Queridos amigos,
En este Día de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto quiero hablaros y recordar así a Sara Reizman.
Sara tenía 17 años cuando los nazis irrumpieron en su casa en un pueblecito cercano a Budapest en Hungría durante la Pascua Judía del año 1944.
Junto a toda su familia fue deportada al campo de exterminio de Auschwitz en Polonia.
Allí, Sara se vio obligada a soportar terribles penalidades, mientras tenía que trabajar para los nazis en el campo, clasificando y empaquetando las pertenencias de las víctimas. Sin embargo, nada fue tan duro como el momento en que vio, al otro lado de las alambradas, como su hermana descendía de un tren y era conducida a la muerte en las cámaras de gas, sin que Sara pudiera hacer nada para evitarlo.
Ante el avance de las tropas rusas, los nazis organizaron las “Marchas de la Muerte”. Sara fue una entre las decenas de millares de personas forzadas a trasladarse desde los campos situados ahora en el frente de guerra, hasta aquellos localizados en el interior de Alemania. Fue obligada así a ir desde Auschwitz hasta el campo de Ravensbruck, al norte de Berlín. Todo con el único fin de seguir alimentando con su trabajo la maquinaria de guerra nazi.
Sara estaba allí cuando miles de personas fueron asesinadas en los propios campos, antes de que se iniciaran las Marchas. Sara estaba allí cuando otros miles de personas murieron, o fueron asesinadas, una vez iniciadas éstas, por no poder continuar soportando las largas caminatas sobre la nieve camino a las estaciones de tren. Finalmente, Sara fue transportada, junto a tantos otros, en vagones de ganado durante días y días, sin comida, ni agua, ni abrigo.
Sara sobrevivió a Auschwitz y Sara sobrevivió a las Marchas de la Muerte. Sobrevivió a la guerra y consiguió llegar al recién nacido Estado de Israel.
El año pasado, Sara Reizman, la abuela de mi esposa y bisabuela de mis hijos, celebró su 90 cumpleaños con su familia en su casa situada cerca de Haifa, en Israel.
Tanto mis hijos como yo mismo hemos crecido en un Estado de Israel independiente y democrático, un estado que garantiza no sólo nuestra existencia, sino también, nuestra seguridad y libertades en tanto que hogar nacional del Pueblo Judío. Todo aquello de lo que Sara Reizman careció hace 70 años.
Por eso, un día de conmemoración como lo es hoy y, como representante de un Israel democrático, plural y abierto, del cual estamos muy orgullosos, debo decir que debemos seguir enfrentando hoy el mismo antisemitismo que condujo a tantos hace 70 años a vivir lo que se vieron forzados a vivir y sufrir. Un antisemitismo que amenaza una vez más la continuidad de la vida judía en varios países europeos. Un antisemitismo que a veces hoy se disfraza de antisionismo.
Estamos abiertos a todo tipo de críticas políticas, a todo tipo de planteamientos que aspiren a, entre todos, seguir construyendo un mundo mejor, para todos. Pero debemos ser muy firmes ante el antisemitismo, ante las actitudes de boicot y ante aquellos que cuestionan incluso la propia existencia del Estado de Israel. El mismo Estado de Israel en el que Sara recuperó lo que nadie le debió arrebatar nunca.
Muchas gracias a todos,
Yinam Cohen
Ministro Consejero de la Embajada de Israel