Día del Recuerdo de los Mártires y Víctimas del Holocausto (Yom HaShoá en hebreo)
Es un día nacional de conmemoración en Israel, en el que se recuerda a los seis millones de judíos asesinados en el Holocausto.
Yom HaShoá es un día solemne, que empieza al atardecer del día 27 del mes de Nisán (4 de mayo, 2016) y finaliza la noche siguiente, según la tradición judía. Los lugares de entretenimiento ese día se cierran y el sepelio se lleva a cabo en todo el país.
Desde su llegada al poder, los nazis hicieron todo lo posible para eliminar a todos los judíos de la raza humana. No retrocedieron ante ningún medio para lograr ese objetivo, y aplicaron una política de opresión racista y de terror legalizada contra los judíos. Los judíos fueron aislados, sesgados, señalados y privados de comida. El proceso de deshumanización nazi finalmente se convirtió en una campaña sistemática de exterminio, en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados.
En los lugares a los cuales llegó el régimen nazi, hizo todo lo posible para romper las estructuras mismas de la vida judía, tanto comunitaria como familiar. Entre otras medidas, intentaron aniquilar el espíritu y la cultura judía. Uno de sus primeros actos fue la destrucción de sinagogas, la prohibición de la oración judía, así como la de reuniones públicas. Frente a esta realidad, la comunidad judía se vio buscando un equilibrio entre su autoconservación y su desintegración, entre la grave crisis y los esfuerzos persistentes para crear marcos comunes que pudiesen facilitar tanto la existencia física como espiritual.
Aún hoy en día, las atrocidades cometidas por y en nombre de la Alemania Nazi en Europa provocan preguntas difíciles en relación a hasta donde es la humanidad capaz de caer. Al mismo tiempo, los horrores de la época también ilustran a lo alto que puede llegar el espíritu humano, como se evidencia en las acciones y los sacrificios de los perseguidos, como judíos y como seres humanos. Incluso hoy, más de 70 años después del Holocausto, nos inspiramos en la fortaleza espiritual de los que defendieron su ética y valores en un mundo en el que éstos se habían derrumbado a su alrededor.
Muchos de los que se esfuerzan en mantener y preservar el espíritu humano no sobrevivieron a los horrores del Holocausto pero, sus hechos y acciones son un recordatorio para las futuras generaciones de la resistencia y la nobleza del espíritu humano.
Fuente: Yad Vashem
Más información: MFA Israel