árabes, incluyendo los ricos países petroleros, han elegido invertir en el apoyo al terrorismo, haciendo pocos esfuerzos por rehabilitar la vida de los refugiados. Esta política ha sido seguida para conseguir la simpatía internacional hacia la causa palestina, a expensas de los palestinos mismos.
Dado que Israel no es el responsable, no de la creación del problema de los refugiados ni de su perpetuación, no se le puede solicitar asumir la responsabilidad por este problema.
La comunidad internacional ha jugado un papel en la perpetuación del problema de los refugiados palestinos. Ha impedido esfuerzos para el reasentamiento de los refugiados, como es la norma internacional. El Alto Comisionado para Refugiados de la ONU, responsable de encontrar un hogar permanente a todos los grupos de refugiados en el mundo, no lo hace con los palestinos. En cambio, se estableció un organismo especial para atender a estos refugiados. Esta organización, el Organismo de Asistencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), funciona solamente para mantener y apoyar a los palestinos en los campamentos de refugiados.
La comunidad internacional se ha sometido a la presión política árabe y otorgó de hecho a los palestinos una excepción en la definición internacionalmente aceptada del término refugiado según la Convención de la ONU de 1951 en relación con el Status de los Refugiados y el Protocolo de 1957, que no hacen mención alguna de descendientes. De acuerdo con esta excepción - que nunca ha sido otorgada a ninguna otra población - todas las generaciones de descendientes de los refugiados palestinos son consideradas también refugiados. Esto significa que la vasta mayoría de los refugiados palestinos que exigen inmigrar a Israel realmente nunca vivieron dentro de las fronteras de Israel. Más aún, la excepcional definición de refugiados en el caso palestino incluye a todo árabe que haya vivido en el área que pasó a ser Israel por tan sólo dos años previo al abandono .
Estas excepciones han inflado el número de refugiados palestinos y le han permitido ampliarse con el correr de los años de cientos de miles a millones. Actualmente la población de Israel es poco más de 6,7 millones, de los cuales el 19% son árabes israelíes. La inmigración masiva de millones de palestinos a Israel obliteraría la identidad básica de Israel como la patria del pueblo judío y refugio para los judíos perseguidos. Consecuentemente, la exigencia de vivir en Israel no es nada más que un eufemismo para la destrucción demográfica del Estado Judío.
Los líderes y voceros palestinos frecuentemente sostienen que los palestinos tienen derecho legal para inmigrar a Israel. En realidad, ningún derecho así se ha incluido en los acuerdos entre Israel y sus vecinos árabes, ni es reconocido por la ley internacional o las resoluciones relevantes de la ONU.
Ninguna de los acuerdos entre Israel y sus vecinos árabes menciona un llamado al "retorno". De hecho, durante el proceso de paz, tanto los israelíes como los palestinos concordaron en que la cuestión de los refugiados era un tema para las negociaciones, que sería resuelto como parte de un acuerdo permanente entre las partes.
En la ley internacional, el principio del retorno es considerado en tratados relevantes de derechos humanos. No obstante, el principio sólo trata de individuos (no un pueblo entero) y como norma, los gobiernos han limitado el derecho del reingreso a un estado a los ciudadanos de dicho país.
Los palestinos sostienen falsamente que su reclamo se basa en las resoluciones de la ONU, más específicamente en el párrafo 11 de la resolución 194 de la Asamblea General. Sin embargo, la Asamblea General no es un ente legislador, y las resoluciones de la Asamblea General sobre temas políticos no crean obligaciones legales.
Al hacerse referencia a la resolución 194 de la Asamblea General, son relevantes varios puntos adicionales. Éste fue un intento de la ONU en 1948 para llevar a las partes a negociaciones haciendo recomendaciones respecto a un número de temas claves (Jerusalem, fronteras, refugiados, etc.). Este intento no logró resultados y fue suplantado posteriormente por la resolución 242 del Consejo de Seguridad. Sólo un párrafo de las 194 trata de los refugiados. Ese párrafo no contiene ninguna referencia a ningún derecho, sino que meramente recomienda que se permita a los refugiados regresar. Es ilógico exigir la implementación de una sola frase independientemente del resto de la resolución.Además, la resolución establece condiciones previas y límites específicos para el retorno, entre ellos que los refugiados deben estar dispuestos a vivir en paz con sus vecinos. El apoyo por parte de la población palestina a la ola de terrorismo que comenzó en septiembre del 2000, así como en otros momentos del pasado, parece impedir esta posibilidad.
La resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU (adoptada en 1967 después de la guerra de los Seis Días y considerada una de las piedras fundamentales del proceso de paz) reforzó la posición de Israel al omitir nuevamente cualquier referencia a un "derecho al retorno", o incluso a la resolución 194 de la Asamblea General. En cambio, la 242 se limita a afirmar la necesidad de "alcanzar un arreglo justo para el problema de los refugiados".
La demanda palestina de una inmigración ilimitada es un truco político hecho por quienes no quieren que Israel exista. Es deshonesto que los palestinos simultáneamente exijan un estado para sí mismos y reclamen el derecho a inmigrar libremente a otro país, Israel. Al continuar exigiendo un "derecho" que, de hecho, niega la identidad básica de Israel, el liderazgo palestino está saboteando las posibilidades de paz.
• ¿Es el terrorismo palestino parte del terrorismo internacional?
Premiar el terrorismo palestino pondrá en peligro no solamente a Israel, sino que amenazará la estabilidad de la región y la seguridad del mundo democrático. Premiar el terrorismo sólo trae más terrorismo.
Cualquier logro político que consigan los palestinos por medio del uso de la violencia terrorista contribuirá a su proliferación en todo el mundo. Premiar el terrorismo sirve solamente para invitar a otros elementos en el Medio Oriente y en el mundo entero a emplear tácticas similares. El éxito del terrorismo palestino estimulará además una mayor radicalización en las poblaciones árabes y musulmanas demasiado vulnerables al extremismo debido a las pobres condiciones socio-económicas existentes en sus propios países y las ideologías que estimulan el odio y la violencia.
El conflicto árabe-israelí ha sido utilizado por muchos en el Medio Oriente para justificar las actividades antiestadounidenses y antioccidentales de éstos. El terrorismo, ya sea en el Medio Oriente o en cualquier otro lugar, tiene por lo general como blanco atacar las sociedades democráticas. Estudios que se han llevado a cabo sobre el terrorismo suicida han demostrado que éste no está motivado por la desesperación - sino que casi siempre pertenece a una campaña organizada para la obtención de objetivos políticos o militares. Los ataques de al-Qaeda a EE.UU. fueron un ataque total a los ideales de democracia y libertad que Estados Unidos representa. Formaron parte de los planes de bin Laden de organizar una Jihad destinada a redelinear el mundo de acuerdo con su extremista interpretación del Islam, Aunque las metas básicas de bin Laden no tienen ninguna relación con Israel, los ataques al pueblo estadounidense han sido explotados por elementos antiisraelíes que promueven así sus intereses en el Medio Oriente.
Durante varias décadas, la violencia palestina ha jugado un destacado papel en el desarrollo de formas de terrorismo aun más peligrosas. Los palestinos fueron los pioneros en el uso de secuestros terroristas. Los palestinos pueden no haber sido los inventores del terrorismo suicida, pero sí han refinado la técnica, creando un culto a los mártires que estimula el terrorismo suicida. Los suicidas son reverenciados, sus fotos aparecen en las plazas públicas y en las escuelas, se exige a los familiares no guardar duelo sino celebrar sus muertes; equipos de fútbol llevan su nombre y la televisión palestina transmite una y otra vez los vídeos de despedida de éstos. Este fenómeno es de mal agüero para la próxima generación, que ha crecido rindiendo culto a estos símbolos de muerte y destrucción. Niños a los que se les enseña desde temprana edad a odiar, matar y destruir son una tragedia para su propio pueblo y un peligro en potencia para los demás.
La propaganda palestina confunde con toda intención la diferencia entre actos de terror dirigidos contra inocentes y las contramedidas defen-sivas destinadas a frenar a los terroristas. La justificación de cualquier ataque terrorista perjudica el esfuerzo mundial de deslegitimar al terror y de sus patrocinadores.
No se debe permitir que el terrorismo palestino logre su cometido. Hacerlo, no solamente estimulará adicionales actos de violencia contra civiles inocentes en Israel, sino que aumentará además las posibilidades de que el flagelo del terrorismo siga proliferando y amenace a otros estados democráticos en todo el mundo. Negar los objetivos de los terroristas suicidas es un importante paso para poner freno al fenómeno del terrorismo como un todo.
• ¿Por qué el Jizbalá continúa atacando a Israel?
A pesar del cumplimiento por parte de Israel de la resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU y de su retirada del sur del Líbano en junio del 2000, Jizbalá (respaldado por Siria e Irán) ha violado flagrantemente dicha resolución al continuar atacando a Israel. Ya sea en actos terroristas, incluyendo el apoyo que brinda a grupos terroristas palestinos, el secuestro de soldados y civiles israelíes, los bombardeos al norte de Israel desde el otro lado de la frontera - Jizbalá sigue manteniendo la frontera israelo-libanesa en ascuas.
Jizbalá es una organización terrorista musulmana shiíta radical que opera en el Líbano. Un pilar clave de su ideología extremista es su llamado a la destrucción de Israel por medio del jihad (guerra santa). La ideología de Jizbalá proviene de Irán; más aún, recibe apoyo militar, logístico y económico tanto de Irán como de Siria. Además de llamar a la destrucción de Israel, Jizbalá llama también a la lucha contra Estados Unidos, como parte del deseo de Jizbalá para fomentar una revolución islámica y de su ambición de convertir al Líbano en una república islámica similar a Irán.
Irán, que se opone decididamente a todo esfuerzo para el logro de una paz con Israel, y que ha apoyado el terrorismo para subvertir dichos esfuerzos, junto con el intento de desarrollar su propia producción de armas no convencionales, respalda a Jizbalá por completo. Siria, que domina al Líbano y ocupa parte de él, usa al Jizbalá como un instrumento beligerante contra Israel, con la finalidad de promover los objetivos políticos y estratégicos de Siria en su conflicto con Israel. Siria apoya además activamente a varias organizaciones terroristas palestinas, incluyendo el Jamás y el Jihad Islámico, y mantiene comandos terroristas y campos de entrenamiento en la zona de Damasco. El Líbano también apoya a Jizbalá, permitiéndole actuar contra Israel desde territorio libanés, en oposición directa con la ley internacional.
