Sigal Barnir y Yael Klain: “Hemos de devolver a la ciudad la idea de espacio de encuentro”

Sigal Barnir y Yael Klain en Sta. Cruz de Tenerife

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    ​Un acuerdo entre la Embajada de Israel en España y el Organismo Autónomo de Cultura (OAC) del Ayuntamiento de Santa Cruz ha posibilitado la presencia y colaboración de Sigal Barnir y Yael Klain en el el proceso de trabajo que arrancó en 2012 en la capital tinerfeña y que ha culminado en la exposición 40 años después. La muestra se inscribió en los actos conmemorativos de los 40 años de la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle y pudo contemplarse hasta el 10 de noviembre en el Centro de Arte La Recova. En ella participaron artistas y arquitectos con el fin de reflexionar sobre la ciudad como espacio de convivencia. Barnir y Klain son comisarias de la Bienal de Urbanismo y Paisaje de la ciudad israelí de Bat Yam. La primera es profesora de la Academia Bezalel de Jerusalén y de la Universidad de Holon. Yael Klain es arquitecta paisajista y profesora de la universidad Technion de Haifa. Su colaboración se remonta a hace más de 20 años, en los que Barnir, desde la filosofía, y Klain, desde el paisajismo, trabajan en proyectos expositivos y de investigación centrados en el urbanismo y el paisaje. Entre otras propuestas han comisariado dos veces el pabellón de Israel en la Bienal de Arquitectura de Venecia, muestras en el CCB de Barcelona o en la Bienal de Arquitectura de Roterdam.

     
    -Cuando todo el mundo pone en crisis la idea de las bienales ustedes crean la de Bat Yam ¿Por qué una bienal?, ¿por qué en Bat Yam?
    Sigal Barnir: “¿Por qué una Bienal? Cuando comenzamos a trabajar en Bat Yam, hace siete años, la atmósfera ‘anti-bienal’ no era tan común. En segundo lugar, la decisión de una bienal era un tanto tramposa: queríamos crear un proceso en la ciudad que fuese tanto temporal como permanente. La idea de algo que se celebra cada dos años nos permitía desarrollar proyectos temporales, pero dentro de un proceso continuo que es la propia bienal. Así que esos proyectos son evaluados cada dos años. ¿Por qué Bat Yam? Es la ciudad con mayor densidad poblacional de todo Israel y eso la convierte en el laboratorio perfecto para crear ideas y acciones alternativas que mejoren la vida contemporánea. Sus principales atributos, densidad, situación y población enormemente diversa, así como su tamaño, la convierten en un modelo para otras ciudades. Creemos que los cambios significativos, tanto en términos de educación como de dotaciones públicas, la han convertido en una plataforma para acciones pioneras, capaces de ser un modelo a través de la práctica”.
     
    -¿Puede definir el concepto de acción urbana desde el punto de vista de Bat Yam?
    Yael Klain: “Acción urbana es una de las múltiples actividades que impulsamos. Tiene carácter experimental, con la responsabilidad cívica como medio, y se plantea como una plataforma para desarrollar nuevas infraestructuras sociales. Con el fin de devolver la planificación urbana a la categoría de espacio de encuentro para ciudadanos, funcionarios, artistas, sociólogos y educadores, que mejore la calidad de vida en la ciudad apostando por la diversidad”.
     
    -¿Creen que existe un compromiso de los participantes a favor de la multidisciplinariedad en este tipo de encuentros?
    S. B.: “Cada participante tiene su propia interpretación del proyecto. Nosotros trabajamos con ellos con el fin de alcanzar un alto grado de coherencia en los distintos proyectos a lo largo de la ciudad. Lo que es importante es que cada uno de nosotros intente ir más allá de lo que ya sabemos por nosotros mismos”.
    Y. K.: “Algunos lo aceptan como un reto; otros, como una especie de lucha, y algunos se rinden desde el principio. Desde nuestra perspectiva, sólo cuando se produce un proceso realmente personal surge algo nuevo y el proyecto tiene éxito”.
     
    -Durante su conferencia siempre hacían mención al termino negociar como una actitud. ¿Pueden ser un poco más precisas en cuanto a sus estrategias en este tipo de proyectos?
    S. B.: “La idea es la de no aproximarse a la ciudad sólo como expertos, sino con curiosidad. Para entender y compartir otras ideas, diferentes conocimientos y negociar. Creemos que los conflictos y la negociación son parte del espíritu urbano, por no decir que es la esencia de la ciudad en sí misma. Creemos firmemente que la ciudad debe crear una plataforma segura y justa en la que las distintas voces puedan oírse”.
     
    -40 años después no es una bienal pero, siguiendo parte de sus ideas, quiere actuar en la ciudad. ¿Qué podemos aprender desde su experiencia? ¿Cómo hacer a los ciudadanos partícipes?
    Y. K.: “Su proyecto hunde sus raíces en lo que ocurrió en 1973, en un encuentro como la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle que tuvo un enorme significado social y político para Tenerife. La pregunta, viendo el proyecto, es si puede ser un verdadero generador de cambio en la vida de la ciudad como lo fue para la sociedad de entonces, el reto está en qué acción permitirá reconectar y ‘reutilizar’ esa propuesta. Lo que llevará a los ciudadanos a ser parte de él es la voluntad de los participantes y de los comisarios de permitir a la ciudadanía ser parte del viaje. De cualquier forma, somos outsiders y es difícil, sin conocer verdaderamente a la gente y la cultura, hacer una evaluación certera”. Fuente: Diario de Avisos

     

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