Discurso del Día Internacional de Recuerdo del Holocausto

Discurso Día Internacional Recuerdo del Holocausto

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    Discurso del Día Internacional de Recuerdo del Holocausto del Embajador de Israel, Alon Bar, en la Asamblea de Madrid

     

     

    Autoridades
     
    Colegas
     
    Señoras y señores
     
    Queridos amigos
     
    Marcamos hoy, en el Día de Conmemoración y de las Víctimas del Holocausto, 70 años desde la liberación del campo de concentración y extermino Auschwitz. 
     
    Auschwitz es un símbolo. Quien ha visto las fotos del campo de los primeros días después de la liberación no volverá a ser la misma persona que ha sido antes de verlas.
     
    Pero este año las circunstancias nos obligan de reflexionar más allá de la conmemoración de las víctimas. No  es ya suficiente repetir nuestro deseo de evitar el odio racial, la incitación y el antisemitismo.
     
    En un vídeo preparado para este día grabaron a niños pequeños intentando con o sin éxito decir la palabra “antisemitismo”, esperando que cuando sean adultos ya no sea necesario el uso de la misma.
     
    Pero nosotros hoy no vamos a poder ignorar las recientes expresiones de odio y los actos de violencia y terrorismo que amenazan  nuestra vida, nuestros valores, nuestra identidad, de la manera que han sido manifestadas en Irak, en Syria, en Libano, en Paris, en Bruselas, en Nigeria, en Gaza, en Israel y en los territorios controlados por la Autoridad Palestina.
     
    El radicalismo islámico y los partidos neonazis en Europa vuelvan a llevar la retórica racista y antisemita, las amenazas de exterminio y la práctica de matanza de inocentes como objetivo principal, de los álbumes de historia a las noticias diarias.
     
    Es verdad que estamos lejos, y yo espero que muy lejos, de la situación en la cual se encontraron las víctimas del Holocausto. No hay ninguna base para la comparación.
     
    Pero, ¿estamos dispuestos a aceptar una realidad en la cual los judíos de Europa tengan miedo de identificarse como judíos?
     
    ¿Que sinagogas y colegios sean amenazados?
     
    ¿Que miles de personas apoyen expresiones antisemitas porque su equipo de baloncesto ha perdido?
     
    ¿Que los editores de periódicos tengan miedo de expresar opiniones o publicar caricaturas?
     
    ¿Que periodistas que han sido testigos de los crímenes de guerra de Hamás en Gaza, contra su propia población o los ciudadanos de Israel tengan miedo de publicarlo?
     
    Esta es parte de la realidad. Hoy. No en el pasado.
     
    Muchos han reaccionado a las crecientes amenazas con manifestaciones y expresiones de solidaridad. Es importante. Pero ¿cómo han reaccionado algunas instituciones internacionales?, ¿cómo la comisión de derechos humanos de la ONU o la corte penal internacional de la Haya ante estos vientos racistas, las oleadas del odio antisemita, del terror impulsado por el extremismo islámico en Irak, o en Gaza?
     
    Investigando y preparando informes que acusan a Israel de crímenes contra la humanidad. El único país en la región que consagra la democracia, la libertad religiosa y las libertades de pensamiento y expresión, que hace esfuerzos -no siempre con éxito pero sí muchos esfuerzos, de auto protegerse con las mínimas víctimas inocentes, el único país en la región con un sistema jurídico independiente que investiga a su ejército y sus políticos.
     
    Los enemigos de Israel hacen un cínico uso de las instituciones creadas para evitar otro Holocausto, con el propósito de eliminar la capacidad de Israel para defenderse contra el terrorismo de los grupos islamistas radicales. Sus simpatizantes en Europa y en España van a pintar a Israel como el enemigo de la humanidad.
     
    Y los demás? Y nuestros amigos… ¿dejarán otra vez el espacio público para aquellos que creen que Hamás es un socio, e Israel, el enemigo? ¿Esperando así que el terrorismo no llega a su territorio?
     
    O esta vez hablarán, en voz alta, públicamente, en defensa de la democracia y la libertad y del derecho de los judíos, que no es distinto al de cualquier otro pueblo, de defenderse contra el terrorismo y los crímenes de guerra de los grupos jihadistas.
     
    En 2015 tenemos una tarea, una misión. Devolver las calles a la sociedad libre. Que las niñas en Nigeria,  los judíos, cristianos y musulmanes en Europa, en el Oriente Medio y en África puedan vivir sin miedo y sin amenazas por sus identidades.
     
     Yo sé, que contaremos con la Asamblea y con la Comunidad de Madrid.