Discurso del Embajador de Israel, Daniel Kutner, en la Jornada España-Israel: 30 años de historia compartida, celebrada con motivo del 30 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel.
Excmo Sr Ministro de Asuntos Exteriores, autoridades, señoras, señores,
En primer lugar, quiero agradecerles a todo ustedes su participación en este acto conmemorativo del trigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y España. Hace exactamente 30 años y un mes, el 17 de enero de 1986, en la Haya, representantes de nuestros gobiernos ponían fin a una anomalía histórica.
Con este acto, Centro Sefarad-Israel y la Embajada de Israel en España queremos dar comienzo a las actividades que España e Israel, ya sea de forma conjunta o paralela, tenemos previsto organizar para celebrar este aniversario. Una programación que –al igual que esta Jornada a la que estamos dando comienzo-, por una parte sirva para reflexionar y hacer balance de lo acontecido en estos treinta años, y principalmente encaminada a impulsar los vínculos entre nuestros países. Un aniversario en el que ante todo queremos mirar hacia el futuro.
España e Israel, dos países mediterráneos modernos y democráticos con valores comunes, también comparten un pasado: una historia compartida en Sefarad y un legado común, el de los sefardíes, los descendientes de los judíos expulsados de España que mantuvieron su lengua y cultura española. No puede dejar de destacarse en este contexto la reciente aprobación de la Ley española que abre las puertas a la concesión de la nacionalidad a los sefardíes.
Aunque establecidas tardíamente, las relaciones entre nuestros países se han desarrollado en todas las áreas: cultura, ciencia, tecnología, economía, turismo y, por supuesto, en el ámbito político. Las relaciones entre España e Israel son hoy fluidas e intensas en todos los ámbitos, propias de dos países amigos y socios.
Tenemos acuerdos bilaterales sobre las más diversas materias, y somos socios en un gran número de proyectos conjuntos desarrollados en el marco de la Unión Europea, que van desde el acuerdo de libre comercio, al de la supresión de la doble imposición.
En estos treinta años hemos establecido unas bases sólidas y hemos conseguido normalizar unos vínculos que han de servirnos para impulsar y potenciar el diálogo político y los intercambios en áreas de interés común. Queremos seguir desarrollando y ampliando nuestras relaciones, tender nuevos puentes, iniciar nuevos proyectos conjuntos que redunden en favor de los ciudadanos de nuestros dos países. Posiblemente, el área de la innovación sea en la que más podamos desarrollar el potencial de cooperación e intercambio hispano-israelí.
Israel es hoy en día es uno de los países líderes en alta tecnología y otros ámbitos de I+D científicos, con un nivel de inversión en I+D civil de un 4,7% del PIB. La economía de Israel de hoy se basa en el conocimiento, algo que se evidencia en el interés de las empresas multinacionales (unas sesenta de ellas tienen allí sus centros de I+D) y en la capacidad del sector innovador israelí para captar inversiones en el mercado global de capitales.
La creatividad y la innovación, que son la base del progreso y el desarrollo de nuestros países, han de ser también los pilares de los nuevos puentes que hemos de tender entre España e Israel. Hemos de impulsar la creación de iniciativas conjuntas empresariales, científicas, tecnológicas, culturales, comerciales y educativas que sin duda redundarán en beneficio de ambas partes
En el ámbito de la cooperación científico-tecnológica, cabe recordar que Israel y España son miembros del VII Programa Marco de la UE, que ofrece una plataforma de colaboración en Investigación y Desarrollo. Ambos países son también miembros del programa Eureka y Horizonte 2020, que permite el apoyo de las administraciones nacionales a proyectos hispano-israelíes de I+D. Estoy convencido de que es mucho más lo que podemos avanzar en estos campos.
Más de una veintena de acuerdos y convenios bilaterales componen la plataforma institucional que permite a las empresas españoles e israelíes el desarrollo de sus relaciones comerciales y tecnológicas. Además, ambos países son parte del acuerdo de licitaciones públicas, que permite la participación de empresas españolas en licitaciones de entidades públicas israelíes y viceversa.
Las compañías españolas e israelíes han creado varias sociedades de capital conjunto, Joint Ventures, que operan en España en los sectores de la agricultura, fertilizantes, químicos, energías renovables, telecomunicaciones, software, equipamiento médico, alimentación y otros. Por otra parte, compañías españolas participan en algunos de los grandes proyectos de infraestructura y de explotación de los yacimientos de gas.