©Sasson Tiram La madre doliente sujeta una foto del adolescente de Shlomi, Javiv Dadón (16) que resultara muerto en un bombardeo antiaéreo de terroristas de Jizbalá en el Libano, mientras se encontraba con sus amigos. |
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En muchas ocasiones, Jizbalá ha bombardeado pueblos y ciudades en el norte de Israel. El 10 de agosto del 2003 uno de esos bombardeos dio muerte a un joven de 16 años y dejó heridos a otros tres en la ciudad de Shlomi.
Los ataques de Jizbalá continúan a pesar del hecho que Israel se retiró unilateralmente del Líbano en junio del 2000 y con eso cumplió sus compromisos de acuerdo con la resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU, como lo confirmara posteriormente la ONU misma. Israel se retiró a lo que se llama la "línea azul" que fuera delineada por la ONU con la colaboración de Israel y el Líbano. Israel llama a la retirada de las fuerzas de Jizbalá de la frontera en el sur del Líbano y al despliegue de unidades militares libanesas a lo largo de ella, tal como lo exige la resolución 425. Jizbalá ha desarrollado capacidades en el uso de misiles que pone en peligro zonas en el norte de Israel y, por lo tanto, el desmantelamiento de dichos misiles es una condición básica para la estabilidad y la calma.
©Sasson Tiram Daño causado a una casa en Rajar por un bombardeo del Jizbalà |
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Jizbalá apoya las actividades terroristas palestinas y, en diversos grados, participa en ellas por medio del contrabando de armas, instrucción y entrenamiento. Así, las actividades de Jizbalá no sólo crean tensión en el norte sino que agregan combustible al fuego en el conflicto palestino contra Israel.
©Sasson Tiram Niño gravemente herido por el bombardeo del Jizbalà que alcanzó su hogar en Rajar |
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Más aún, Jizbalá ha estado involucrado en actos de terror contra objetivos occidentales, tales como los ataques en 1983 y 1984 a la embajada de EE.UU. en Beirut, los bombardeos en 1983 a las viviendas de los marinos estadounidenses y de la unidad francesa de la fuerza multinacional en Beirut, los secuestros en 1984 y 1988 de aviones kuwaitíes y la explosión de la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y del centro comunitario AMIA en dicha ciudad en 1994.
Hasta la fecha las Naciones Unidas y la comunidad internacional, con unas pocas excepciones, se han abstenido de condenar el terrorismo de Jizbalá. Este abyecto error se extiende a la ausencia de todo tipo de críticas a Siria por su apoyo al terrorismo, su protección a grupos antisemitas y a las abiertas declaraciones antisemitas proferidas por su líder, Bashar Assad.
Es esencial que la comunidad internacional y las Naciones Unidas asuman su responsabilidad y exijan a aquellos estados que apoyan el terrorismo de Jizbalá desistir de ello. La comunidad internacional debe condenar abiertamente las acciones de Jizbalá por la grave violación de las resoluciones de la ONU, en particular la resolución 425 del Consejo de Seguridad. Jizbalá debe ser incluido en la lista de los grupos terroristas de todos los países, como parte de la lucha general de la comunidad internacional contra el terrorismo. La comunidad internacional debe demostrar integridad y condenar a países como Siria e Irán como patrocinantes del terrorismo. Se debe exigir al Líbano cumplir con sus obligaciones como se indica en la resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU y en recientes resoluciones de FINUL.
• Cómo se puede alcanzar la paz?
La paz se puede lograer solamente por medio de negociaciones que cierren las brechas y resuelvan todos los asuntos pendientes. Para que las negociaciones sean posibles y tengan alguna posibilidad de éxito, el terrorismo y la incitación palestinos, apoyados por los países árabes, deben ser dejados de lado.
Israel siempre ha estado dispuesto al compromiso y todos los gobiernos israelíes han estado dispuestos a hacer grandes sacrificios en bien de la paz. No obstante, hacer la paz requiere de ambas partes concesiones y medidas que creen confianza. Así como Israel desea acceder a los derechos e intereses de los palestinos, también Israel tiene derechos e intereses propios que deben ser respondidos. Cuando Israel se reunió en el pasado con líderes árabes como el presidente Sadat de Egipto y el rey Hussein de Jordania, que hablaban el lenguaje de la paz con sus pueblos y estaban dispuestos a adoptar pasos concretos para el compromiso, Israel llegó a acuerdos con ellos y se alcanzó la paz.
Sólo negociaciones entre las partes pueden conducir a la paz. Los intentos de los palestinos y de algunos países árabes de forzar a Israel a que acepte las demandas palestinas o las resoluciones unilaterales de la ONU, promovidas por los países árabes, no acercan a las partes a la paz. Las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que todas las partes en la región aceptaron, proporcionan un importante formato para llevar adelante negociaciones para un acuerdo permanente. Israel ha declarado además, siempre que se cumplan ciertas condiciones importantes, su disposición de implementar las medidas de la Hoja de Ruta. Mas la Hoja de Ruta logrará funcionar solamente si los palestinos cumplen con sus obligaciones, algo que no han comenzado a hacer, especialmente cuando se trata de desmantelar la infraestructura terrorista y poner fin a la incitación, como lo requiere la primera etapa de la Hoja de Ruta.
Llegar a la paz requiere la creación de una atmósfera positiva, libre de terrorismo e incitación y que promueva esfuerzos para el alcance de un entendimiento mutuo. Israel ha adoptado en muchas ocasiones medidas destinadas a ayudar a mejorar las condiciones de vida de los palestinos y a la rehabilitación de la economía palestina. Israel ha hecho y está dispuesto a hacer en el futuro nuevos gestos de buena voluntad como medidas para crear confianza - tales como el alivio de las restricciones retirando barreras en los caminos, levantando cierres, permitiendo a palestinos trabajar en Israel y retirándose de ciudades palestinas. Israel está dispuesto a llevar a cabo estos pasos siempre que la seguridad israelí no se perjudique y que los palestinos no respondan con terrorismo.
Pasos positivos que sean adoptados por los países árabes habrán de ayudar también a generar una atmósfera positiva, tales como la revitalización de los contactos multilaterales y el proceso de Barcelona, que pretenden promover la cooperación regional. Un movimiento positivo y la cooperación en asuntos que afectan la vida de todos los que viven en la región contribuirá psicológicamente a abordar los difíciles asuntos políticos que requieren ser estudiados y resueltos.
Finalmente, la paz debe significar la resolución de todas las demandas y el fin del conflicto. Una vez que se alcance un acuerdo de paz, se debe abrir una nueva página y las relaciones entre Israel y los palestinos, así como las relaciones de Israel con todos sus vecinos deben ingresar en una nueva senda caracterizada por el diálogo y la cooperación, y no por el antagonismo y la confrontación.
• ¿Cómo ve Israel la Hoja de Ruta?
El 25 de mayo del 2003, el gobierno de Israel aceptó las medidas que se establecen en la Hoja de Ruta con la esperanza que esta iniciativa pudiera ayudar al alcance de una paz negociada con los palestinos. No obstante, los palestinos aún no han cumplido con sus obligaciones, de acuerdo con la primera fase de la Hoja de Ruta, principalmente el "cese incondicional de la violencia".
La Hoja de Ruta es una guía basada en el plantemiento que fuera formulado por los miembros del Cuarteto - Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU. La aceptación por parte de Israel de la Hoja de Ruta estuvo acompañada por observaciones que Israel considera integrales para su implementación. Estados Unidos se comprometió a atender en forma seria y plena dichos comentarios. Más aún Israel atribuye gran importancia a la visión del presidente Bush, del 24 de junio del 2002 para el logro de la paz, como se expresa también en la Hoja de Ruta. En dicho discurso, el presidente Bush destacó que la consecución de la visión de dos estados que vivan uno junto al otro en paz requiere, como primera etapa esencial, una reforma palestina y el cese del terrorismo palestino.
La aceptación por parte de Israel de los pasos que propone la Hoja de Ruta es una expresión más de la disposición de Israel a extender su mano hacia la paz. Efectivamente, la decisión del gobierno refleja una determinación para hacer profundos compromisos con el fin de poner término al conflicto, siempre que dichos compromisos no pongan en peligro de ninguna manera la seguridad de Israel. Más aún, bajo las condiciones de seguridad, Israel desea contribuir a la mejora de la vida de los palestinos y rehabilitar la economía palestina.
Sin embargo, la Hoja de Ruta misma y el deseo de Israel de seguir adelante requieren que los palestinos cumplan con sus obligaciones en cada una de las etapas. Tiene un significado decisivo el requisito en la primera etapa de la Hoja de Ruta que los palestinos asuman el "cese incondicional de la violencia" por medio de la desmantelación de la infraestructura terrorista, confiscación de las armas y el arresto de las personas involucradas en la planificación y ejecución de ataques violentos a israelíes en cualquier lugar que sea. Los palestinos deben asimismo poner fin a la incitación. Al aceptar la Hoja de Ruta, la Autoridad Palestina asumió la obligación de poner término al terrorismo y la incitación. Israel ha puesto en claro que esas condiciones son esenciales para poder avanzar hacia la segunda etapa de la Hoja de Ruta.
El gobierno de Israel considera que sus observaciones a la Hoja de Ruta, junto con el compromiso estadounidense a atender dichos comentarios, como clave para la implementación de la Hoja de Ruta. Además de los comentarios de Israel respecto a la necesidad de una acción palestina contra el terrorismo y la incitación, las observaciones comprenden la no aceptación por parte de Israel del reclamo palestino sobre el retorno de refugiados. Al aceptar las etapas establecidas en la Hoja de Ruta, el gobierno de Israel aclaró que la resolución del tema de los refugiados no incluirá el ingreso o el establecimiento de éstos en el Estado de Israel.
• ¿Cuál es la posición de Israel sobre un estado palestino?
