La 242, piedra angular de proceso de paz árabe-israelí

La 242, piedra angular del proceso de paz

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    Ante las múltiples propuestas internacionales que sugieren como reactivar el proceso de paz en los próximos meses, es ahora un buen momento para recordar exactamente cuáles son los derechos de Israel en la disputa territorial con los palestinos sobre el futuro de la Ribera Occidental (Cisjordania).

    Estos derechos fueron consagrados en la más famosa e importante resolución de la ONU referente al proceso de paz, la resolución n° 242 del Consejo de Seguridad de la ONU. Este mes se cumple el aniversario de dicha resolución.
    El primer borrador fue propuesto el 7 de noviembre de 1967, mientras que la versión final fue adoptada por unanimidad por los 15 miembros del Consejo de Seguridad el 22 de noviembre del mismo año. Casi cincuenta años transcurrieron desde entonces. No obstante, aquella resolución sigue siendo hoy en día relevante para el proceso de paz como lo fue siempre.
     
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    Entender la relevancia de la resolución 242 no es un ejercicio académico sobre algunos aspectos obscuros de algunas décadas de la historia de la vieja diplomacia. A través de los años la resolución se convirtió en la base de todo el proceso de paz, contando el tratado de paz egipcio-israelí de 1979, la conferencia de Madrid de 1991, los acuerdos de Oslo de 1993, el acuerdo de paz jordano-israelí de 1994 y los borradores de acuerdos con Siria.
     
    Volviendo a 1973, en la víspera de la Conferencia de Paz de Ginebra, los Estados Unidos incluso proporcionaron a Israel una carta de garantía, que prevenía a todas las partes de no alterar la resolución 242. La diplomacia israelí intentó proteger a la resolución 242 tal si fuera las joyas de la corona del Estado Judío.
     
    La resolución 242 es bien conocida por la famosa cláusula referente a la retirada, que no exhorta a Israel a retirarse a las líneas anteriores a la guerra de 1967. Mientras la Unión Soviética insistió que la resolución exhorta específicamente a "la retirada de todos los territorios ocupados" por Israel en la Guerra de los Seis Días, los Estados Unidos y Gran Bretaña argumentaron una fraseología muy diferente que se refleja en la versión final y que fue eventualmente adoptada por los 15 miembros del Consejo de Seguridad. Esta versión se limita a afirmar que debe llevarse a cabo una retirada "de territorios".
     
    Los EE.UU y Gran Bretaña reconocieron que la línea fronteriza en vísperas de la guerra de 1967 era solamente la línea del armisticio de 1949 y no una frontera internacional final. Efectivamente, el artículo 2 del Acuerdo del Armisticio de 1949 entre Israel y Jordania, estipula claramente que este no perjudica los "reclamos y posturas" territoriales de las partes, dado que sus cláusulas fueron "dictadas exclusivamente por consideraciones militares".
     
    La batalla sobre el lenguaje de la cláusula de la retirada no solo estaba a cargo de asesores excesivamente legalistas de las misiones británicas y estadounidenses a las Naciones Unidades; todos entienden que estas distinciones eran de enorme importancia, ya que treparon hasta el ápice del poder tanto en Washington como en Moscú y formaron parte de la comunicación directa entre el presidente Lyndon Johnson y el Primer Ministro Alexei Kosygin. Seguir leyendo en El Tiempo.com