Los cuidados y servicios a los ancianos son hoy un componente principal de las actividades de los servicios sociales. La proproción de ancianos (de más de 65 años) dentro de la población de Israel se ha duplicado desde la independencia, hasta alcanzar en la actualidad el 10% del total de población. Buena parte de este aumento se debió a las grandes olas de inmigración de los años 50 y 90. En esta última llegaron a Israel más de un millón de inmigrantes de los países de la ex Unión Soviética, con más de un 12% de ancianos. Muchos de los que tenían edad de trabajar no llegaron nunca a aprender hebreo ni lograron incorporarse a la fuerza laboral del país y ahorrar para la edad de jubilacjón. Por ello, muchos ancianos de Israel, el 13% de los cuales sufren de alguna discapacidad, dependen de la ayuda familiar o comunitaria.
Si bien la planificación y supervisión de los servicios sociales están a cargo del Ministerio de Bienestar y Servicios Sociales, son los departamentos municipales correspondientes los que los proporcionan. Los servicios municipales para personas de tercera edad, cuyo objetivo principal es mantener la autonomía del anciano en su hogar, incluyen la evaluación de las necesidades, efectuada por un trabajador social, la ayuda a las familias que cuidan personas mayores, el mantenimiento de clubes de tercera edad, la distribución de comidas a ancianos imposibilitados, la asignación de viviendas protegidas, los hospitales de día, la distribución de equipo médico, y los servicios de movilidad. El mayor énfasis se pone en los grupos de alto riesgo, tales como personas sin familia o sin ingresos suficientes.