Israel no tiene la intención de gobernar a los palestinos. Si bien éste es uno de importantes aspectos de la posición de Israel sobre el establecimiento de un estado palestino, la seguridad de Israel y otros derechos e intereses vitales juegan también un papel importante. Bajo ninguna circunstancia Israel podrá aceptar el estableciiento de un estado terrorista junto a sus fronteras.
En el discurso que pronunciara el 4 de junio del 2003 en el
encuentro cumbre de Akaba con el presidente Bush de EE.UU. y el entonces primer ministro palestino Abbas, el primer ministro Sharón manifestó lo siguiente respecto a un estado palestino:
"Israel, como otros, ha brindado su vigoroso apoyo a la visión del presidente Bush, expresada el 24 de junio del 2002, sobre dos estados - Israel y un estado palestino - que coexistan en paz y seguridad. El gobierno y el pueblo de Israel saludan la oportunidad de poder reanudar las negociaciones directas de acuerdo a los pasos de la Hoja de Ruta adoptada por el gobierno de Israel para alcanzar dicha visión."
No es del interés de Israel gobernar a los palestinos, sino que los palestinos se gobiernen a sí mismos en su estado propio. Un estado palestino democrático que viva en paz con Israel promoverá la seguridad a largo plazo y el bienestar de Israel como estado judío Podemos además reafirmar a nuestra contraparte palestina que entendemos la importancia de una contigüidad territorial en la Margen Occidental para un estado palestino viable.
En este mismo discurso, el primer ministro Sharón subrayó que "no puede haber paz sin el abandono y la eliminación del terrorismo, la violencia y la incitación."Ésta no es sólo una condición básica que ha sido estipulada en detalle en la primera etapa de la Hoja de Ruta, sino que sin su cumplimiento el establecimiento de un estado palestino significará el establecimiento de un estado terrorista a lo largo de las fronteras de Israel, y eso sería algo inaceptable.
Toda polémica acerca de la creación de un estado palestino debe concentrarse en la naturaleza de ése. Sus parámetros, incluyendo las fronteras finales, deberán ser negociados entre Israel y los palestinos. También otros elementos son críticos para la seguridad de Israel. Los esfuerzos para la creación de un estado palestino deben tomar en cuenta los derechos e intereses vitales de Israel, especialmente en los asuntos de seguridad, de modo que pueda existir la paz y laestabilidad en la región.
• ¿Por qué Arafat no es un socio para la paz?
En su carta del 9 de septiembre de 1993 al primer ministro israelí Itzjak Rabín, Yasser Arafat declaró que "la OLP renuncia al uso del terrorismo y de otros actos de violencia" y que la OLP se compromete a "una resolución pacífica del conflicto entre las partes y manifiesta que todos los asuntos pendientes que se refieren al status permanente serán resueltos por medio de negociaciones."
Todo el proceso de paz está basado en la promesa de Arafat.
Lamentablemente, él decidió violar dicho compromiso y adoptar una estrategia de lucha armada. Terroristas palestinos atacaron israelíes incluso durante los primeros años del proceso de paz, a pesar del progreso que se estaba logrando en las negociaciones. Finalmente en septiembre del 2000, luego del rechazo por parte de Arafat al acuerdo de paz ofrecido por el presidente estadounidense Bill Clinton y el primer ministro israelí Ehud Barak en Camp David, en junio de ese año, Arafat eligió intensificar la violencia, una decisión que ha sido confirmada en declaraciones de funcionarios palestinos.
El 6 de diciembre del 2000, el diario palestino semi oficial Al-Ayam informó lo siguiente:
Hablando ante un simposio en Gaza, el ministro palestino de Comunicaciones, Imad Al-Falouji, confirmó que la Autoridad Palestina había comenzado los preparativos para el estallido de la Intifada actual en el momento en que concluyeron las conversaciones de Camp David, de acuerdo a las instrucciones impartidas por Arafat mismo. El Sr. Falouji continuó diciendo que Arafat inició esta Intifada como una etapa culminante de la inmutable posición palestina en las negociaciones y no significó meramente una protesta por la visita del líder de la oposición israelí Ariel Sharón al Monte del Templo.
La participación personal de Yasser Arafat en el terrorismo es evidente. No solamente no ha hecho nada por detener el terrorismo, sino que le ha ayudado y asistido, usándolo como instrumento para presionar a Israel. Arafat ha firmado los cheques que financian a los grupos terroristas y sus actividades, ha aprobado el contrabando de armas (como se viera dramáticamente en el cargamento de armas hallado a bordo del barco
Karine A en enero del 2002), y ha dado refugio a terroristas buscados en su propio cuartel. Significativamente la facción de Arafat, Fátaj (las brigadas Al-Aksa), y su unidad especial de guardias, la Fuerza 17, han participado activamente en el terrorismo.
Desde 1993 Arafat ha empleado el término jihad (guerra santa) en muchos de sus discursos y declaraciones. Encontrando constantemente excusas para el terrorismo (incluso cuando ha formulado condenas fingidas) e intentando incorporar al Jamás y otros grupos terroristas (en lugar de desmantelarlos como exige, por ejemplo, la Hoja de Ruta) - Arafat demuestra que no tiene ninguna intención de poner fin al terrorismo. Arafat ha demostrado, una y otra vez, que no se puede confiar en él, que sus compromisos no tienen valor alguno y que no cumple sus promesas.
Pero, más allá de eso, Arafat ha fallado a su propio pueblo. Su rechazo a las ofertas y concesiones hechas por Israel en Camp David en el verano del 2000, bloquearon el cumplimiento de las aspiraciones palestinas dentro del contexto de un acuerdo de paz con Israel. Aproximadamente tres años más tarde, el torpedeo de Arafat a las labores del primer ministro palestino Mahmud Abbas (Abu Mazen), que condujo a la renuncia de Abbas en septiembre del 2003, causó un serio daño a los esfuerzos por hacer avanzar la Hoja de Ruta, que potencialmente habría podido cumplir las aspiraciones internacionales de promover el proceso de paz. Más aún, la corrupción sin escrúpulos de la Autoridad Palestina, la desaparición de millones de dólares y euros a los bolsillos de Arafat y sus compañeros, y su negativa de llevar a cabo una genuina reforma de la Autoridad Palestina demuestran que no es el interés del pueblo palestino lo que le preocupa, sino el interés de Arafat mismo.
Israel está preparado para negociar con cualquier líder palestino que cumpla con las obligaciones y compromisos palestinos vitales para el éxito del proceso de paz, en primer lugar, combatir el terrorismo y cesar la incitación que alimenta el odio y la violencia. Durante muchos años, Israel tuvo la esperanza de que Arafat fuera ese tipo de líder, mas los últimos tres años han demostrado que no lo es.
Israel no tiene la intención de decir a los palestinos quién debe ser elegido como su líder. No obstante, Israel no tiene ninguna obligación de tratar con alquien que repetidamente ha demostrado que no se puede confiar en él y que su palabra no tiene ningún valor. Israel está interesado en un genuino proceso de paz con un contraparte que trabaje por la paz. Israel no está interesado en un ejercicio fútil y estéril que en definitiva no produzca nada más que la continuación del conflicto y la angustia. Israel desea un socio genuino para la paz. Arafat no lo es.
• ¿Por Cómo perjudica la incitación las tratativas de paz? Existe una conexión directa entre la incitación antiisraelí y antisemita y el terrorismo. La incitación y la constante indoctrinación antiisraelí extremista en la sociedad palestina nutren una cultura de odio que conduce al terrorismo.
Los numerosos intentos de poner fin al conflicto árabe-israelí son conocidos, no por casualidad, como el proceso de paz. La transición de un estado de guerra a un estado de paz no es simplemente el resultado de un acto diplomático único de la firma de un acuerdo. Es un proceso que se extiende a lo largo del tiempo, un proceso que exige un esfuerzo mutuo para cambiar posiciones, valores y la percepción del que fuera considerado el enemigo. Requiere la transición a un nuevo paradigma, la creación de un nuevo estado de ánimo.
En varios de los países árabes y en la sociedad palestina la lucha contra Israel ocupa un lugar central, y el llamado a destruir a Israel ha estado en el corazón de su cartácter socio-cultural y político. En algunas sociedades árabes esta situación persiste hasta el día de hoy. La vehemente retórica palestina antiisraelí ha tenido un efecto paralizador en la región sobre los esfuerzos de paz. La intensa cobertura de la perspectiva palestina de los acontecimientos y la incitación por parte de voceros palestinos ha inflamado los sentimientos antiisraelíes en los países árabes, influyendo a veces en muchos países árabes pro-paz a reducir el nivel de sus relaciones con Israel. La incitación palestina causa violencia a corto plazo, y a largo plazo reduce las posibilidades de paz y de reconciliación entre Israel y sus vecinos.
El sistema educacional palestino, los medios de comunicación, la literatura, los cantos, el teatro y el cine han sido movilizados para la indoctrinación antiisraelí extremista que a veces degenera en un abierto antisemitismo. La incitación al odio y la violencia está presente prácticamente en todos los ámbitos de la sociedad palestina: en escuelas parvularias y jardines de infantes, movimientos juveniles, escuelas, universidades, sermones en las mezquitas y manifestaciones callejeras. Esto crea una cultura de odio y violencia que a su vez proporciona un fértil terreno al terrorismo y el crimen.
La incitación contra Israel tiene muchos aspectos. Empieza por ignorar totalmente la existencia misma del Estado de Israel. Los mapas en las escuelas y universidades no incluyen siquiera el nombre de Israel, ni el de un gran número de ciudades y pueblos. Fuera de eso, la incitación engrandece los nombres y las acciones de los terroristas suicidas, pone su nombre a equipos de fútbol y presenta a los terroristas como modelos a ser emulados. La incitación incluye caricaturas antisemitas que usan el mismo tipo de motivos e imágenes que se emplearon contra los judíos durante la época nazi.
La pregunta que debe formularse es qué tipo de futuro ofrece la industria de la incitación a la próxima generación, que crece aprendiendo a odiar?. Será capaz la generación joven de pensar en términos de paz, buena vecindad, tolerancia y compromiso? Podrá crear la sociedad palestina un estado de ánimo diferente que se requiere para la paz, que es más que firmar simplemente un tratado de paz?
