Declaraciones del Primer Ministro Netanyahu sobre el histórico acuerdo de paz con los
Emiratos Árabes Unidos.
(Comunicado
del asesor de prensa del primer ministro)
En el día de hoy
(domingo 16 de agosto de 2020) el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, formuló
las siguientes declaraciones:
“El jueves pasado,
junto con el presidente estadounidense Donald Trump y el jeque Mohammed bin
Zayed, anuncié el histórico acuerdo de paz entre Israel y los Emiratos Árabes
Unidos. Este es el primer acuerdo de paz entre Israel y un país árabe en 26
años. Es diferente de sus predecesores porque se basa en dos principios:
"paz a cambio de paz" y "paz a partir de la fortaleza".
Bajo esta doctrina, Israel no está obligado a retirarse de ningún territorio y
juntos, los dos países cosechan abiertamente los frutos de una paz plena:
inversiones, comercio, turismo, salud, agricultura, protección del medio
ambiente y en muchos otros campos, incluida la defensa, por supuesto.
Esta paz no se
logró porque Israel se debilitó por retirarse a las líneas de frontera de 1967.
Se logró porque Israel se fortaleció cultivando una economía libre y desarrollando
una capacidad militar y tecnológica, y combinando estas dos fortalezas a fin de
lograr una influencia internacional sin precedentes.
Esta sólida posición internacional se reflejó en nuestra
disposición a adoptar una posición contra la agresión de Irán en la región y
sus intentos por obtener armas nucleares. El hecho de que estuviéramos solos, y
a veces tuviera que estar solo contra todo el mundo, contra Irán y el peligroso
acuerdo nuclear con ese país, causó una gran impresión en los líderes árabes de
la región.
Un simple hecho
quedó nuevamente comprobado: la fuerza atrae y la debilidad repele. En el Medio
Oriente, los fuertes sobreviven y con fortaleza, uno hace la paz. He promovido
el cultivo de la fortaleza de Israel a lo largo de los años y, del mismo modo,
la doctrina de "paz a cambio de paz" también. Lo hago con líderes de
todo el mundo árabe e islámico.
Este concepto
se expresó públicamente en mi reunión con el presidente de Sudán hace unos seis
meses, en mis reuniones con altos ministros de Relaciones Exteriores de seis
países árabes, en la reunión pública celebrada en Varsovia hace un año y medio,
y en mi visita pública a Omán hace dos años por invitación del fallecido Sultán
Qaboos. Puedo decirles que se ha manifestado concretamente en una serie de
reuniones secretas, sobre las cuales no voy a entrar en detalles.
Esta doctrina
está en total contradicción con el enfoque que postulaba, hasta hace unos días,
que ningún país árabe aceptaría establecer una paz oficial y abierta con Israel
antes de que se llegara a un punto final en el conflicto con los palestinos. En
opinión de los palestinos, y en opinión de muchos en el mundo que estuvieron de
acuerdo con ellos, sería imposible lograr esta paz sin ceder a las demandas de
los palestinos, incluido el desarraigo de las comunidades, la división de
Jerusalén y el repliegue a las líneas de
1967.
En efecto, este
concepto erróneo les concedió a los palestinos un veto sobre el logro de la paz
entre Israel y los países árabes. Mantuvo a Israel y al mundo árabe como
rehenes de las demandas más extremas de los palestinos, que ponen al Estado de
Israel en peligro real de subsistencia. En mi opinión, el mayor peligro era que
bastantes israelíes estuvieran de acuerdo con estas condiciones absurdas. Bueno,
ya no. Este enfoque de "paz a cambio
del repliegue y la debilidad" ha desaparecido del mundo. Ha sido
reemplazado por una concepción diferente: paz genuina, paz a cambio de paz, paz
a partir de la fortaleza. Eso es lo que estamos promoviendo hoy.
Les recuerdo
que en el acuerdo actual, Israel no solo no se ha retirado de un metro
cuadrado, sino que el plan de Trump incluye, a mi solicitud, la aplicación de
la soberanía israelí sobre extensas áreas de Judea y Samaria.
Fui yo quien
insistió en incluir la soberanía en el plan, y este plan no ha cambiado. El
Presidente Trump está comprometido con ello y yo estoy comprometido a llevar a
cabo negociaciones sobre esta base. En el año 2013, en el marco de la ONU dije
que: “durante años, muchos creían que la paz israelo-palestina promovería una
reconciliación más amplia entre Israel y el mundo árabe. En estos días, sin
embargo, creo que la paz se logrará de una manera opuesta: es precisamente la
expansión de la reconciliación entre Israel y el mundo árabe lo que
probablemente promoverá la paz israelo-palestina”. Y agregué: “que para lograr
esta paz, teníamos que mirar no solo a Jerusalén y Ramallah, sino también a El
Cairo, Ammán, Abu Dhabi, Riad y otros lugares”.
Esta no fue una
profecía. Ésta es una política coherente
y sistemática que lidero y que
tardó años en permearse. Gracias a Di-s, de hecho se ha cumplido. Espero que
otros países se unan al círculo de paz con nosotros. Este cambio histórico
también promoverá la paz con el mundo árabe y, al final, la paz, la paz
verdadera, monitoreada, segura, también con los palestinos.
Quisiera agradecer
a los diversos referentes que, a lo largo de los años, ayudaron a mantener el
vínculo con los Emiratos Árabes Unidos, especialmente al Mossad. También agrego
a mi enviado especial al mundo árabe, el abogado Yitzhak Molcho, y al jefe del
Consejo de Seguridad Nacional, Meir Ben-Shabbat, y a su equipo. Les agradezco a
todos.
Además, quiero
expresar un agradecimiento especial por promover el acuerdo de paz a una
persona más, el embajador israelí en los Estados Unidos, Ron Dermer. Él ha
realizado un trabajo sobresaliente, con modestia y profesionalidad, junto con
el personal de la Casa Blanca y su colega en Washington, el embajador de los
Emiratos.
Y, por supuesto, una
vez más, quisiera expresar mi profunda gratitud al Presidente Trump y al Jeque
Mohammed bin Zayed; la cooperación entre nosotros ha generado un movimiento
histórico de gran importancia para el futuro de Israel y de toda la región.”