Entender la relevancia de la resolución 242 no es un ejercicio académico sobre algunos aspectos obscuros de algunas décadas de la historia de la vieja diplomacia. A través de los años la resolución se convirtió en la base de todo el proceso de paz, contando el tratado de paz egipcio-israelí de 1979, la conferencia de Madrid de 1991, los acuerdos de Oslo de 1993, el acuerdo de paz jordano-israelí de 1994 y los borradores de acuerdos con Siria.
Volviendo a 1973, en la víspera de la Conferencia de Paz de Ginebra, los Estados Unidos incluso proporcionaron a Israel una carta de garantía, que prevenía a todas las partes de no alterar la resolución 242. La diplomacia israelí intentó proteger a la resolución 242 tal si fuera las joyas de la corona del Estado Judío.
La resolución 242 es bien conocida por la famosa cláusula referente a la retirada, que no exhorta a Israel a retirarse a las líneas anteriores a la guerra de 1967. Mientras la Unión Soviética insistió que la resolución exhorta específicamente a "la retirada de todos los territorios ocupados" por Israel en la Guerra de los Seis Días, los Estados Unidos y Gran Bretaña argumentaron una fraseología muy diferente que se refleja en la versión final y que fue eventualmente adoptada por los 15 miembros del Consejo de Seguridad. Esta versión se limita a afirmar que debe llevarse a cabo una retirada "de territorios".
Los EE.UU y Gran Bretaña reconocieron que la línea fronteriza en vísperas de la guerra de 1967 era solamente la línea del armisticio de 1949 y no una frontera internacional final. Efectivamente, el artículo 2 del Acuerdo del Armisticio de 1949 entre Israel y Jordania, estipula claramente que este no perjudica los "reclamos y posturas" territoriales de las partes, dado que sus cláusulas fueron "dictadas exclusivamente por consideraciones militares".
La batalla sobre el lenguaje de la cláusula de la retirada no solo estaba a cargo de asesores excesivamente legalistas de las misiones británicas y estadounidenses a las Naciones Unidades; todos entienden que estas distinciones eran de enorme importancia, ya que treparon hasta el ápice del poder tanto en Washington como en Moscú y formaron parte de la comunicación directa entre el presidente Lyndon Johnson y el Primer Ministro Alexei Kosygin. Seguir leyendo en El Tiempo.com