Uno no puede ignorar la intensidad de los sentimientos que existen en ambas partes del conflicto en el Medio Oriente. Sentimientos de profunda cólera y frustración existen también en el lado de Israel. Pero existe una enorme diferencia entre sentir ira y frustración por un lado, y promover una cultura de odio, por el otro.
A diferencia de gran parte de la sociedad palestina, la sociedad israelí considera la paz como el más noble de sus objetivos y la más alta de las aspiraciones a nivel individual y nacional. El deseo de paz, de calma y de normalización de la vida cotidiana se encuentra en el centro del ser y la cultura de Israel. Los miles de, libros, obras de arte, canciones y artículos sobre la paz que se han escrito en Israel desde la creación misma del Estado son demasiado numerosos para ser detallados. La paz es un valor importante, el mayor sueño de cada madre y padre, el cumplimiento de la idea sionista cuya visión es que Israel viva en paz y cooperación con todos sus vecinos.
No hay ninguna razón legítima para que los niños israelíes aprendan en sus escuelas sobre la paz y la coexistencia mientras, en contraste, los niños palestinos aprenden a honrar a los terroristas suicidas y el jihad. Aquellos que desean la paz deben educar hacia ella paz, y no promover el odio y el asesinato.
• ¿Cuál debiera ser la función del mundo árabe?
Israel desea la paz con todos los países árabes. Más aún, los estados árabes tienen el potencial de hacer una importante y positiva contribución al proceso de paz y de majorar la faz de la región. Pero, para que eso tenga lugar, deben dejar de apoyar las actividades terroristas. Deben cesar la incitación y la propaganda antisemita contra Israel, que no genera nada más que odio y crea un terreno fértil para el terrorismo. La política del mundo árabe de confrotación con Israel debe ser reemplazada por una política de diálogo.
Las organizaciones terroristas palestinas y otras en el Medio Oriente reciben apoyo, incluyendo fondos y armas, de diversos países árabes. Algunos estados árabes, entre ellos Siria, junto con Irán, respaldan a las más violentas y peligrosas organizaciones terroristas, tales como Jizbalá. Siria es sede de cuarteles y bases de entrenamiento de varias organizaciones terroristas palestinas, incluyendo el Jamás y el Jihad Islámico. Este apoyo debe cesar para que se pueda poner fin al terrorismo. Sólo entonces los esfuerzos por la paz tendrán alguna posibilidad de éxito.
En los últimos años se ha permitido florecer en los países árabes las más extremistas formas de incitación antiisraelí, que recuerdan los primeros períodos del conflicto árabe-israelí. Hay una proliferación de propaganda antisemita en mezquitas y escuelas, en medios de comunicación estatales y en la academia. Este material racista, similar al usado en tiempos pasados contra el pueblo judío - tales como las calumnias de crimen ritual y los así llamados "Protocolos de los Sabios de Sión" - generan más odio y crean un terreno fértil para el terrorismo.
©Oficina de Prensa del Gobierno de Israel Los lideres de Egipto, Estados Unidas e Israel estrechan sus manos en la ceremonia de firma del tratado de paz israelo-egipcio (26 de marzo 1979)
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Si bien no hay ilusiones de que los estados árabes concuerden con Israel en los temas específicos en disputa, deberían concordar en que la solución de éstos implicará compromisos por ambas partes. No se puede esperar que Israel acepte ultimátums o proposiciones de "todo o nada", tales como las decisiones de la
Cumbre en Beirut de la Liga Árabe a fines de marzo del 2002, que se basaban en la iniciativa saudita. Esas decisiones establecían, en efecto, que se debe hacer la paz con Israel solamente si éste accede a todas las demandas y condiciones árabes; los derechos e intereses de Israel fueron totalmente ignorados, al igual que la necesidad de negociaciones y de compromiso para resolver todos los asuntos pendientes.
No se deben aprovechar los foros internacionales, como las Naciones Unidas, como ocurre año tras año, al presionar los países árabes para la adopción de las mismas resoluciones antiisraelíes parciales e infructuosas, en lugar de buscar una nueva y constructiva forma para la resolución de las diferencias.
El presidente Anwar Sadat de Egipto y el rey Hussein de Jordania demostraron un verdadero liderazgo al hacer la paz con Israel. Países como Egipto, Jordania y Marruecos (que también jugó un papel clave en la promoción de la paz) pueden contribuir mostrando al resto del mundo árabe el camino para el ingreso a relaciones pacíficas y cooperativas con Israel.
Deslegitimación y antisemitismo
• Es diferente el antisionismo del antisemitismo? Israel, como democracia, es receptiva a la crítica justa y legítima. No obstante, muy frecuentemente Israel es sujeto a críticas y normas que no se aplican a ningún otro país. Aunque un criticismo válido de Israel no tiene absolutamente ninguna conexión con el antisemitismo, algunas de las irrazonables condenas tienen sus raíces en actitudes antisemitas, generalmente disfrazadas de "antisionistas". Al igual que en el pasado, los judíos servían de chivo expiatorio para muchos problemas, hoy hay intentos de transformar a Israel en el paria internacional.
"Antisemitismo" es el nombre dado a la forma de racismo practicada contra el pueblo judío. Aunque la interpretación literal de antisemitismo podría parecer que denota hostilidad hacia todos los pueblos semitas, es una falacia. El término fue acuñado en Alemania en 1879 para describir las campañas europeas antijudías de esa época, y muy rápido pasó a definir la persecución o discriminación contra los judíos a lo largo de las épocas.
El odio al pueblo judío es un fenómeno antiguo, tradicionalmente asociado con expresiones de xenofobia e intolerancia religiosa. El antisemitismo ha tomado diferentes formas y usado diversos motivos a lo largo de la historia. En tiempos modernos, ha sido promovido por ideologías nacionalistas extremistas e incluso racistas. Hoy en día existe un serio antisemitismo en los países árabes.
Versión egypcia (1994) de "Los Protocolos de los Sabios de Sión"
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Versión egypcia (2001) del libelo antisemita "El judío internacional"
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El antisemitismo alcanzó su punto máximo con el Holocausto. Más de 6 millones de judíos (un tercio de la población judía mundial) fueron asesinados brutal y sistemáticamente durante la Segunda Guerra Mundial.
El antisemitismo moderno en Europa, después de haber estado reprimido durante décadas, ha estallado con renovada furia en los últimos años en una nueva forma: "antisionismo" u odio al Estado de Israel.
El sionismo es el movimiento de liberación nacional del pueblo judío, expresión de su legítima aspiración a la autodeterminación e independencia nacional. El movimiento sionista fue creado para brindar a un antiguo pueblo su propio estado soberano en su patria ancestral. Israel es la moderna materialización política de este ancestral sueño.
El objetivo del antisionismo es negar la legitimidad de Israel, con lo cual se niega al pueblo judío su lugar en la comunidad de las naciones. Denigrar el sionismo es por lo tanto atacar el derecho básico de Israel a la existencia como nación, igual que todas las demás naciones, violando uno de los principios básicos de la ley internacional.
Tal como el antisemitismo niega a los judíos sus derechos como individuos que viven en una sociedad específica, el antisionismo ataca al pueblo judío como nación, a nivel internacional. A semejanza del uso de "el judío" como chivo expiatorio para muchos problemas sociales, Israel ha sido elegido para ser censurado desproporcionada y parcialmente en la escena internacional.
El antisionismo se manifiesta frecuentemente en los ataques contra Israel en las Naciones Unidas y en otros foros internacionales. En el curso de los años, casi todos los encuentros y todos los eventos de la comunidad internacional han sido explotados para condenar a Israel, sin importar cuál haya sido el asunto en discusión o cuán tenue fuera la conexión del tema con el conflicto en el Medio Oriente.
Más aún, no es coincidencia que la reciente censura a Israel en foros internacionales y en los medios de comunicación haya venido acompañada de un dramático aumento en los incidentes antisemitas en muchos lugares del mundo.
Como nación entregada a los principios de la democracia, Israel considera que la crítica, proceda de otras naciones o de su propio pueblo, es un arma poderosa para lograr cambios positivos. Sin embargo, existe una clara distinción entre llamados legítimos para alcanzar mejoras y el intento de negar la legitimidad de Israel aislándolo constantemente y haciendo uso de patrones no aplicados a otros estados - todo esto mientras se sigue ignorando el contexto en el cual Israel debe luchar para subsistir ante los violentos ataques contra sus ciudadanos y, como se estila frecuentemente, contra su existencia misma.
• Qué es la negación del Holocausto? El Holocausto fue el intento deliberado y sistemático para el exterminio de todo el pueblo judío. Intentos actuales para disminuir o negar esta tragedia, única en su género, violan el recuerdo de sus millones de víctimas.
En el año 1933, Adolf Hitler accedió al poder en Alemania estableciendo un régimen racista en el cual los judíos eran considerados "untermenschen" (subhumanos), que no pertenecían a la especie humana.
Después que Alemania provocó la Segunda Guerra Mundial en 1939, Hitler empezó a implementar su "Solución Final" para la aniquilación del pueblo judío. Sus fuerzas concentraron a los judíos en guetos y establecieron campos de trabajo, de concentración y de exterminio a los que los judíos eran transportadoss. Aquellos que no eran considerados aptos para el trabajo eran exterminados, mientras la mayoría de los demás murieron por una deliberada inanición y las enfermedades. Documentos descubiertos después de la guerra muestran que el objetivo de Hitler era exterminar a todos los judíos del mundo.
©Archivo Yad Vashem / Deptartemento de Cine y Fotografía Sobrevivientes del campo de concentración de Buchenwald |
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Durante los seis años de la guerra fueron asesinados por los nazis 6.000.000 de judíos, incluyendo 1.500.000 de niños. Esta deliberada aniquilación de los judíos, llevada a cabo con escalofriante eficiencia, acabó con un tercio de la población judía del mundo. Este genocidio fue algo único en su género, administración e implementación. Intentó destruir a todo un pueblo donde quiera que se hallara simplemente por el hecho de haber nacido judíos. Por estos motivos se le dio un nombre específico: el Holocausto.
