El Primer Ministro Benjamín Netanyahu el sábado 17 de enero de 2014 hizo las siguientes declaraciones como respuesta a la decisión del fiscal de la Corte Penal Internacional:
Israel rechaza la absurda decisión del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI). Es absurdo que la CPI ignore la ley y los acuerdos internacionales, según los cuales los palestinos no tienen un estado y sólo pueden conseguir uno a través de las negociaciones directas con Israel.
Las reglas de la CPI son claras:
No hay estado
No hay competencia
No hay caso
Es absurdo que la CPI persiga a Israel, que tiene los estándares más altos de la legislación internacional. Nuestras acciones están sujetas a la constante y cuidadosa revisión por parte del reconocido mundialmente y totalmente independiente sistema legal de Israel.
Pero esta decisión es incluso más absurda puesto que Israel está legítimamente defendiéndose de los terroristas palestinos que cotidianamente cometen múltiples crímenes de guerra. Deliberadamente disparan miles de cohetes y misiles contra nuestros civiles, mientras se ocultan tras civiles palestinos a quienes usan como escudos humanos.
Y aquí tenemos la última locura de esta decisión: es la democracia de Israel, líder mundial en la lucha contra el terrorismo, la que es arrastrada hasta el banquillo en La Haya, mientras los criminales de guerra terroristas de Hamás son los que están presentando los cargos. No me sorprendería que ISIS, al-Qeda y Hezbollah siguieran su ejemplo. Véase, Hamás ha anunciado ya que se unirá a su partner palestino, el Presidente Abbas, en la presentación de denuncias contra Israel como resultado de esta decisión.
Así pues, vemos aquí algo verdaderamente trágico. Los nobles objetivos de la CPI se están volviendo del revés.
La Corte fue fundada para prevenir la repetición de los peores crímenes de la historia, entre ellos principalmente el genocidio de seis millones de judíos.
Ahora, los palestinos están cínicamente manipulando la CPI para denegar al Estado judío el derecho a defenderse contra los verdaderos crímenes de guerra y el verdadero terrorismo, para cuya prevención la Corte fue establecida.