El plan ha recibido luz verde para su implementación a pesar de la ausencia de conexión entre los puertos de Ashdod y Eilat, que en su día fue promocionado como “el principal beneficio del proyecto, ya que supondrá un puente terrestre entre Europa y Asia”. Además, varios expertos en el sector han informado de que será necesario modificar las entradas a los puertos para permitir que la carga transportada por vía ferroviaria pueda descargarse en las instalaciones. Así, entre otros aspectos, la puesta en marcha del plan podría requerir obras de ampliación del Golfo de Eilat.

 

Una vez que el Comité Ministerial de Asuntos Internos y Servicios otorgue su aprobación, se procederá a la elaboración del programa detallado para cada segmento de la ruta.

 

La Autoridad Nacional de Carreteras y el Ministerio de Transporte afirman que “el enlace ferroviario no está destinado a competir con el Canal de Suez de Egipto, que conecta el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, permitiendo la transferencia de mercancías por vía marítima entre Europa y Asia”. Sin embargo, la línea ferroviaria prevista por Israel permitirá el transporte de un elevado volumen de carga entre los dos continentes.

 

Las estimaciones iniciales apuntan a que el trazado ferroviario podría entrar en funcionamiento, aproximadamente, en una década. Fuente: ICEX