ECONOMÍA: La economía nacional

ECONOMÍA: La economía nacional

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  • Balanza de pagos

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    El acuciante problema del déficit de la balanza comercial fue hasta hace poco el precio que Israel tuvo que pagar por el milagro de alcanzar un rápido crecimiento y al mismo tiempo superar con éxito otros graves problemas nacionales. La disparidad entre un alto nivel de importaciones y un volumen mucho menor de exportaciones implicaba depender económicamente de recursos foráneos. Por ello, el principal objetivo – recién alcanzado – de la política económica de todos los gobiernos ha sido alcanzar la "independencia económica", o sea que las exportaciones puedan financiar todas las importaciones y el déficit desaparezca.
     
    Durante los primeros 48 años de existencia de Israel, este déficit se multiplicó por 45 (a precios corrientes), pasando de US$ 222 millones en 1950  a US$ 10.100 millones en 1996. Sin embargo, en términos relativos el déficit disminuyó continuamente, indicando que el problema se iba resolviendo gradualmente. Así, en 1950 las exportaciones financiaban sólo el 14% de las importaciones, en 1960 cubrían el 51% y en 1996 alcanzaban al 79 por ciento. Desde entonces el déficit empezó a disminuir, a US$ 4.700 millones en 2001 y a tan sólo US$ 760 millones en 2005. En 2006 se registró por primera vez en la historia de Israel un superávit en la balanza de pagos, con exportaciones de bienes y servicios que financiaron la totalidad de las importaciones, dejando incluso un modesto excedente.

    Durante los últimos 61 años, Israel ha necesitado alrededor de U$S 176.000 millones (en valores corrientes) para cubrir los déficits de su balanza de pagos. Cerca  de dos tercios de esta suma fue cubierta por transferencias unilaterales tales como fondos traídos por inmigrantes, pensiones de organismos extranjeros, donaciones de organizaciones judías en el exterior a instituciones de servicio social, salud y educación, y donaciones de gobiernos extranjeros, especialmente de los Estados Unidos. El resto fue financiado por préstamos de individuos, bancos y gobiernos extranjeros, que Israel ha estado amortizando desde sus primeros años.
    Así, la deuda nacional externa aumentó anualmente hasta 1985, año en que por vez primera, se recibió en préstamo menos de lo que se devolvió. Esta tendencia positiva se invirtió durante algunos años, pero en 1995 la deuda externa neta alcanzó un nuevo máximo de US$ 20.800 millones. Durante la última década ha disminuido considerablemente hasta llegar a cero, y desde el año 2002 ha empezado a crecer en forma positiva, es decir que Israel se ha convertido en país acreedor - el mundo debido más que a Israel le debe al mundo, con una diferencia neta de $ 50 mil millones en 2010.


  • Comercio exterior

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    Israel, con su pequeña economía y su mercado interno relativamente limitado, debe basar su crecimiento sobre todo en la exportación.

    Por ello, gran parte de la creatividad del país se ha invertido en la expansión de sus exportaciones industriales. En 56 años su valor se ha multiplicado por casi 3.000, de apenas US$ 13 millones en 1950 a US$ 52 millones en 1955, US$ 1.400 millones en 1975, US$ 5.600 millones en 1985, US$ 30.800 millones en 2000 y US$ 39.400 millones en 2006, con un aumento en ese año de 7,5% en relación al anterior.

    En los último años, más del 85% de las importaciones de mercaderías - que en 2006 totalizaron 47.200 millones de US$ - consistieron en materias  primas y combustibles; el 54% provenían de Europa, el 17% de las Américas, el 16% de Asia y el resto de otros países. En el mismo año, el 33% de las exportaciones de mercaderías de Israel – que sumaron 36.600 millones de US$ - se destinaron a Europa, el 40% a los Estados Unidos, el 19% a Asia y el 8% restante a diversos países. Durante la mayor parte de los años 90, las exportaciones industriales a los EE.UU. superaron a las importaciones de ese país. Esta situación se presenta desde el año 2000, aun si en el cálculo no se incluyen los diamantes exportados.

    La competitividad de las exportaciones israelíes se ha reforzado merced a la adhesión a los acuerdos aduaneros GATT, así como a la constitución en 1975 de un área de libre comercio para productos industriales con la Comunidad Europea, y otra en 1985 con los Estados Unidos, para todos los productos. Gracias a ello, los productos israelíes pueden introducirse sin pago de aranceles tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos. Los productores israelíes pueden así enfocar un mercado 110 veces  mayor que el interno y pueden también atraer a inversores que desean exportar a Europa sin pagar  aduanas. Además, inversores israelíes han creado consorcios con empresas de Jordania y de Egipto, estableciendo fábricas en zonas industriales especiales, de las que exportan productos sin aduana a la UE y a los EE.UU.

    Par maximizar sus oportunidades de éxito, empresas israelíes han tratado de identificar segmentos del comercio internacional donde puedan hallar un nicho especializado.  La formación de consorcios con empresas industriales del exterior se apoya a veces en una combinación de innovaciones locales con una producción y penetración en el mercado en gran escala. Se han emprendido así proyectos conjuntos en campos tales como electrónica, software, equipos médicos, imprenta, y gráfica computarizada. Muchos de estos proyectos conjuntos reciben ayuda en la movilización de capital a través de fundaciones internacionales de cooperación en investigación para el desarrollo, apoyadas por sus respectivos gobiernos: BIRD (EE.UU), CIIRDF (Canadá), SIIRD (Singapur), BRITECH (Britania), KORIL-RDF (Corea del Sur) y VISTECH (Estado de Victoria, Australia).