​En el mes de diciembre se se realiza un evento fascinante que sirve “para descubrir los gustos locales de diferentes lugares en el Kineret y el valle” y este año se enfatizan también otros aromas y con muchas novedades culinarias. Sin duda la fiesta de Jánuca es ideal para llevar a cabo un festival de sabores, especialmente con el clima que se presta para realizar también paseos turísticos. Entre el 18 y el 26 de diciembre.

La productora Limor Regev nos informa que para esta décima festiva edición se arma un programa muy rico de comidas, amenizado con concursos, talleres, ferias, múltiples degustaciones y ideal para que los amantes de la buena cocina, del turismo y del arte disfruten paseando por sitios de gran belleza natural. El festival incentivado por el Ministerio de Turismo y otros cuerpos de la Galilea, ofrece la imagen de la región a nivel gastronómico y con el objetivo de destacar el sabor de la región.

Como en años anteriores habrá en este festival de todo y para todos, dentro de un paisaje cautivador, que sin duda influencia en los gustos. Es esta una zona del país que ofrece el mejor clima en esta época del año.
Una increíble oferta culinaria que abre el festival se puede encontrar en el restaurante Roberg, ubicado en la localidad de Livnim a pocos kilómetros del norte de Tiberiades. Se trata de reconstruir el “Menú de la paz”, celebrando 20 años de la firma del pacto de paz entre Jordania e Israel. Ilan Roberg es el chef que preparó la cena para el rey Hussein e Itzjak Rabin y ahora trae los mismos platos. Es de destacar que al rey le encantó la comida de Ilan y lo invitó luego a visitar su reino. Es este un local en el que toda la familia Roberg está involucrada en el mismo, en especial Tamy, la hija, que es excelente repostera y el postre que ofrece ganó muchos premios. Completan la familia Gil, Doron y Mati. No solo se destaca el restaurante por la excelente comida y originalidad de los platos sino también por estar rodeado del más maravilloso paisaje, ya que el local esta frente al Kineret, el Arbel y el Golán. Seguir leyendo en Aurora