Ahora, poco más de cincuenta años después, grupos racistas neonazis y antisemitas niegan que el Holocausto haya tenido lugar, o intentan disminuir la tragedia sosteniendo que su escala fue mucho menor. Algunos racistas desearían limpiar al nazismo de esta mancha. Otros creen que el Estado de Israel fue establecido para compensar a los judíos por el Holocausto; negando que haya sucedido, buscan la manera de privar a Israel de su derecho a la existencia. Ésta es la razón por la cual los que niegan el Holocausto gozan de tanto respaldo en el seno de los países árabes. De hecho, varios líderes árabes durante la Segunda Guerra Mundial apoyaron los planes nazis de aniquilar a los judíos y en tiempos recientes se han dejado oír determinadas voces árabes quejándose de porqué Hitler no concluyó su tarea.
En los últimos años, la negación del Holocausto ha adoptado una nueva cara. Maliciosos enemigos de Israel tanto de izquierda como de derecha frecuentemente igualan a los israelíes con los nazis y a los palestinos con los judíos. No sólo que esta horrenda calumnia está destinada a deslegitimar la existencia misma de Israel, sino que es un intento de minimizar el Holocausto. Al comparar ambas situaciones, que no comparten absolutamente ninguna base común, Israel es condenado inmoralmente y el sufrimiento de las víctimas del Holocausto es trivializado.
La negación del Holocausto, en todas sus formas, es una abominación moral y no debe ser tolerada jamás. Sólo por medio del recuerdo, la documentación y la conmemoración del Holocausto, podemos asegurar que nada similar vuelva a ocurrir a los judíos o a cualquier otro pueblo del mundo.
• Por qué ha habido un incremento en los incidentes antisemitas? La campaña para deslegitimar a Israel ha conducido a un agudo aumento en los ataques antiisraelíes y antisemitas en todo el mundo. Cada vez más, se borra la línea entre una crítica legítima a Israel y los ataques antisemitas a objetivos judíos.
Desde el comienzo de la violencia en septiembre del 2000, Israel ha estado sujeto a una campaña mundial de desligitimación. Ha sido atacado en los medios de comunicación y los foros internacionales, difamado por líderes políticos e intelectuales. Su mismo derecho a la existencia ha sido cuestionado, al igual que su obligación básica de defender a sus ciudadanos, Extremistas de izquierda y de derecha se han unido en su odio al estado judío.
Estos ataques van más allá de una crítica justificada que Israel, como vibrante democracia, considera parte del legítimo diálogo en los estados. Sin embargo, no es legítimo censurar a Israel en una forma burdamente desproporcionada, exigiéndole normas imposibles que no se aplican a ningún otro estado.
Son muchas las razones detrás de este creciente fenómeno. Está íntimamente ligado con la capacidad de los palestinos de vender su imagen como víctimas impotentes. Han usado esta imagen para jugar con los sentimientos de aquellos que luchan por los derechos humanos (mientras el liderazgo palestino y el terror violan los más básicos derechos de inocentes israelíes víctimas del terror y de su propio pueblo). Otras condenas son más ideológicas, frecuentemente promovidas por aquellos que desean ignorar todas las transgresiones de los regímenes totalitarios, sin importar lo atroces que sean, pero critican cualquier medida defensiva adoptada por estados democráticos. Actitudes antisemitas tradicionales, por lo general encubiertas como posiciones antisionistas, han jugado también su papel. La parcialidad de los medios de comunicación también ha sido un importante factor que ha contribuido a la deslegitimación de Israel.
Estos ataques a la legitimad de Israel han sido acompañados por ataques físicos a objetivos judíos en todo el mundo, incluida Europa. Los ataques antisemitas han comprendido el colocar bombas en sinagogas y escuelas judías, vandalismo y profanación de cementerios judíos, amenazas de muerte y violencia contra individuos y ataques no provocados incluyendo asesinatos. Estos crímenes contra civiless e instituciones comunitarias judías suelen ser disimuladas como "acciones antisionistas".
©2002 Reuters Daño a la antigua sinagoga en Djerba, Tunicia (11 de avril 2002)
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La situación en el Medio Oriente es aún peor. La virulenta retórica antiisraelí es un lugar común y se ha intensificado. Mitos antisemitas y antiisraelíes, frecuentemente perpetuados por gobiernos (como en declaraciones formuladas por el presidente de Siria Bashar Assad y el primer ministro de Malesia Mahathir), son creídas por grandes porcentajes de la población de la región. El incansable torrente de exageradas acusaciones y totalmente infundadas que emanan de los voceros palestinos ha contribuido en gran manera a la creciente ola de antisemitismo. Una de sus consecuencias ha sido el aumento en los ataques a objetivos judíos en el mundo árabe que ha causado víctimas como durante el ataque terrorista a la antigua sinagoga en Djerba, Tunicia, en abril del 2002, en el que fueron asesinados 12 turistas europeos, 4 árabes locales y un judío.
Israel está seriamente preocupado por el reciente y significativo aumento del antisemitismo, dirigido contra las comunidades judías en Europa y en otros lugares. Éstos debieran despertar una profunda preocupación en todos los pueblos civilizados. Israel llama a los gobiernos de los países en los que está surgiendo el antisemitismo a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus comunidades judías y poner en manos de la justicia a los perpetradores de dichos deplorables ataques. La incitación antisemita - ya sea por parte de particulares, organizaciones o incluso los líderes de ciertos países - debe ser condenada enérgicamente.
• Trata la comunidad internacional trata a Israel en forma honesta? El Estado de Israel forma parte de la comunidad de las naciones y es un activo miembro en las organizaciones internacionales. Si bien las Naciones Unidas han adoptado cada tanto resoluciones que podrían significar una buena base para el avance de la paz entre Israel y sus vecinos, gran parte el tiempo la ONU ha tenido una actitud parcial hacia Israel.
Israel se incorporó a las Naciones Unidas, como miembro No 59, el 11 de mayo de 1949. Desde entonces, ha participado en una amplia serie de actividades de dicha organización, empeñándose en contribuir plenamente con los organismos de las Naciones Unidas y las agencias internacionales dedicadas a la salud, el desarrollo, el trabajo, la alimentación y la agricultura, la educación y las ciencias. Israel juega un activo rol en las tareas de las organizaciones no gubernamentales auspiciadas por las Naciones Unidas que tratan asuntos tales como la aviación, la inmigración, de las comunicaciones a la meteorología; desde el comercio al status de la mujer.
Algunas de las resoluciones adoptadas por las Naciones Unidas han revestido crucial importancia para Israel, entre ellas las resoluciones del Consejo de Seguridad 242 (22 de noviembre de de 1967) y 338 (22 de octubre de 1973), que proporcionaron un marco acordado de conciliación en el conflicto árabe israelí. En el transcurso de los años, las Naciones Unidas han jugado un papel activo para el cese de las hostilidades entre Israel y sus vecinos árabes, designando mediadores, otorgando sus auspicios para los ceses de fuego y acuerdos de armisticio, y destacando fuerzas de las ONU entre los contendedores.
Por otra parte, se ha abusado frecuentemente la ONU y se la ha convertido en un campo de batalla en la actual campaña política entablada contra Israel por sus adversarios en la región. Los 21 estados árabes, con la ayuda de los países musulmanes y el grupo de los No Alineados constituyen una "mayoría automática" simpatizante que apoya dichas hostiles iniciativas, asegurando la adopción de resoluciones antiisraelíes en la Asamblea General y otros foros de las Naciones Unidas.
Desde el fin de la Guerra Fría, y habiendo aprovechado el impulso conseguido en el proceso de paz en el Medio Oriente, la Asamblea General ha comenzado a tomar resoluciones más equilibradas en lo que respecta a la región. La Asamblea General del año 1991, que repudió la infame resolución que establecía la ecuación "sionismo=racismo", es uno de esos ejemplos. A Israel también se le ha permitido incrementar su participación en las actividades de las Naciones Unidas, y esto, debido a su reciente admisión a un grupo regional (aunque esta participación le fue negada por mucho tiempo).
Sin embargo, el estallido de violencia y el terrorismo palestinos a fines de septiembre del 2000 y sus consecuentes tres años han revertido en gran medida esta positiva tendencia. El liderazgo palestino, los estados árabes miembros y sus partidarios en la ONU explotan la inquietud políticamente motivada para sacar en la escena internacional su propio provecho contra Israel. Al igual que en el pasado, frecuentemente son propuestas y adoptadas resoluciones antiisraelíes abiertamente parciales. A veces, incluso encuentros internacionales, como la
"Conferencia Mundial 2001 contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y la Intolerancia" en Durban, Sudáfrica, han sido aprovechados para convertirlos en ataques antisemitas y antiisraelíes. Siria, un estado que auspicia el terrorismo, ha pasado a ser miembro del Consejo de Seguridad y hace uso de dicho foro como otro medio más para atacar a Israel. Desafortunadamente, la muy frecuente y alarmante parcialidad antiisraelí de la ONU enturbia su integridad y despierta serias dudas respecto a su capacidad de contribuir al alivio de las tensiones, y de jugar un papel constructivo para promover una paz justa y genuina entre Israel y sus vecinos árabes.
• Han sido honestos los medios de comunicación en la forma de cubrir el conflicto?
La cobertura por parte de los medios de comunicación internacionales del conflicto en el Medio Oriente ha sido en muchos casos desequilibrada, deshonesta y predispuesta contra Israel.
La prensa moderna, especialmente los medios de comunicación electrónicos, son un medio para transmitir grandes cantidades de información a millones de personas. La competencia comercial afecta al modo en que los medios de comunicación proporcionan una información rápida y concisa. Esta competencia suele conducir a una presentación superficial y simplista de una realidad que de hecho es compleja y complicada, como la que existe en el Medio Oriente.
La contradicción entre la necesidad de informar acerca de la compleja realidad en el Medio Oriente y la necesidad de brindar información concisa en la forma más simple (y a veces superficial) posible, tiene generalmente como resultado una cobertura distorsionada, desequilibrada e injusta de todo lo que se refiere a Israel.
En muchos casos, los medios de comunicación tienden a presentar una situación compleja por medio de estereotipos de blanco y negro, en los cuales Israel juega el papel del "conquistador" que oprime los derechos del "conquistado". Esto a su vez lleva automáticamente a una imagen distorsionada de Israel como la raíz de todo el mal en el Medio Oriente.
