Hamas es el único y mayor obstáculo para alcanzar la paz en Gaza

Hamas es el único y mayor obstáculo para alcan...

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    Este régimen extremista ha sido un desastre para los palestinos y para los israelíes, ha debilitado las posibilidades de una posible convivencia pacífica

    Al leer los periódicos británicos en los últimos días, uno podría fácilmente confundirse con respecto al resultado de este último conflicto entre Israel y Hamas; titulares dando victoria a ambas partes, y sólo unos pocos escribiendo lo que muchos seguramente piensan: no hay ganadores, sólo perdedores.

    Una realidad que ha surgido de la actual ronda de violencia, y debe estar clara para cualquier persona bien pensante interesada en un futuro de dos estados, es que Hamas es hoy el único y mayor obstáculo para la prosperidad de Gaza, y a largo plazo, a un acuerdo de paz. Los hechos están ahí para que todos los vean: Hamas es un grupo terrorista reconocido a nivel internacional, que se ha ganado ese dudoso título  tras decenas de atentados suicidas, ataques a autobuses y miles de cohetes. Sus líderes se sientan en Qatar, sus armas de contrabando son introducidas desde Irán, se entrenan junto a Hezbollah, y su ideología, expone claramente, ser islamista radical y antisemita. Sus acciones, como lo recientemente visto con las 18 ejecuciones de presuntos colaboradores de Israel en Gaza, se asemejan a las de ISIS y de Al-Qaida.

    A lo largo de su historia, Hamas y otros grupos terroristas palestinos han trabajado duro para hacer fracasar el proceso de paz entre israelíes y palestinos. En el momento  álgido del proceso de Oslo, explotaron autobuses en Tel Aviv y Jerusalén, mandaron terroristas suicidas para explosionar entre los civiles israelíes. Fue entonces cuando el primer ministro, hoy fallecido, Yitzhak Rabin, dijo: "Debemos luchar contra el terrorismo como si no hubiera proceso de paz, y trabajar para lograr la paz como si no hubiera terror."

    Las palabras de Rabin son válidas a día de hoy, cuando un grupo terrorista armado ha mandado un
    a vez más una lluvia de miles de cohetes desde una franja de tierra que Israel dejo hace casi una década, en un intento de reforzar las posibilidades de paz. Los planes para un aeropuerto, un puerto marítimo y numerosos proyectos conjuntos ísraelo-palestinos en Gaza estaban en su apogeo, cuando Hamas tomó el poder en 2006 y retiró violentamente a la Autoridad Palestina, declarando no reconocer a Israel y declaró la guerra a sus civiles.

    El control de Hamas sobre Gaza es una estrategia continua: para los palestinos, que han sido sometidos a un régimen extremista que viola los derechos de las mujeres, los homosexuales y otras minorías, mientras usa sus recursos - en gran medida apoyados por la comunidad internacional - para amasar cohetes y construir túneles del terror. Para los israelíes, las acciones de Hamas han debilitado las posibilidades de una convivencia pacífica, llevando a un escenario que se ha vuelto realidad y que sería catastrófico si se repite con una retirada de Cisjordania.

    El alboroto internacional de esta semana se debe a una declaración de Israel donde decía: "tierras de Estado" de 1,5 millas cuadradas en Gush Etzion - tierras que no son propiedad privada y están destinadas a permanecer bajo soberanía israelí en cualquier acuerdo futuro -. La indignación y la acción, deben dirigirse al extremismo de Hamas, señal de terrorismo, que sigue siendo el obstáculo más importante para cualquier acuerdo.

    El amplio apoyo expresado por la opinión pública israelí para la operación en Gaza refleja la situación insostenible de un país bajo la amenaza constante de cohetes, una realidad no experimentada en Europa desde la
    Segunda Guerra Mundial. Este apoyo refleja la creciente toma de conciencia, que se refleja en toda la región, que elementos radicales dejados a su suerte no se convierten en moderados por su propia voluntad; más bien se apoyan en sus amigos y aliados, y se hacen más fuertes y más audaces. La paz se logra mediante el fortalecimiento de los moderados mientras se persigue activamente el aislamiento de los extremistas, utilizando medios diplomáticos y militares.

    Mientras los líderes de Hamas están entre los escombros de Shuja'iya, blandiendo armas y proclamando la victoria y continuando la Jihad, al menos, una cosa está clara: hasta que se detenga, la paz nos puede eludir, y siempre y cuando se mantenga en el poder,
    los verdaderos perdedores serán los israelíes y los palestinos que anhelan un futuro pacífico radicalmente distinto al de hoy.


    Yiftah Curiel, Portavoz de la Embajada de Israel en Londres

    Fuente: The Guardian