Uno de los elementos clave para valorar el nivel de las relaciones económicas entre dos países es el volumen de intercambio comercial- El importe total del comercio bilateral en 2015 fue de 1.840 millones de euros, con un balance claramente favorable a España, que exportó a Israel por valor de 1.192 millones, y las importaciones ascendieron a 648 millones. Israel es el segundo principal mercado para las exportaciones españolas en Oriente próximo. El fuerte desarrollo en estas tres décadas, y la realidad de nuestros respectivos mercados, hacen pensar que todavía existe un gran potencial para ampliar en ambas direcciones los vínculos económicos, en el que las pymes pueden ser un elemento esencial.
Lo mismo podemos decir de las actividades culturales y artísticas; cada vez es mayor la presencia de arte y cultura israelí en España, y de la española en Israel. También quiero destacar el gran número de turistas israelíes que anualmente visitan España; el pasado año fueron más de 300.000. En cuanto al flujo turístico de España hacia Israel, pensamos que todavía estamos todavía muy lejos del techo. Unos 50.000 españoles viajan anualmente a Israel, fundamentalmente en viajes de peregrinación.
Con el trasfondo de un mundo que puso fin a la guerra fría, que ya no es bipolar sino multipolar, han surgido nuevos problemas, nuevos desafíos, para los que parece que las recetas tradicionales no son válidas. La amenaza global del terrorismo islamista, la proliferación de guerras civiles y conflictos de baja intensidad, guerras asimétricas y cibernéticas, y la cuestión de los refugiados son algunos de los nuevos escenarios, que influyen de forma determinante en las relaciones de la mayoría de los países.
Estrechar el diálogo político y estratégico hispano-israelí en temas como la ciberseguridad, el terrorismo, la cooperación en materia policial y lucha contra el crimen organizado, la estabilidad y el desarrollo en el Mediterráneo, serán ser un punto destacado de nuestra agenda bilateral en los próximos años.
Para seguir consolidando nuestras relaciones en los próximos años es importante que el mantenimiento de unas buenas y cordiales relaciones con Israel siga siendo parte del consenso de la política exterior española.
Vivimos una época de profundos cambios y transformaciones: la globalización, la revolución tecnológica, las nuevas formas de información y comunicación, la importancia de los movimientos sociales y de la sociedad civil.
Unas nuevas formas de hacer diplomacia que van enfocadas principalmente a un acercamiento de las sociedades, a potenciar el intercambio comercial, científico y tecnológico, impulsar el intercambio turístico y cultural. Y esto ya no se hace solamente con reuniones en los ministerios. La Embajada de Israel en España fue una de las pioneras en tener su propia web, que abrió hace ya más de 15 años. Ahora somos muy activos, no sólo suministrando información sino interactuando con el público, a través de la web, Facebook, Youtube, Twitter, etc.
Hoy, más que nunca en el pasado, la imagen de marca de un país determina en gran medida su capacidad para estar presente en el mundo, ya sea a través de su arte, su cultura, sus productos, su peso político o la influencia de sus creadores de opinión. Y en esto he de reconocer que España aventaja, claramente, a Israel. En Israel hay aprecio, y en muchos casos admiración, por España, por lo español, por “la marca España”: sus paisajes, sus gentes, su fútbol, su arte, su cultura, su gastronomía y su idioma.
Aunque la imagen de marca de Israel en España ha mejorado mucho en los últimos años, en ciertos sectores de la sociedad española hay una visión reducida y reduccionista de Israel, ya que sólo se percibe a Israel en función del conflicto palestino-israelí, mayoritariamente con posicionamientos críticos hacia mi país y sin ningún tipo de contexto, con lo cual se da un importante nivel de desconocimiento de la realidad israelí. Posiblemente son muchos los factores que han influido en ello, pero sin duda, la obsesión informativa de los medios de comunicación con el conflicto palestino-israelí, y el sesgo con el que en demasiadas ocasiones se aborda, han sido decisivos. Quizás, uno de los principales desafíos de la diplomacia israelí en España (y también en otros lugares) es lograr que la sociedad española se forme una idea más amplia y abierta de la realidad de Israel más allá del conflicto.
En fin, Sr Ministro. Nuestros países han tenido unos primeros 30 años muy fecundos. Hemos hecho muchas cosas juntos y también, como buenos amigos, hemos discutido un poco. Hago votos para que los próximos 30 años sean aún más productivos, para beneficio de nuestros dos pueblos.
Daniel Kutner
Embajador de Israel en España