Adolfo Roitman: "Los rollos del Mar Muerto son un patrimonio universal"

Rollos del Mar Muerto, un patrimonio universal

  •  
     
  •  
    El argentino Adolfo Roitman es, desde 1994, el director del Santuario del Libro del Museo de Jerusalén, donde se custodian los rollos del Mar Muerto. Lleva más de la mitad de su vida en Israel y asegura que sigue con el entusiasmo inicial porque "lo que me sobran son proyectos y eso es lo que me da ganas de continuar". A La Laguna llegó por primera vez esta semana para impartir un seminario dentro de las Jornadas de Arqueología Bíblicas, organizadas por el Ayuntamiento de La Laguna y el Grupo de Estudios Africanos Harmatán. Según él, entre los propósitos de sus conferencias está "promover el diálogo interprofesional porque los rollos del Mar Muerto son judíos pero al mismo tiempo es una creación universal y desde que fueron descubiertos dejaron de ser patrimonio judío". "Estamos viviendo una época muy problemática desde el punto de vista de los choques culturales, donde los fundamentalismos se está trasformando en una de las lacras de esta sociedad y creo que si hay algo que puede salvar al hombre del propio hombre es recuperar su condición de ser humano", sentencia.
     
    ¿Qué recuerda de la primera vez que estuvo ante los rollos del Mar Muerto?
    Recibí el nombramiento en noviembre de 1994 y era realmente muy joven. Recuerdo cuando el curador que me antecedió, yo soy el segundo, me entregó las llaves y me sentí como si a un niño le dijeran que va a ser el presidente de una tienda de juguetes. Eso es lo que me dieron a mí y es el tipo de cargo con el que uno sueña toda la vida porque los rollos del Mar Muerto son uno de los tesoros de la historia de la humanidad y ahora los tengo yo. Tengo que reconocer que ya han pasado 20 años y todavía me acompaña la emoción inicial porque todavía sigo con esa misma sorpresa y privilegio. Y mucho más cuando no soy un israelí de cepa, sino latinoamericano, lo que resulta mucho más sorprendente.
     
    Los rollos del Mar Muerto se descubrieron en la década de los 40 del siglo pasado pero ¿aún quedan cosas por decir de ellos?
    Sí. Yo diría que la primera etapa se caracterizó por el hallazgo y el proceso editorial, en donde los manuscritos tenían que ser descifrados y traducidos y esa etapa se completó después de muchos y complejos vericuetos allá para el año 2000. Entonces, los investigadores comenzaron a estudiarlos y a proponer distintas interpretaciones parciales. Hay que recordar que actualmente hay unos mil documentos, con una variada gama de géneros literarios que van desde manuscritos bíblicos hasta documentos inusitados que desconocíamos hasta el descubrimiento de los rollos. Todo eso ahora nos permite entender muchas obras y conocer una realidad intelectual y nos obliga a releer los documentos que sí conocíamos. Yo diría que todavía queda mucho por andar porque cada vez los niveles de análisis aumentan y los círculos que se nutren de estos manuscritos son inmensos. Para los canarios que tienen en mente una tesis doctoral, aún quedan muchos caminos por descubrir. Seguir leyendo en La Opinión