No obstante, la realidad es mucho más compleja que eso. La honestidad requiere que sea examinada la razón por la cual Israel asumió el control de los territorios, así como el hecho que desde 1948 el mundo árabe ha llamado a la destrucción de Israel por todo medio posible. Desafortunadamente, esta realidad, con sus amplias y profundas ramificaciones es difícil de transmitir en un informe televisivo que dura un par de segundos o como máximo algunos minutos.
La cobertura de noticias del Medio Oriente por lo general proporciona imágenes instantáneas de acontecimientos de actualidad. Pueden presentar imágeners dramáticas, pero en la mayoría de los casos brindan muy poca visión de las circunstancias más amplias en las cuales se produjo la imagen, y frecuentemente sacan los eventos fuera de contexto.
La imagen de un joven palestino enfrentando un tanque israelí es una nota que despierta las emociones de los televidentes, es una historia que vende bien. Pero esta imagen es una gran distorsión de la realidad. En la imagen el tanque se ve como la representación del "ocupante cruel y poderoso", la personificación de un mal que supuestamente es el origen del conflicto del Medio Oriente. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja que una imagen captada en un instante - el antes y el después son desconocidos para el espectador, Más aún, la imagen y el informe que la acompaña por lo general dicen poco o nada sobre el continuo terrorismo palestino que es la única razón por la cual el tanque está allí en primer plano. Los medios de comunicación no dicen mucho acerca de los terroristas palestinos que actúan deliberadamente desde centros urbanos. Poco se muestra sobre cómo los terroristas se mezclan con la población palestina civil, usando cínicamente a niños y otros civiles como los escudos tras los cuales lanzan sus ataques contra israelíes inocentes. Muy poco o nada se dice acerca de los terroristas, sabiendo que las Fuerzas de Defensa de Israel harán todo lo posible para evitar causar daño a civiles inocentes, incluso a expensas de poner en peligro la vida de los soldados mismos.
Otra razón para el desequilibrio en la cobertura de los medios de comunicación es que en el lado de Israel los representantes de la prensa internacional trabajan en medio de una sociedad abierta y democrática en la que la libertad de prensa y la libertad de expresión están garantizadas. La prensa internacional en Israel tiene acceso a todas las fuentes de noticias y a todas las opiniones en el espectro político. En contraste, la sociedad palestina y las sociedades en la mayoría del mundo árabe no tienen libertad de expresión, ni libertad de prensa. La oportunidad en dichas sociedades de informar en forma independiente prácticamente no existe y, en consecuencia, la posibilidad de la prensa extranjera de brindar informes auténticos, objetivos y veraces es muy limitada.
En el pasado han habido algunos casos que se han hecho públicos, en los que los palestinos amenazaron con atentar contra corresponsales extranjeros que deseaban informar acera de acontecimientos que podrían haber perjudicado los intereses palestinos. En forma similar, han habido casos en los que los palestinos aceptaron permitir a la prensa cierta "libertad" en la en la forma que llevaban a cabo su trabajo con la condición que los informes correspondieran a las posiciones y al mensaje que los palestinos aspiraban transmitir.
Los medios de comunicación internacionales han criticado agriamente a Israel por restringir la libertad de movimiento de los palestinos y por el sufrimiento de éstos en las barreras colocadas por las Fuerzas de Defensa de Israel en las carreteras de los territorios desde el estallido de la violencia en septiembre del 2000. Las escenas que aparecen en las pantallas de televisión son efectivamente duras. Muestran mujeres y niños esperando, frecuentemente largo rato, para pasar en la barrera revisiones de seguridad. Estos informes muestran una situación que es solamente una parte del cuadro, porque ignoran el contexto y el hecho que la única razón por la que se colocan allí barreras es para impedir que terroristas suicidas palestinos lleguen hasta las poblaciones civiles israelíes. También se ignora la obligación del gobierno israelí de defender a sus ciudadanos de aquellos que van camino a hacerse estallar y asesinar a inocentes personas en cafés, autobuses, centros comerciales y otros lugares públicos en Tel Aviv, Jerusalem y otras ciudades israelíes. Dan los medios de comunicación que se centran en las barreras la debida consideración al derecho de los civiles israelíes a vivir libres de la amenaza del terrorismo y de una muerte violenta? La respuesta es generalmente no.
Uno de los más prominentes ejemplos de la actitud fundamentalmente predispuesta y deshonesta que adopta gran parte de los medios de comunicación se vio en su manejo de las crueles batallas entre soldados israelíes y terroristas palestinos en Jenín en abril del 2002. Poco tiempo después de la batalla la mayor parte de los medios de comunicación sacó apresuradas conclusiones y describió la batalla como una "masacre" de palestinos por parte de Israel. Éste fue inmediatamente acusado de haber destruido la ciudad. Israel fue juzgado por la prensa antes que se conocieran los hechos más elementales. La mayor parte de la prensa internacional se tragó la versión de la propaganda palestina acerca de lo ocurrido. Si hubieran verificado los hechos habrían sabido que lo que inicialmente fue descrito como una "masacre" fue de hecho una batalla en la que 56 palestinos (la gran mayoría de ellos terroristas armados) resultaron muertos, al igual que 23 soldados israelíes. Lo que inicialmente fue reseñado como la "destrucción de Jenín" resultó ser una batalla que se llevó a cabo en sólo una pequeña zona (alrededor de 100 x 100 metros), una minúscula fracción de toda la ciudad.
En las peores manifestaciones de la parcialidad de los medios de comunicación, particularmente en algunas caricaturas políticas y algunas columnas de opinión, el lenguaje y el contenido respecto a Israel han llegado a extremismos. La legitimidad misma de la existencia de Israel es cuestionada y a veces han sido usados estereotipos y símbolos antisemitas, similares a los que atacaban al pueblo judío en el pasado.
No obstante, lo que generalmente ha caracterizado la parcialidad de los medios de comunicación internacionales es el doble estándar que usa con Israel. Si bien como democracia, Israel acepta el legítimo escrutinio, la prensa examina incansablemente a Israel, fuera de toda proporción con otras democracias occidentales. Se ignora total e injustificablemente el hecho que Israel afronta una amenaza existencial por parte de una significativa parte de los países de la región. Esos países, que aún no se han conformado con la existencia de Israel como estado judío, están muy lejos de cumplir las más básicas normas de democracia y libertad. Más aún, criticando prácticamente todo lo que Israel hace para combatir el terrorismo, los medios de comunicación internacionales frecuentemente han ignorado el hecho que otras democracias occidentales han usado medidas similares o más duras al afrontar amenazas a su seguridad nacional y a la seguridad de sus ciudadanos.
El sionismo es el movimiento para el restablecimiento de la autodeterminación del pueblo judío en su patria ancestral y la reanudación de la soberanía judía en la Tierra de Israel.
En el año 70 EC, los romanos destruyeron el Templo y arrasaron la ciudad de Jerusalem, la capital religiosa y administrativa del pueblo judío. La independencia judía llegó a su fin, y en las décadas siguientes la mayoría de los judíos de la Tierra de Israel fue exiliada. Ellos nunca perdieron la esperanza de regresar a su hogar, y expresaron sus añoranzas y anhelos por medio de la oración y la literatura. Al finalizar la cena anual de Pésaj (Pascua judía) los judíos de todo el mundo repiten el voto "El próximo año en Jerusalem", y en las bodas judías el novio recita "Si me olvidare de tí, oh Jerusalem, que se seque mi diestra!" (Salmo137).
La conexión judía con la Tierra de Israel no se manifiesta sólo en la oración. En realidad, a lo largo de la historia, siempre hubo una presencia judía en la Tierra de Israel.
©Oficina de Prensa del Gobierno de IsraelDavid Ben-Gurión declara la independencia de Israel (14 de mayo 1948). Sobre él se encuentra una fotografía de Teodoro Herzl. |
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En las postrimerías de siglo XIX, con la materialización de los movimientos nacionales en Europa y con el incremento del antisemitismo en dicho continente, un periodista judío austríaco, Teodoro Herzl, comenzó a organizar el movimiento nacional del pueblo judío - el movimiento sionista. El objetivo de dicho movimiento era obtener una solución política: un estado independiente para el pueblo judío. El lugar más natural para este estado era Sión, o la Tierra de Israel (Eretz Israel), la patria del pueblo judío.
Herzl elaboró esta visión en su libro El Estado Judío. En el mismo, imaginó un moderno y próspero país en el cual todos sus habitantes, tanto judíos como no judíos, vivirían en paz y tranquilidad. Esta visión y su realización son el sionismo.
• ¿Por qué Israel es un estado judío?
El Estado de Israel es un estado judío antes que nada por el derecho del pueblo judío a un estado independiente propio, y por la conexión histórica y bíblica entre el pueblo judío y la Tierra de Israel (Eretz Israel). No hay ninguna otra tierra en la que el pueblo judío pueda reclamar como su propio estado independiente y soberano.
Aunque durante 2000 años el pueblo judío anheló y oró por el día en que pudiera restablecer su propio hogar nacional, este derecho pudo cumplirse recién después del moderno despertar nacional del pueblo judío hacia fines de del siglo XIX. Este despertar condujo al establecimiento del movimiento sionista y recibió un importante reconocimiento internacional inicial en la
Declaración Balfour de 1917 que sostenía que el gobierno británico veía "con beneplácito el establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina." Dicho reconocimiento fue endosado posteriormente por la Liga de las Naciones en 1922.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la ONU aprobó la
resolución 181 que llamaba al término del Mandato Británico en Palestina y a la creación de un estado judío y otro árabe en ese territorio. Los países árabes rechazaron la decisión de la ONU y se lanzaron a una guerra mientras el pueblo judío festejaba dicha importante resolución. El 14 de mayo de 1948,
David Ben-Gurión declaró el "establecimiento del estado judío en Eretz Israel, que será conocido como el Estado de Israel." De esta manera, el pueblo judío ejerció su derecho a la autodeterminación en su propia tierra.
