(Comunicado del Portavoz del MFA)
El informe de Amnistía Internacional sobre el conflicto de este verano entre Israel y el grupo terrorista Hamás acusa a Israel de malas prácticas sin aportar ninguna pruebas. Al mismo tiempo, el informe ignora los documentados crímenes de guerra perpetrados por Hamás, entre otros: el uso de escudos humanos, así como la utilización de escuelas, hospitales, mezquitas y barrios civiles de Gaza para disparar desde ellos contra centros de población civil israelí y su uso como lugares de almacenamiento de armas y municiones.
El informe no menciona la palabra terrorismo en relación a Hamás y otros grupos armados palestinos, ni menciona los túneles construidos por Hamás para infiltrarse en Israel y perpetrar ataques terroristas. Al ignorar la naturaleza del enemigo al que Israel se enfrentó en Gaza - un grupo terrorista reconocido como tal por la Unión Europea, Estados Unidos y otros - el informe de Amnistía no contribuye al importante debate que se necesita para resolver el conflicto. En lugar de ello, Amnistía actúa como un instrumento de propaganda para Hamás y otros grupos terroristas.
En Israel, se están llevando a cabo investigaciones por parte de varios organismos, de dentro y de fuera de las Fuerzas de Defensa de Israel, en relación a más de 90 incidentes. Dos investigaciones penales están en curso. Estas medidas son desestimadas por Amnistía como insuficientes. En comparación con los rigurosos procedimientos de Israel, la propia metodología de Amnistía es cuestionable: el informe no ha sido redactado por personal de Amnistía, sino por agentes externos locales cuyos nombres no se mencionan, refiriéndose a ellos únicamente como "trabajadores en el terreno". No se cuestiona nunca la credibilidad de los testimonios que figuran en el informe; la verificación independiente de sus afirmaciones, aparentemente, no se considera necesaria.
Donde queda más claro el profundo sesgo del informe es en sus recomendaciones: Hamás no se menciona, es como si el grupo no tuviese ninguna responsabilidad en el derramamiento de sangre; mientras que el informe ignora los desafíos a la seguridad de Israel. Amnistía debe entender que la elaboración de un informe limitado y descontextualizado, restringe su capacidad para promover cambios positivos.