SOBRE ATAQUE EN SINAGOGA

COMBATIREMOS EL TERRORISMO Y LO DERROCAREMOS

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    P.M. P.M.
     
     
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    “Estamos en medio de un ataque terrorista focalizado en Jerusalén. Hoy, durante los rezos matinales, mientras estaban envueltos en sus mantos de rezo y sus tefilin (filacterias) cuatro rabinos fueron asesinados;  cuatro inocentes y puros judíos: Rabbi Avraham Goldberg, Rabbi Aryeh Kupinsky, Rabbi Kalman Ze´ev  Levine y Rabbi Moshe Twersky. Benditas sean sus memorias!
     
    Enviamos nuestras condolencias a sus familias.
     
    Hacemos llegar nuestros mejores deseos de recuperación a los heridos y a los heroicos policías, cuya acción evitó un desastre mayor. Los animales humanos que perpetraron esta matanza estaban llenos de odio e incitación, profundo odio y terrible incitación contra el Pueblo Judío y su Estado.    Hamas, el Movimiento islámico y la Autoridad Palestina difunden  innumerables mentiras y falsedades contra el Estado de Israel. Dicen que, los judíos, están contaminando el Monte del Templo.   Afirman  que, nosotros, planeamos destruir los lugares sagrados, que intentamos cambiar el orden del rezo. Eso es todo mentira.
     
    Esas mentiras ya costaron un muy alto precio. Toman  la vida de una bebé de tres meses, Chaya Zissel Braun, quien fue  llevada, por primera vez, a visitar el Muro Occidental, junto con sus padres, que querían agradecer a D´s por darles un bebé.  También  se llevaron las vidas  de Karen Jemima Mosquera, Jidan Assad, Aharon Badani, el Sargento Almog Shilony y Dalia Lemkus. Todas  fueron almas puras. Todas  fueron víctimas de esa mentirosa incitación. Hoy se unen a otras víctimas del mismo salvaje libelo de sangre del tipo que está grabado en la memoria de nuestro Pueblo.
     
    Ayer, un conductor del autobús de Jerusalén oriental se suicidó.  Los hallazgos del informe patológico fueron  publicados y sus resultados son concluyentes. Cometió suicidio. Pero esto no evita que, esos mismos elementos,  inciten y difundan el libelo de sangre que dice que  fue  asesinado por judíos. Esta incitación contribuyó  al conmovedor asesinato, perpetrado esta mañana, en un lugar sagrado, durante los rezos. Pero, lo que resulta extraño, es no solo la brutalidad del asesinato sino los gritos de gozo en Gaza, en Belén y en otros lugares. Repartían caramelos, saludaban con sus brazos en el aire y elogiaban a los shahidim (mártires). La verdad, esta vez Abu Mazen (presidente Mahmoud Abbas de la AP) condenó la matanza y es bueno que lo hiciera. Recuerdo que, además, condenó el asesinato de los tres jóvenes pero esto no es suficiente porque, en la misma frase en la que  condena la matanza de hoy,  la conectó con acciones imaginarias; sin ningún sustento en la realidad; como que Israel, se supone,  está planeando llevar a cabo en el Monte del Templo.
     
    Hay  incitación cotidiana, incluso cada hora;  provocación en las calles de la Autoridad Palestina. Allí, no solo hacen que los más reprensibles asesinos se conviertan en héroes de la cultura palestina, sino que hay una constante e interminable tentación contra la misma existencia del Estado de Israel, contra la seguridad de los ciudadanos de Israel, en escuelas, en la prensa, en las mezquitas, en todas partes y esta es la raíz del conflicto: el rechazo a reconocer ( y a educar)  para  la existencia del Estado de los judíos.
     
    La semana pasada viajé a Jordania y mantuve, en Amman,  un encuentro muy importante con el Rey Abdullah y el Secretario estadounidense,  John Kerry. Juntos, instamos a poner paños fríos en la situación y a la restablecer la calma. A  mi pesar, la respuesta que recibimos de la Autoridad Palestina fue declarar un “Día de Rabia” en Jerusalén. Y hoy,  todos vimos el resultado. El mundo ve esa matanza pero, para nuestro pesar, no exige que los palestinos detengan la salvaje incitación contra Israel, que es la raíz del conflicto.
     
    Insto,  a todos los jefes de Estado en el mundo civilizado, -a  ver indignación. Quiero ver condena, profunda e intransigente condena de esos asesinos de israelíes, de judíos. No discriminen entre sangre y sangre. Cuando hay otros actos de asesinato,  expresan la misma indignación y los condenan. Pero, cuando veo una bebé, de tres meses, siendo asesinada;  cuando veo a estos judíos orando en una sinagoga, nuestro lugar sagrado, como es sagrada una iglesia para los cristianos y una mezquita para los musulmanes;  espero,  al menos, escuchar la misma condena, en  tono intransigente e inflexible.
     
    A mi pesar, están aquellos que, hoy, insisten en dar a los palestinos un premio bajo la forma del reconocimiento unilateral de un Estado palestino,  que no reconozca al Estado de los judíos. No toleraremos esta realidad; combatiremos el terrorismo y lo derrocaremos. Restableceremos la ley, el orden y la seguridad en las calles de Jerusalén.
     
    Esta noche, ordené la demolición de los hogares de los terroristas que perpetraron la masacre y la aceleración del derrumbe de los hogares de los terroristas que perpetraron los ataques anteriores. Ordené el cumplimiento intensificado en su  contra  y castigos más duros a  los involucrados en la incitación, así como la prohibición de organizaciones comprometidas con la instigación, e incrementé la seguridad en las calles de Jerusalén. Junto  a las acciones ofensivas habrá, además, acciones defensivas.
     
    Ciudadanos de Israel;
     
    Les  pido mostrar máxima alerta y respetar la ley.
     
    Como Estado, liquidaremos las cuentas de todos los terroristas y de aquellos que los enviaron.
     
    Ya probamos que lo hacemos, para que nadie tome la ley en sus manos, aún si los ánimos se caldean.
     
    Estamos en una larga guerra, que no comenzó hoy,  contra el aborrecible terrorismo.
     
    El terrorismo siguió, durante todos los años de la empresa sionista,  delante de nosotros. Siempre lo resistimos y, esta vez también,  lo seguiremos  haciendo.
    Están aquellos que quisieran desarraigarnos de nuestra tierra y de nuestra capital.  No  lograrán su objetivo.
     
    Estamos en una batalla por Jerusalén, nuestra capital eterna. En esta cruzada debemos estar unidos; este el orden del día. Siempre supimos estar juntos en tiempos de pruebas. Debemos poner a un lado todas las pequeñas diferencias y mancomunarnos en torno a  un tema principal:  defender Jerusalén, defender la seguridad de los ciudadanos de Israel.
     
    Pienso  que eso es lo que esperan, de nosotros,  los ciudadanos de Israel  en estos momentos:  permanecer unidos como uno, unidos y juntos. Los convocamos, hoy, a la unidad nacional”.