Una organización israelí salva los corazones de niños de todo el mundo

Organización israelí salva los corazones de niños

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    ​Save A Child´s Heart – Salve el corazón de un niño – es una organización israelí sin fines de lucro que no distingue nacionalidades, religiones ni razas, sino que simplemente lleva adelante su máximo objetivo: llevar a cabo cirugías de corazón a pequeños de todo el planeta que no pueden ser tratados en sus países de orígenes por distintas razones.

     
    Save A Child's Heart comenzó a funcionar en 1995 y hasta ahora ha reparado el corazón de más de 3.300 niños de una gran cantidad de países de los cinco continentes. "La idea de iniciar SACH fue del Dr. Ami Cohen, un cirujano americano israelí joven y loco que quería empezar un programa de cirugía del corazón. Cuando arrancamos, la organización en Medio Oriente fue difícil y caótica, pero luego del primer año habíamos operamos a algunos niños de Etiopia y empezamos a trabajar más y más", dijo, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias, el Dr. Sion Houri, cofundador del proyecto.
     
    El objetivo de la organización no es tratar niños israelíes, ya que en Israel todos sus ciudadanos tienen una cobertura médica universal, sino que busca ayudar a pequeños de todas partes del mundo. "Entre otros, hemos tenido pacientes de Ecuador, San Martin, Barbados, Autoridad Palestina, África, Kenia, Siria, Tanzania y Angola. Además hemos operado a 200 niños iraquíes gracias a una de las misiones del ejército iraní y americano, que es el entrenamiento de cardiólogos pediátricos", destacó Houri. Algunos pacientes llegan a Israel en grupos, coordinados por enfermeras y/o médicos, y otros llegan solo con sus padres.
     
    Además de salvar las vidas de niños, SACH también lleva a cabo entrenamientos a cardiólogos pediátricos de todo el mundo y envía equipos de especialistas israelíes a distintas partes del planeta para asistir y guiar a otros especialistas. "Desde que empezamos hemos entrenado a más de 1.000 médicos de China, Palestina, Moltova y otros. Creo que no importa como lo miremos, esto es algo bueno", dijo.
    La organización trabaja con el apoyo del Estado de Israel y los niños que son tratados son llevados hacia
     
    Israel para ser operados en hospitales que pertenecen al Estado. Para poder cubrir con todos sus gastos, SACH recibe subsidios estatales, el apoyo del Ministerio de Corporación Regional y asistencia de Estados Unidos y de la Unión Abierta. "Tomamos ayuda de donde podemos para poder ocuparnos y cuidar de los niños", destacó Houri. Debido a esto, ningún médico de la organización recibe dinero por el trabajo que hace.
     
    "Cuando era joven he visto niños morir por cuestiones cardíacas porque no tenían una cirugía disponible. Eso ya no pasa. Entonces poder ayudar a alguien más siempre es bueno para uno. Creo que también es muy bueno para las familias de los tratados, y también para los médicos, enfermeras, técnicos que se entrenan a aquí", destacó.
     
    Recientemente, SACH trató a dos niños latinoamericanos: Juan Marcos Herrera Quiroz, de 10 años, de Honduras, y Nehemias Benjamin Barrios Rodríguez, de tres años, de Perú. Ambos niños sufrían problemas del corazón y fueron trasladados a Israel junto con sus madres, donde fueron operados de manera exitosa.
     
    Houri destacó que ellos también trabajan en momentos de crisis y que no es condicionante que Israel no tenga relaciones con otra nación: "Durante la guerra con Irak llegó un bebé con un problema severo de corazón y nos contactaron. Este niño necesitaba un tratamiento previo para que lo pudieran transportar de Irak a Israel. Entones los cardiólogos que estaban en Bagdad explicaron qué hacer. Fue un asunto muy sensible porque oficialmente estábamos en guerra con Irak, entonces tuvimos que obtener permisos especiales del Ministerio de Relaciones Exteriores para que permitan que llegue al país para ser operado".
     
    "Los padres quedan muy agradecidos. No importa si son judíos, musulmanes o cristianos o paganos. Si alguien cuida de sus hijos y éste tiene algún problema, y luego tu niño está feliz, corriendo y comiendo la respuesta es felicidad", dijo el cirujano.Fuente: Iton Gadol