©Oficina de Prensa del Gobierno de Israel / Nathan Alpert
©J.Malcolm Inmigrantes llegan a Israel de Etiopía y de la ex Unión Soviétuca |
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Israel fue fundado para proveer una muy necesaria patria para el pueblo judío, que había sido perseguido en otros países a lo largo de los años.
La Declaración de la Independencia manifiesta explícitamente que el "Estado de Israel permanecerá abierto a la inmigración judía y el crisol de las diásporas." La
Ley del Retorno (promulgada en 1950) implementa este principio, determinando el derecho de todo judío a establecerse en Israel y brindando refugio a todo judío que huya de la persecución. Por lo tanto, todo judío tiene el derecho de retorno a su patria histórica y a naturalizarse en ella.
La Ley del Retorno no es discriminatoria. No impide que personas de origen no judío puedan recibir la ciudadanía de Israel; esta posibilidad es alcanzable bajo otras leyes.
De acuerdo con su
Declaración de Independencia, el Estado de Israel fue fundado como un estado democrático basado en los principios de separación de poderes, libertad y completa igualdad ante la ley de todos sus habitantes sin importar su credo, raza, género o nacionalidad. Dichos principios siguen vigentes hoy en día.
En el Estado de Israel existe una numerosa
minoría árabe que representa el 19 por ciento de su población. La población árabe del Estado de Israel goza de todos los derechos civiles y políticos, incluyendo la libertad de expresión, de credo y de culto. Votan en las elecciones de Israel y representantes árabes son electos al parlamento israelí. Los árabes israelíes sirven como jueces, alcaldes y funcionarios públicos. Además del hebreo, el árabe es idioma oficial del país.
• ¿Cuál es el status de Jerusalem?
Jerusalem es una ciudad santa para las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. Es el status religioso de Jerusalem lo que otorga gran significado a esta ciudad y a todo lo que ocurre en ella. Israel reconoce y garantiza los derechos de todos los devotos y sus santuarios sagrados en la ciudad y, de hecho, en todo el país. A la vez, Jerusalem es la capital del Estado de Israel.
Jerusalem tiene un significado muy especial para el pueblo judío. Sirvió como capital histórica del pueblo judío desde que el rey David la convirtiera en la capital en el año 1004 AEC. Jerusalem siguió siendo la capital hasta su destrucción por parte de los romanos en el año 70 EC y la pérdida de la independencia judía.
Jerusalem es el "corazón y el alma" de la identidad espiritual del pueblo judío y de sus anhelos nacionales. En cada ocasión en que los judíos fueron un pueblo independiente en la Tierra de Israel, Jerusalem ha sido su capital. A lo largo de los siglos, ninguna otra nación, fuera del pueblo judío, ha hecho de Jerusalem su capital.Si bien es importante para otras religiones, Jerusalem se encuentra en el centro de la religión judía.
La independencia judía se restauró en 1948 con el establecimiento del Estado de Israel. Poco después, la
Knéset (parlamento de Israel) determinó que Jerusalem sería la capital del Estado de Israel. Siguiendo a esta decisión, las instituciones de gobierno fueron ubicadas en Jerusalem, incluyendo la Residencia Presidencial, los Ministerios de Gobierno, la Knéset y la Corte Suprema de Justicia. En 1980 la Knéset legisló
©Sasson Tiram La ciudad vieja de Jerusalem con sus santuarios judios, cristianos y musulmanes |
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Ley Fundamental: Jerusalem, Capital de Israel', que convirtió esta decisión en ley.
La mayoría de los países no han respetado el derecho soberano de Israel a determinar su propia capital y se han negado a reconocer a Jerusalem como la capital de Israel. Las razones son esencialmente políticas y contradicen los principios de la ley internacional. Israel debe gozar del mismo derecho básico como cualquier otro estado a determinar su capital y ha ejercido ese derecho decidiendo que Jerusalem sea la capital de Israel.
• ¿Cuál es el status de los territorios?
El control sobre la Margen Occidental y Gaza pasó a Israel en 1967 en una guerra de autodefensa. Durante cerca de un cuarto de siglo después, los palestinos rechazaron toda oferta israelí, perdiendo una oportunidad tras otra de resolver pacíficamente la disputa a través de negociaciones. Mientras el status futuro de la Margen Occidental y Gaza esté sujeto a la negociación, la demanda de Israel sobre estos territorios en disputa no es menos válida que la de los palestinos.
Comunidades judías en la Tierra de Israel desde los tiempos ant iguos hasta los modernos |
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La presencia actual de Israel en la Margen Occidental y la Franja de Gaza data de 1967 y la
guerra de los Seis Días. No obstante, esos territorios constituyeron la cuna de la civilización judía durante los
tiempos bíblicos y existieron en ellos comunidades judías durante miles de años. El Israel moderno tiene profundos lazos con los numerosos sitios históricos de la Margen Occidental y la Franja de Gaza. Sin embargo, la exigencia de Israel de dichos territorios se basa no sólo en sus antiguos lazos, creencias religiosas y necesidades de seguridad; sino que está firmemente basada en la ley y las prácticas internacionales.
Es importante recordar que el control por parte de Israel de los territorios comenzó como resultado de una guerra de autodefensa iniciada después que la existencia misma de Israel estaba en peligro. Ha continuado debido a la intransigencia de los vecinos árabes, quienes constantemente rechazaron las numerosas ofertas israelíes de paz, incluyendo su mensaje después de la guerra de los Seis Días que devolvería la mayor parte de los territorios por la paz. En 1979 Egipto y en 1994 Jordania firmaron finalmente tratados de paz con Israel. Mas los palestinos aún no lo han hecho.
Se ha sostenido que la prolongada presencia de Israel en los territorios viola la
resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, de 1967, piedra fundamental del proceso de paz. Este alegato ignora tanto el lenguaje como la intención original de la 242. Los redactores de esta resolución se fijaron que las fronteras anteriores a 1967 eran indefendibles y deliberadamente eligieron usar el término retiro "de territorios" (y no "de todos los territorios" como sostienen los palestinos) para indicar la necesidad de un cambio en las fronteras futuras.
Más aún, la resolución 242 (y la resolución 338 de 1973) imponen obligaciones a ambas partes. Los regímenes árabes no pueden exigir que Israel se retire unilateralmente mientras ignoran sus propias responsabilidades y la necesidad de mantener negociaciones. Ellos deliberadamente hacen la vista gorda al hecho que la 242 llama al "término de todas las situaciones de beligerancia" y al "derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas libres de amenazas o actos de fuerza".
La presencia de Israel en los terrirorios es frecuentemente denominada incorrectamente "ocupación". No obstante, bajo la ley internacional, la ocupación ocurre en territorios que han sido tomados de una soberanía reconocida. El dominio jordano sobre la Margen Occidental y el egicpio sobre la Franja de Gaza durante los años 1948-1967 fueron resultado de una guerra de agresión destinada a destruir el recientemente establecido Estado judío. Sus ataques violaron abiertamente la
resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (conocida también como el Plan de Partición). Por lo tanto, las capturas egipcia y jordana de los territorios nunca fueron reconocidas por la comunidad internacional. Como ninguno de los territorios tenía una soberanía legítima previa, bajo la ley internacional dichas áreas no pueden ser consideradas ocupadas y su descripción más exacta podría ser la de territorios en disputa.
Los voceros palestinos no solamente sostienen que el territorio es ocupado, sino también alegan que esa ocupación es - por definición - ilegal. Sin embargo, la ley internacional no prohíbe situaciones de ocupación. Por el contrario, intenta regular dichas situaciones con acuerdos y convenciones internacionales. Por lo tanto, los argumentos en cuanto a que la así llamada "ocupación" israelí es ilegal - sin importar ni sus causas ni los factores que han llevado a su continuación - no tienen base en la ley internacional.
Los esfuerzos palestinos de presentar la presencia de Israel en la Margen Occidental y la Franja de Gaza como la principal causa del conflicto ignoran la historia. El terrorismo palestino es anterior al control israelí sobre dichos territorios (e incluso a la existencia del estado de Israel mismo). La Organización por la Liberación de Palestina (OLP) fue fundada en 1964, tres años antes que comenzara la presencia de Israel en los territorios. Más aún, el terrorismo palestino por lo general ha llegado a su cúspide en aquellos períodos en los que está a punto de alcanzarse una solución negociada, ya fuere durante el proceso de Oslo, a mediados de la década de 1990 o después de las propuestas de paz israelíes sin precedentes en Camp David y Taba en el año 2000.
La mejor forma de ver la Margen Occidental y la Franja de Gaza es como territorios en disputa sobre los cuales hay demandas competitivas que deberán ser resueltas en conversaciones de paz. El status final de dichos territorios en disputa podrá ser determinado solamente por medio de negociaciones entre las partes. Intentos de forzar una solución a través del terrorismo son éticamente indefendibles y sólo sirven para estimular más violencia y terrorismo.
• ¿Son legales los asentamientos israelíes?
Los asentamientos israelíes en la Margen Occidental y la Franja de Gaza son legales tanto según la ley internacional como según los acuerdos entre Israel y los palestinos. Argumentos que sostengan lo contrario son meramente intentos de distorsionar la ley para fines políticos. Sea cual fuere el status de los asentamientos, su existencia no puede ser utilizada para justificar el terrorismo.
Los palestinos frecuentemente alegan que la actividad de asentamiento es ilegal y llaman a Israel a desmantelarlos todos. En efecto, exigen que todos los judíos abandonen la Margen Occidental y la Franja de Gaza. En contraste, en Israel mismo, árabes y judíos viven unos junto a los otros; de hecho, los árabes israelíes, que representan el 19% de la población de Israel, son ciudadanos de Israel con los mismos derechos.
El llamado palestino a alejar toda presencia judía de los territorios en disputa es no solamente discriminatoria y moralmente censurable; sino que no tiene ninguna base no en la ley y no en los acuerdos entre Israel y los palestinos.
Los distintos acuerdos alcanzados entre Israel y los palestinos desde 1993 no incluyen ninguna prohibición a la construcción o expansión de los asentamientos. Por el contrario, específicamente determinan que el tema de los asentamientos se reserva para las negociaciones sobre el status permanente, que tendrán lugar al concluir la etapa de las negociaciones de paz. Las partes acordaron expresamente que la Autoridad Palestina no tendría jurisdicción ni control sobre los asentamientos o ciudadanos israelíes, hasta la conclusión de un acuerdo sobre el status permanente.
