Al Asad siempre ha sido enemigo de Israel pero estamos fuera del conflicto, Oren Bar-El

Entrevista al Ministro Consejero de la Embajada

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    "Mi país es una tierra de diálogo y damos pasos en las negociaciones con Palestina"

    El ministro consejero de Asuntos Políticos de la Embajada de Israel en España inauguró ayer la exposición fotográfica Jerusalén. La ciudad de las culturas en el Ateneo de La Laguna y hoy abrirá el ciclo de conferencias. Oren Bar-El lleva años trabajando para el gobierno israelí en diferentes países, un nuevo desafío para él, de los que ha aprendido que la cooperación internacional es un factor que hay que fomentar.
     
    -¿Qué le parece la iniciativa que se muestra estos días en el Ateneo?
    -Es algo especial por una razón muy importante: es una iniciativa que ha creado la gente de a pie. No ha sido implantada por el Gobierno o la Embajada. No hay nada nuevo en las fotografías, que muestran sitios conocidos, a los habitantes de Jerusalén, pero es interesante ver cómo se puede unir todo. Permite ver cómo es Jerusalén, un sitio mítico con gente detrás capaz de convivir y profesar su religión. Con mi intervención, quiero poner el acento en la composición de la población de Jerusalén. Se habla mucho de la ciudad, de la región, pero hay pueblos detrás de todo eso y cada uno tiene sus necesidades. La población de Jerusalén es heterogénea y, para tener una idea de lo complicada que es la vida, hay que tener presente lo complejo del panorama político.
     
    -¿Son judíos, cristianos y musulmanes pueblos excluyentes?
    -Los habitantes de Jerusalén tienen cosas en común y cosas que los separan. En común tienen que todos quieren vivir en la capital porque sienten amor por ese lugar. El problema con el amor es que las pasiones a veces son demasiado incontrolables y cada uno realiza su propia interpretación de lo que ha de ser Jerusalén y de quién tiene que ser. Así hay una competencia, pero no entre las tres religiones, sino dentro de cada una de ellas.
     
    -¿Es correcta la percepción que se tiene de que las relaciones entre España e Israel son escasas?
    -En el nivel más alto sí existen relaciones, hay continuas visitas oficiales entre los mandatarios de ambos países. Pero es cierto que, en lo que al conocimiento entre los pueblos se refiere, estamos en una fase relativamente joven en comparación con otros países europeos. Debido a la dictadura franquista, Israel no había querido entablar relaciones con España hasta 1986. Pero hemos pasado ese periodo y hemos iniciado una nueva etapa. No es que haya una falta de relaciones ni de voluntad, solo tenemos que recuperar el tiempo que hemos perdido.
     
    -El turismo es una actividad importante para ambos países pero actualmente no existen líneas aéreas que faciliten las relaciones.
    -El problema de los vuelos entre Israel y Europa hace un año es que había un mercado prácticamente nulo, pero acabamos de firmar un acuerdo para abrir el cielo israelí. Es un paso que puede ayudar a reducir los precios de los vuelos de las líneas directas. Y si Barcelona ya es un destino que les gusta mucho a los israelíes, no veo por qué no lo puede ser Canarias. La distancia es un poco mayor pero el interés existe y nosotros siempre buscamos destinos atractivos. Además, la mentalidad de ambos pueblos es muy similar. Los dos son muy abiertos. En Israel no es posible pasar por la calle sin que la gente hable contigo o intente comunicarse. Pienso que esta actitud es bastante mediterránea. Además, digamos que ninguno de los dos son pueblos discretos. Compartimos nuestras vidas con el resto de la gente.
     
    -Israel, al igual que Canarias, es un territorio puntero en el tratamiento de las aguas, ¿sería posible llevar a cabo una colaboración entre ambos territorios?
    -La relación ya existe. Ya hay compañías israelíes interesadas en grandes proyectos. Pero es indudable que podríamos avanzar en todo lo relacionado con la I+D con Canarias, con España y también en el cuadro europeo. El tema del agua es muy amplio y siempre existe la posibilidad de cooperación que puede incluir tanto al sector público como al privado.
     
    -Ha desempeñado cargos para el gobierno israelí en muchos países, ¿qué visión se tiene de su pueblo en el mundo?
    -Cada país tiene su visión que, a su vez, tiene su origen en su propia historia. Hay un aspecto general que sale de la influencia de los medios de comunicación y que refleja los momentos de conflicto. Pero Israel es un lugar ahora protegido de violencia y es el momento de que muestre las imágenes de su sociedad, de la vida cultural... Y esa es una tarea de la embajada. Sobre todo queremos dar a conocer nuestro lema: Israel es la nación de las startups. Hace 40 años era un país pobre, basado en la agricultura y un poco en el turismo y ahora la gran fuerza de nuestra economía es nuestra tecnología que sale de la increíble cantidad de startup. Hace 20 años la madre israelí quería que su hijo fuera doctor o ingeniero, ahora quiere que monte su propia startup para luego venderla a Microsft o a Apple. Y ese es uno de los aspectos más atractivos que podemos ofrecer a los españoles, porque la mejor manera de salir de una crisis es la innovación.
     
    -¿Cuál cree que será el resultado de todas las revoluciones que han tenido lugar con la Primavera Árabe?
    -Tengo la esperanza de que la democracia de verdad se instalará en estos países tarde o temprano. No solo la democracia de las elecciones sino también la que se refleja en el pluralismo, la aceptación del otro y la integración de la mujer. Pero el problema no está en los países árabes, sino en Irán. Desde los días de la revolución islámica quiere tener influencia en su vecindad. Irán quiere cambiar el mundo e Israel es solamente un obstáculo para él, no es el gran desafío. Pero éste no es solo un desafío de Israel. Porque aunque el público de Europa vea la amenaza de Irán como un asunto solo de Estados Unidos o de nuestro país, se trata en realidad de una amenaza global. No sé si podemos ser optimistas con el cambio de presidente, porque no es un cambio de régimen, éste se queda, sus intereses se quedan y el programa nuclear y el apoyo al terrorismo también.
     
    -¿Qué papel jugará Israel en el conflicto Sirio?
    -Estamos fuera de este conflicto. Bashar al Asad siempre ha sido un enemigo de Israel y hemos condenado su régimen. Nuestras preparaciones son completamente defensivas y hemos implantado las correspondientes baterías antimisiles para proteger la zona norte y centro de Israel. Espero que no sea necesario utilizarlos pero es una manera de detener la amenaza. Nosotros hemos instalado un hospital de campaña donde cada día llegan heridos sirios para recibir tratamientos de urgencia en la frontera, así como en los hospitales del interior. Estamos otorgando ayuda humanitaria a la población civil y ésa es nuestra única intervención en el conflicto. No queremos formar parte del conflicto, solo encontrar una manera de estabilizar el país.
     
    -El embajador de Palestina estaba invitado a la conferencia inaugural del Ateneo junto a usted pero declinó el ofrecimiento, ¿es un reflejo de la tensión de las relaciones entre ambos pueblos?
    -La situación entre ambos pueblos no se puede reflejar en lo que ocurre entre dos diplomáticos. En el terreno, la relación tiene muchos aspectos no conocidos de cooperación, de negocios comunes, pero también de conflictos y diferentes opiniones. Ahora hemos dado un nuevo paso en las negociaciones y esperamos que, con ayuda de la comunidad internacional, podamos llegar a un acuerdo, si no definitivo, sí al menos que permita pasar a la segunda etapa. Israel era y es una tierra de diálogo y, en vez de regresar al pasado, debería pensar en tener un futuro cordial. Fuente
     
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