Queridos Amigos;
Es, para mí, una alegría extender mis más cálidos y buenos deseos a las comunidades judías del mundo, en mi nombre y, en general, en el del Pueblo de Israel, por el Año Nuevo; un nuevo comienzo que pido traiga paz, estabilidad, crecimiento económico y oportunidades que nos lleven a grandes logros.
En el comienzo de Rosh Hashana, y como presagio de optimismo para el año por llegar, israelíes y palestinos volvieron, con toda su fuerza, a la mesa de negociaciones. En este tiempo, esperanzador por el futuro, rezamos para que esos esfuerzos produzcan los resultados tan esperados y anhelados, permitiéndonos gozar de los frutos de la paz con nuestros corazones esperanzados en un futuro, para todos nosotros, más prometedor.
En Medio Oriente el polvo tiene, aún, que asentarse en los dramáticos cambios que barrieron nuestra región. Esperamos que, desde ese período de inestabilidad, surja la oportunidad, para los países alrededor nuestro, de encontrar la libertad y la prosperidad que aspiran, y que un promisorio amanecer surja en esta parte del mundo. En estas épocas turbulentas, Israel sigue siendo una isla de estabilidad en un mar de incertidumbre y continuará, fortalecido, frente a la adversidad; ya sea ante el terror, las ambiciones nucleares de Irán o los ataques con misiles a nuestros ciudadanos. Nuestras plegarias para que el mar calmo vaya de la mano al inflexible escudo que sostenemos alrededor de nuestra isla.
Israel no descansa sobre sus laureles y continúa avanzando a nuevas fronteras en ciencia, tecnología y medicina, aprovechando nuestros excepcionales recursos humanos para encabezar esos esfuerzos. Se logró un cada vez más fuerte punto de apoyo en esos dominios a través de emocionantes avances, innovadores y creativos, usados para encontrar soluciones a temas como agua y escasez alimenticia, que serán un gran alivio a las comunidades que sufren de sequía y otros temas ambientales, junto con técnicas de vanguardia en investigación del cerebro que cambiará nuestra vida, y significativos descubrimientos, entre muchos otros, en el espacio y el océano que echarán luz en tantos misterios del mundo.
Muchos desafíos permanecen por delante. Confiamos en nuestra fortaleza y estamos más decididos que nunca – como nación contribuyente- en nuestro propósito. El lazo que unió a las comunidades judías de la diáspora con Israel y el adagio de ser responsables uno por el otro nos recuerda que, en esta misión, no estamos solos.
En esta aspiración, el compromiso de la generación joven es esencial y, esperamos que, cada joven, se una a nosotros en esa travesía hacia un futuro mejor. Juntos, continuaremos esforzándonos por un mundo mejor – Tikkun Olam- y por un Israel en el que los valores morales continúen siendo fundamentales para nuestro modo de vida.
Desde Jerusalén les deseo, a todas las comunidades judías del mundo, un año de paz, alegría, buena salud y prosperidad.
Shana Tova U´Metuka!
Shimon Peres