Se ha dicho que la prohibición de medidas unilaterales que alteren el "status" de la Margen Occidental y la Franja de Gaza, que se incluye en el Acuerdo Interino Israelo-Palestino, implica una prohibición de la actividad de los asentamientos. Esta posición es falsa. La prohibición de medidas unilaterales fue acordada para asegurar que ninguna de las partes adoptaría medidas que cambiaran el status legal de ese territorio (tales como la anexión o la declaración unilateral de un Estado), que dependerían del resultado final de las negociaciones sobre el status permanente. La construcción de casas no tiene ningún efecto sobre el status del área. Si esta prohibición fuera aplicable a la construcción, habría conducido a la irrazonable interpretación de que ninguna lado tiene permitiso para construir hogares que responden a las necesidades básicas de sus respectivas comunidades.
Así como la demanda de Israel sobre dichos territorios es legalmente válida, es igual de legítimo que israelíes construyan allí sus comunidades tal como los palestinos construyen las suyas. Siempre en un espíritu de compromiso, sucesivos gobiernos israelíes han indicado su disposición de negociar sobre el tema y han adoptado una congelación voluntaria de la construcción de nuevos asentamientos como una medida para crear confianza. El gobierno actual del primer ministro Ariel Sharón ha declarado oficialmente que no establecerá nuevos asentamientos, permaneciendo comprometido a dar respuesta a las continuas necesidades existentes en el desarrollo de los asentamientos (Artículo 2.11, Pautas Básicas del 30o gobierno de Israel, febrero 2003).
Más aún, Israel ha establecido sus asentamientos en la Margen Occidental y en la Franja de Gaza de acuerdo con la ley internacional. Se han hecho intentos por sostener que los asentamientos violan el Artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949, que prohíbe a un estado deportar o transferir "partes de su propia población civil al territorio que ocupa". Sin embargo, este alegato no es válido de acuerdo a la ley.
Aunque Israel ha asumido voluntariamente la obligación de respetar las disposiciones humanitarias de la Cuarta Convención de Ginebra, Israel sostiene que la Convención (que trata sobre territorios ocupados) no es aplicable a la Margen Occidental y la Franja de Gaza. Dado que no existía ninguna soberanía legal internacionalmente reconocida sobre esos territorios antes de la guerra de los Seis Días en 1967, no pueden ser considerados que se han transformado en "territorios ocupados" una vez que el control pasó a manos de Israel.
Incluso si la Cuarta Convención de Ginebra fuera aplicable a los territorios, el Artículo 49 no sería relevante para el tema de los asentamientos judíos en la Margen Occidental y Gaza.
La Convención fue redactada inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial ante las masivas transferencias forzadas de población que se produjeron durante ese período. Tal como lo confirma el autorizado comentario de la Cruz Roja a la Convención, el Artículo 49 (titulado "Deportaciones, transferencias, evacuaciones") intentaba impedir la transferencia forzada de civiles, protegiendo así a la población local del desplazamiento. Israel no ha transferido forzadamente a sus civiles a los territorios y la Convención no plantea ninguna prohibición a que individuos elijan voluntariamente su lugar de residencia. Más aún, los asentamientos no pretenden desplazar a habitantes árabes, ni lo hacen en la práctica. De acuerdo con estudios independientes, las áreas construidas de los asentamientos (sin incluir caminos o despoblados terrenos adyacentes) constituyen alrededor del 3% del territorio total de la Margen Occidental.
El uso por parte de Israel de tierra para los asentamientos concuerda con todas las reglas y normas de la ley internacional. Tierras de propiedad privada no son requisadas para el establecimiento de asentamientos, que solamente pueden estar ubicados en tierras públicas. Amplias investigaciones se llevan a cabo para confirmar que los lugares planeados no se encuentran sobre propiedad privada. Además, toda la actividad de los asentamientos se realiza bajo la supervisión de la Corte Suprema de Israel (sesionando como Corte Suprema de Equidad) y todo habitante de los territorios perjudicado,
incluyendo residentes palestinos, puede apelar directamente ante esta Corte.
La Cuarta Convención de Ginebra ciertamente no pretendió impedir que individuos vivieran en su tierra ancestral o en propiedades que les fueran quitadas ilegalmente. Muchos asentamientos judíos actuales han sido establecidos en sitios que fueron el hogar de comunidades judías en la Margen Occidental y la Franja de Gaza en generaciones anteriores, como expresión de la profunda conexión histórica y religiosa del pueblo judío con la Tierra. Muchos de los más antiguos y sagrados sitios judíos, incluyendo la Cueva de los Patriarcas (sitio de sepultura de Abraham, Isaac y Jacob) y la Tumba de Raquel, están ubicados en dichas áreas. Comunidades judías, como Hebrón (donde vivieron judíos hasta que fueron masacrados en 1929) existieron durante siglos.
Otras comunidades, como el bloque de Gush Etzión en Judea, fueron establecidos antes de 1948 durante el Mandato Británico reconocido internacionalmente. El derecho de los judíos a asentarse en todas partes de la Tierra de Israel fue reconocido por primera vez por la comunidad internacional en el Mandato para Palestina adoptado en 1922 por la Liga de las Naciones. El propósito del Mandato fue facilitar el establecimiento de un hogar nacional judío en la patria ancestral del pueblo judío. Efectivamente, el Artículo 6 del Mandato dispone "el asentamiento judío en la tierra, incluyendo tierras estatales no requeridas para el uso público".
Durante más de mil años, la única vez que el asentamiento judío fue prohibido en la Margen Occidental fue durante la ocupación jordana (1948-1967) que fue el resultado de la invasión armada a Israel. Durante este período de dominio jordano, que no fue reconocido internacionalmente, Jordania eliminó la presencia judía en la Margen Occidental (al igual que Egipto en la Franja de Gaza) y declaró ofensa capital la venta de tierras a judíos. Es insostenible que esta violación pueda invalidar el derecho de los judíos a establecer su hogar en dichas áreas y, por lo tanto, los títulos legales sobre la tierra que habían adquirido siguen siendo válidos hasta el día de hoy.
Como escribiera el Profesor Eugene Rostow, ex subsecretario de Estado norteamericano para asuntos políticos: "el derecho judío al asentamiento en el área es equivalente en todas las formas al derecho de la población local a vivir allí" (AJIL,1990, vol. 84,p.72).
En conclusión, los repetidos alegatos respecto a la ilegalidad de los asentamientos israelíes, no tienen fundamento legal ni factual en la ley internacional ni en los acuerdos entre Israel y la Autoridad Palestina. Esas acusaciones sólo pueden ser vistas como motivadas políticamente. Lo más importante, ningún alegato político, incluyendo los referentes a los asentamientos, puede ser empleado para justificar actos de terrorismo y violencia palestinos contra civiles inocentes.
• ¿Cómo son protegidos los valores democráticos en Israel?
La Declaración de Independencia de Israel (mayo de 1948) determina que el Estado de Israel estará basado en los principios de libertad, justicia y paz, a la luz de las enseñanzas de los profetas de Israel; asegurará la completa igualdad de derechos políticos y sociales a todos sus habitantes sin diferencia de credo, raza o sexo; garantizará la libertad de culto, de conciencia, idioma, educación y cultura; salvaguardará los Lugares Santos de todas las religiones; y será fiel a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
©Oficina de Prensa del Gobierno de IsraelDeclaración de Independencia de Israel |
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Israel no tiene una constitución escrita. No obstante, la Knéset ha promulgado una serie de
Leyes Básicas que eventualmente se reunirán formando una constitución formal. La
Ley Básica del año 1992: Dignidad y Libertad Humana, expresa explícitamente que los derechos humanos serán interpretados en el espíritu de los principios de la Declaración del Establecimiento del Estado de Israel. Si bien la Declaración no obliga legalmente, está expresada en la interpretación de las leyes que lleva a cabo la Corte Suprema de Equidad. Es misión de dicha Corte, como vigilante de la democracia israelí, proteger los derechos humanos y civiles.
Además de las Leyes Básicas, un cuerpo de jurisprudencia ha sido elaborado a lo largo de los años, que protege las libertades civiles que incluyen la libertad de expresión, de asociación, de religión y de igualdad. Al igual que en otras democracias occidentales, éstos son valores fundamentales en Israel.
©Sasson Tiram Sedes de la democracia: la Corte Suprema de Israel y la Knéset |
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En la ausencia de una Declaración de Derechos, la Corte Suprema de Equidad ha contribuido grandemente a la protección de las libertades civiles y al imperio de la ley. En su facultad de Corte Suprema de Equidad, y actuando como Tribunal de Primera y Segunda Instancia, la Corte Suprema de Equidad escucha también peticiones de individuos que apelan por una compensación contra todo organismo o cuerpo gubernamental. Estas peticiones cumplen una importante función en la forma de garantizar los derechos humanos individuales tanto a los ciudadanos israelíes como a los palestinos en la Margen Occidental y Gaza.
Además de su muy respetado sistema legal, Israel cuenta con todas las instituciones formales e informales que garantizan el respeto a los valores democráticos. Elecciones libres e independientes tienen como resultado el establecimiento de gobiernos locales y nacionales que reflejan la voluntad del pueblo. Existe una separación de poderes entre las tres ramas de gobierno -
el ejecutivo,
el legislativo (Knéset) y
el judicial. Más aún, dentro del sistema existen controles y balances, al igual que en toda otra democracia verdadera.
Los
medios de comunicación de Israel gozan de absoluta libertad y operan como una guardia independiente de las actividades del gobierno. Israel tiene una abundancia de organizaciones no gubernamentales que también vigilan cualquier violación de los derechos humanos.
Los ciudadanos de Israel gozan de todos los derechos y privilegios de los ciudadanos de cualquier moderna democracia occidental. Tanto los israelíes árabes como los judíos tienen derecho a votar y a ser electos, y a expresar sus opiniones abiertamente y sin temor. Israel es el único país del Medio Oriente en el que árabes y judíos tienen los mismos derechos ante la ley y pueden gozar de todos los beneficios de la democracia.
Apéndices