Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas del Holocausto

Día Internacional de Recuerdo del Holocausto

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    Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas del Holocausto
    Ceremonia en el Parlament de Catalunya
    Barcelona, 26 de enero de 2017
     
     
    Discurso de Hamutal Rogel,
    Portavoz de la Embajada de Israel en España
     
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    Molt Honorables Presidenta del Parlament i President de la Generalitat, Excelentíssima Alcaldessa de Barcelona, Honorables Conselleres i Consellers, President de la Comunitat Israelita de Barcelona, autoritats, amics, amigues.
     
    El 27 de enero se cumple el 72º Aniversario de la Liberación del campo de exterminio de Auschwitz y, como cada año en esta fecha, se conmemora el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas del Holocausto.
    Hablar de la Shoá, del Holocausto, no es sencillo.
     
    Aún hoy, transcurridas más de siete décadas, contar lo que sucedió y hablar de quienes pasaron por ello es, en efecto, una tarea extremadamente dura. Esta es la pesada carga de la memoria y del recuerdo. La memoria está siempre con nosotros y es a menudo una fuerza poderosa que guía nuestras vidas. Pero los recuerdos cambian a medida que las sociedades evolucionan, tal como la vista de una montaña cambia a medida que te vas alejando de ella.
     
    En Israel, el Holocausto se sigue viviendo como un trauma nacional. El trauma, por perder a más un tercio de nuestro pueblo en cinco años ante los ojos de un mundo que permaneció impasible, influye hasta el día de hoy. Es parte de nuestra vida personal y familiar; de hecho está grabado en el ADN colectivo israelí y de todo el pueblo judío. Al mismo tiempo, seguimos teniendo enemigos que no han entendido que estamos aquí para quedarnos. Consecuencia de ello es la convicción de muchos israelíes de que un nuevo intento de exterminio es posible, y el temor de que esta vez tampoco nadie hará nada para impedirlo.
     
    Al hablar de Holocausto hay una pregunta inevitable, una pregunta que no podemos dejar de hacer: ¿Cómo pudo suceder? ¿Cómo el mundo pudo permitir que sucediese? La gente sabía lo que Hitler iba a hacer porque lo había dicho alto y claro. ¿Cómo pudo suceder?
     
    El Holocausto nos muestra el peligro de que una mayoría silenciosa de millones de personas deje que esto pase. La gente normal y buena siguió ocupándose tranquilamente de “sus asuntos”, mientras sus vecinos, colegas o compañeros eran deshumanizados, excluidos de la sociedad y, finalmente, asesinados. La mayoría de la gente y todos los gobiernos se preocuparon bien poco del destino de los judíos, esa es la impactante verdad.
     
    Auschwitz, para mí, tiene que ver con la decisión de no involucrarse. Un millón y medio de personas fueron exterminadas en Auschwitz. Miles de personas cada día. Durante casi cuatro años. ¿Cuántos de ellos se hubieran salvado si este campo hubiera sido bombardeado, destruido y eliminado? Auschwitz no solamente significa la muerte de seres humanos, sino también la agonía de la moral humana.
     
    En última instancia, las personas son responsables de cómo actúan y reaccionan ante la maldad que les rodea. Aun en las circunstancias más extremas, las personas tienen libertad para elegir. No podemos elegir las circunstancias en las que vivimos, pero podemos escoger cómo reaccionamos ante ellas.
     
    La actual cultura de relativismo moral y de palabras vaciadas de contenido está convirtiendo en un mero cliché la destrucción más devastadora infligida por los hombres en toda la historia. De este modo estamos perdiendo la capacidad de distinguir entre los pequeños pecados, las faltas cotidianas, la estupidez, los prejuicios, el oportunismo, la demagogia y el fanatismo, por un lado, y el mal absoluto, por otro.
     
    La memoria del Holocausto inevitablemente cambiará como lo hace toda memoria con el tiempo
    La memòria de l’Holocaust inevitablement canviarà com ho fa tota memòria amb el temps.
     
    Lo que no podemos permitir que cambie es su lección
     El que no podem permetre que canviï és la seva lliçó.