Declaración del Director General de la Cancillería, Dr.
Dore Gold, sobre la iniciativa palestina de demandar a Gran Bretaña por la
emisión de la Declaración Balfour.
Esta iniciativa demuestra una vez
más la continua negativa de la parte palestina para reconocer la conexión
legítima y autóctona del pueblo judío a su antigua tierra, a la par del
reconocimiento que los palestinos buscan por sus propios derechos.
El Director General del Ministerio de Asuntos Exteriores
emitió en la tarde del miércoles 27 de julio de 2016 la siguiente declaración sobre
la iniciativa palestina de demandar a Gran Bretaña por la emisión de laDeclaración
Balfour:
En un discurso revelador, dado en el nombre del Presidente de la Autoridad
Palestina, Mahmoud Abbas, antes de una reunión de la Liga Árabe la semana
pasada en Mauritania, el Ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riyad
al-Maliki, pidió la colaboración de los países miembros para preparar un archivo
legal contra Gran Bretaña por la emisión de la Declaración de Balfour en 1917.
Además de la evidente falta de base jurídica para la
reclamación de Abbas, su iniciativa en sí misma demuestra, una vez más, la
continua negativa de la parte palestina para reconocer la conexión legítima y
autóctona del pueblo judío con su antigua tierra, a la par del reconocimiento
que los palestinos buscan de sus propios derechos.
El alcance jurídico de la Declaración Balfour emanaba
del hecho que fue incorporado por la
Sociedad de Naciones en el Mandato para Palestina de 1922. Ese mandato
reconoció el vínculo histórico del pueblo judío con esa región y ello sirvió de
base para que puedan reconstituir allí su hogar nacional.
Este reconocimiento se produjo en un momento en que el
Imperio Otomano se derrumbaba y renunciaba a su soberanía en las zonas al sur
de la Turquía moderna. El Mandato de la Sociedad de Naciones tenía el efecto de
transformar la posición política, expresada en la Declaración de Balfour, en
una obligación legal internacional reconocida internacionalmente para poner en
práctica el derecho inherente del pueblo judío a la autodeterminación en su
patria ancestral.
Los derechos que fueron reconocidos por la Sociedad de
Naciones en ese período fueron preservados por su organización que le sucedió,
las Naciones Unidas, a través del artículo 80 de la Carta Constitutiva de la
ONU.
De manera significativa, ni la Declaración Balfour, ni
el Mandato, crearon los derechos históricos del pueblo judío a su tierra natal.
Por el contrario, todos estos documentos reconocieron los derechos
preexistentes a los que el pueblo judío nunca renunció. De hecho, miles de
judíos retornaron a su antigua tierra
mucho antes de que la Declaración
Balfour fuera emitida.
Israel ha insistido en que al final de cualquier
negociación con los dirigentes palestinos deberán ser reconocidos los derechos del pueblo judío a un Estado-nación,
al igual que muchos han insistido en que
Israel reconozca los derechos de los palestinos a un estado propio.
La declaración de Mahmoud Abbas, aludiendo a
que la Liga Árabe debería ayudar a demandar al gobierno británico por la
Declaración Balfour, es otro rotundo "no" a la petición justa de
Israel de reciprocidad, mediante el reconocimiento mutuo y el compromiso. Es
esta posición, asumida por la dirigencia palestina, la que se refleja como un
obstáculo fundamental para el logro de una paz verdadera.