CULTURA: Arqueología

CULTURA: Arqueología

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    La experiencia acumulada durante las excavaciones ha determinado los métodos de investigación estratigráfica, acompañados por un meticuloso estudio del desarrollo (tipología) de las formas de las vasijas de cerámica y otros artefactos, gracias a los cuales se puede determinar la fecha de los estratos y los remanentes arqueológicos. En los últimos años, la investigación arqueológica se ha ampliado incluyendo aspectos menos conocidos de las antiguas culturas materiales, tales como nutrición, enfermedades, economía y comercio. Estos logros de la moderna investigación arqueológica son aplicados en docenas de sitios que se excavan año a año.

    La arqueología en Israel implica la investigación sistemática de los remanentes del pasado, desde la prehistoria hasta el final del dominio otomano. La abundancia de restos materiales es un indicio de las numerosas civilizaciones que han dejado su huella en esta tierra. Su singular ubicación geográfica influyó en las más antiguas culturas: decenas de miles de años atrás lo que es hoy Israel sirvió de  vía de paso de Africa a Europa, por la cual transitaron bandadas de cazadores. Sus campamentos y viviendas han sido halladas en el Valle del Jordán y en cuevas del Carmelo y de la Galilea.

    En tiempos bíblicos, la Tierra de Israel fue el puente entre las civilizaciones prósperas de Mesopotamia (hoy, Irak) y Egipto. Desde su ocupación por Alejandro Magno, el país ha servido de enlace geográfico y cultural entre Oriente y Occidente.

    La investigación arqueológica en Israel atribuye mucha importancia al hecho de que el país sea el hogar del legado espiritual de tres grandes religiones monoteístas. Por encima de todo revela claramente la relación histórica entre el pueblo judío, la Biblia y la Tierra de Israel, descubriendo los vestigios del legado cultural del pueblo judío en su patria. Estos restos tangibles, ocultos bajo tierra, constituyen el lazo físico entre el pasado, el presente y el futuro del pueblo judío en su país.

    Esta cadena histórica ininterrumpida puede ser observada en diversos lugares del país: en las ciudades bíblicas de Jatzor, Meguido, Guézer, Shomrón, Beer Sheva y Dan; en las ciudades del período del Segundo Templo - Tiberíades, Séforis (Tzipori), Gamala - y las fortalezas de Masada y el Herodión, donde los judíos lucharon por su libertad; en el desierto de Judea cerca del Mar Muerto, donde se descubrieron los restos del centro espiritual esenio y se encontraron los Rollos del Mar Muerto, que incluyen los más antiguos ejemplares de libros del Antiguo Testamento. Del mismo período se han descubierto lugares relacionados con la vida de Jesús - Cafarnaum y Tabgha - donde hay también ruinas de iglesias del período bizantino.

    Vista aérea de las excavaciones en Beit Shean
    Vista aérea de las excavaciones en Beit Shean
    (Autoridad de Antigüedades de Israel)
     
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    Han sido puestos al descubierto los sitios de las grandes ciudades romanas y bizantinas de Cesárea, Beit Sheán y Banias (Cesarea de Filipo), al igual que las ciudades de Avdat, Jalutza y Mamshit, en el Néguev, que prosperaron en la misma época. Del período musulmán, hay ruinas de la ciudad de Ramle y del palacio de Khirbet al-Mafjar (Palacio de Hisham) en Jericó. Restos del período Cruzado incluyen muchas fortalezas y ciudades - Acre, Cesarea, Belvoir y Qala’at Nimrod.

    Jerusalén, la capital de Israel, ha sido el foco de una amplia actividad arqueológica que ha permitido descubrir vestigios de 5.000 años de historia: en la Ciudad de David, los muros de la ciudad cananea, ruinas de edificios de la capital del Reino de David y Salomón, así como sofisticados túneles para la conducción de agua; del período del Segundo Templo, los restos de edificios públicos, a lo largo de los muros de contención del Monte del Templo que subsisten hasta hoy, las ruinas de espléndidas residencias de la Ciudad Alta en el actual Barrio Judío de la Ciudad Vieja, las ruinas de lo que quedó en pie después la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70 EC, y cientos de tumbas abiertas en la roca, algunas ricamente decoradas, que atestiguan de la prosperidad de la ciudad destruida; muchas iglesias y edificios religiosos del período bizantino, la más famosa de ellas la Iglesia del Santo Sepulcro; del período del dominio musulmán, las mezquitas en el Monte del Templo y un centro gubernamental, restos del cual han sido excavados al sur del Monte del Templo; del período cruzado, muros de la ciudad, iglesias y mercados techados; de los períodos mameluco y otomano minaretes que adornan el horizonte de la Ciudad Vieja. Las murallas de la Ciudad Vieja y la ciudadela junto a la Puerta de Yafo fueron construidas durante el reinado del sultán otomano Suleimán el Magnífico.

    En Israel existen unos 20.000 sitios de antigüedades reconocidos y protegidos por ley. Cada año se efectúan excavaciones en decenas de sitios, de todos los períodos históricos del país. Los permisos para excavar son otorgadas a expediciones - de Israel y del exterior - por la Autoridad de Antigüedades de Israel, que es la encargada de preservar las antigüedades del país. La Ley de Antigüedades de Israel exige que antes de emprender las obras en un sitio de construcción se proceda a un examen para cerciorarse de que no hay en él vestigios arqueológicos, y en caso necesario se lleve a cabo una excavación. Además el Estado tiene derecho a preservar hallazgos de interés público; los más destacados están expuestos en el Museo de Israel en Jerusalén. El museo alberga además el Santuario del Libro, en el que se conservan los Rollos del Mar Muerto, algunos de los cuales están expuestos al público.

    Grandes esfuerzos y recursos considerables se invierten en la preservación y restauración de lugares antiguos. Decenas de ellos, de todos los períodos de la historia, están abiertos al público.

    Estatua de Dioniso (Baco) hallada en Beit Shean
    Estatua de Dioniso (Baco) hallada en Beit Shean
    (Autoridad de Antigüedades de Israel)