El Pirineu tendrá una ruta turística basada en la historia de amor de dos fugitivos judíos

Ruta turística del amor de dos refugiados judíos

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    ​El embajador de Israel en España destaca la "convivencia" y la "oportunidad turística" que generan las cuatro rutas de evasión transpirenaicas ya operativas | La Diputación señalizará el camino entre la Val d'Aran y el Pallars Sobirà a través de Alòs d'Isil

    El Pirineu catalán incorporará una nueva ruta turística sobre la evasión de refugiados judíos durante la Segunda Guerra Mundial, que se basará en una historia de amor real y que pasará por la Val d'Aran y el Pallars Sobirà. La Diputació de Lleida añadirá un quinto camino a la red de 151 kilómetros que ya está operativa y que atrae cada año a cientos de visitantes judíos procedentes de todo el mundo. Según ha podido saber LaVanguardia.com, la institución prepara un itinerario señalizado que pasará por Montgarri, en la Val d'Aran, y llegará al Pallars Sobirà por Alòs d'Isil, aprovechando que se trata de una de las zonas más frecuentada por los turistas que vienen al Pirineo.

     
    Además, la ruta tiene el gancho de una historia de amor real, la de Betsy Wijnberg y Dan Ehrlich: una judía holandesa y judío alsaciano que se conocieron en Toulouse huyendo del Holocausto e iniciaron su historia de amor cruzando los Pirineos. Ella falleció hace 28 años y él en 2013. Sus hijos visitaron el Pirineo en verano de 2013 siguiendo la ruta en la que nació el amor de los jóvenes, según explica el historiador Josep Calvet en su libro Huyendo del Holocausto. Judíos evadidos del nazismo a través del Pirineo de Lleida [Milenio].
     
    Betsy Wijnberg nació en Groningen el 24 de junio de 1919. Tras la ocupación alemana los nazis ocuparon la vivienda de su familia. En 1942 empezó a trabajar para un contable judío, Meijer Henri Max Bolle. La joven se negó a cooperar con las autoridades nazis por lo que  se dedicó a las tareas domésticas del contable.
     
    En 1942 fue arrestada con la familia de Bolle, estaba enferma, en cama, con una infección renal y no opuso resistencia. Fue conducida al Teatro Judío de Ámsterdam. Cuenta Calvet que los guardias alemanes que vigilaban el recinto eran fácilmente sobornables a cambio de alcohol y así fue como la joven pudo volver junto a sus padres a la casa de unos conocidos holandeses. La resistencia judía trasladó al grupo a Toulouse, donde esperó el grupo con el que pasó a España. La red de evasión -explica el historiador- preparó la huída para que el 14 de mayo pudiera salir desde el departamento de Ariège, donde conoció a catorce judíos, entre ellos Adolphe Ehrlich, nacido en Estrasburgo cuando la ciudad pertenecía al Imperio Alemán. Fue registrado como Adolf pero después de la vuelta de la ciudad a la soberanía francesa fue registrado como Adolphel, en francés y como la mayoría de los niños judíos recibió un nombre hebreo a los ocho días, cuando fue sometido a la circuncisión.
    En su relato Calvet cuenta que Betsy iba calzada con zapatos de ciudad y tuvo problemas para superar una zona de difícil acceso cubierta de hielo y nieve. Lo consiguió gracias a la ayuda de Dan. Los dos jóvenes llegaron juntos a España, pasaron por Sort y Lleida y se refugiaron en Barcelona. Llegaron al puerto de Haifa en noviembre de 1944. Se casaron en Israel y vivieron en Kiryat Ata. Tuvieron cuatro hijos. Seguir leyendo en La Vanguardia