“Le agradezco al presidente entrante de la Universidad de Bar Ilan, mi amigo, Danny Herskowitz. Danny fue un excelso Ministro de Ciencia y Tecnología, durante mi gestión anterior y hoy, a partir de una excelente decisión por parte de ustedes, es el presidente de esta importante Universidad. Danny, estoy seguro de tu capacidad para enfrentar el enigma del equilibrio del presupuesto junto a otros temas que deberás resolver. Felicito al Profesor Kaveh y a la Dirección de la Universidad de Bar Ilan y a mi amigo, el Profesor Moshe Arens, ex Ministro de Seguridad de Israel. Asimismo felicito a los Diplomas de Honor, mi amigo Tommy Hecht, Mozi Wartheim y Saul Koschitzky. Son merecedores de todo el honor que les prodigan.
Leí recientemente un libro de cien hojas, de un historiador norteamericano maravilloso, ya fallecido hace casi cincuenta años, cuyo nombre es Will Durant. Escribió muchos libros, también once volúmenes de la Historia de la Civilización y al final de sus días, escribió un libro de cien hojas, “Lecciones de la Historia”, lo recomiendo.
Cada renglón, tallado con la roca de la verdad y les daré ahora, las buenas y malas noticias. Las malas noticias: cuando uno termina de leer ese libro, se comprende que en la historia, las grandes cifras son las que priman. S on importantes. Pero aquí van las buenas noticias, en la página 17, si no me equivoco, destaca que es probable que existan excepciones a esa norma, por medio de la consolidación de una fuerza cultural, así lo llama, es posible superar las probabilidades. Pone como ejemplo al Estado de Israel como excepción a esa norma.
Creo que demostramos, como lo dijo Danny, con 65 años de existencia del estado, que según parce, somos excepción a la norma, pero debemos continuar siéndolo. Cuidando también nuestras bases espirituales. Hace dos semanas fue hallado un medallón de oro junto al Muro de Los Lamentos. Se remonta, según los arqueólogos, al inicio del Siglo VII y sobre ese medallón hay un candelabro, nuestro símbolo nacional. En un lado, un libro de la Torá y del otro, un shofar. Toda la Torá en un solo medallón y eso después de 2.000 años de existencia judía en el Tierra de Israel y esa existencia se continuó otro tanto, cerca de 4.000 años. Parece existir algo especial en nuestra rareza, en nuestra articulación particular entre la tradición del pasado y la percepción del futuro, con toda nuestra potencia y la capacidad, e incluso diría, la genialidad, de nuestro pueblo. No cabe duda que esta universidad es parte de nuestro esfuerzo nacional e internacional por conservar el legado y articularlo al futuro.
Les agradezco la invitación a disertar aquí, veinte años después de la fundación del Centro Begin-Sadat. Muchas cosas nos sucedieron en esos años. En el plano político, firmamos un acuerdo de paz con Jordania. Durante todo este tiempo, veinte años exactamente, mantenemos negociaciones con los palestinos. Intentamos alcanzar un acuerdo de paz y a pesar de las vueltas del tiempo, durante estas dos décadas, logramos mantener el acuerdo de paz con Egipto. No se trata de algo menor. Pero sin ningún lugar a dudas, los más significativos acontecimientos en el Medio Oriente, en todo este período, son los de los últimos años, imponiéndose sobre todos los demás en la mirada espacial, dos de ellos: el movimiento histórico que ocurre en el mundo árabe y se encuentra en pleno esplendor-lejos de terminarse, si existe tal cosa como el final y por supuesto, los esfuerzos continuos por parte de Irán para desarrollar armas nucleares. El objetivo de Irán es apoderarse de todo el Medio Oriente y más allá aún, eliminar al Estado de Israel. No es una especulación, ese es el objetivo.
Israel y Estados Unidos coinciden en ver la necesidad de impedirle a Irán el uso de armas nucleares. El presidente de Irán dijo ante la ONU, hace cortos días, que Irán se halla interesado en el avance nuclear con fines civiles, así dijo.
No le creo, pero quien quiera evaluar sus palabras debe preguntarle al régimen iraní una simple pregunta: Si solo quieren energía nuclear con fines pacíficos, ¿Por qué se obstinan en centrífugas para el enriquecimiento de uranio y en reactores de plutonio? ¿Acaso eso es requerido para producir energía con fines pacíficos? No hay necesidad de ello, pero son los componentes indispensables para la fabricación de materia prima para armas nucleares. Debemos entenderlo, no las necesitan con fines de paz. 17 países, de los líderes en el mundo, Canadá, México, España, Suecia, Suiza, Indonesia –con un cuarto de mil millones de personas y muchos otros países más, producen energía nuclear sin centrífugas, sin reactores de plutonio.
Sólo quien necesita preparar materia prima para bombas nucleares se obstina en esos componentes. No sólo se obstina, está dispuesto a provocarle gran sufrimiento a su pueblo, porque ello se relaciona al enfrentamiento de sanciones y a los dictámenes del Consejo de Seguridad. ¿Para qué lo hacen? ¿Quizás porque les falta energía? Cuentan con energía en gas y petróleo, a propósito destaco el gas natural debido a que es fluido inmediato para la industria y para toda activación.
Cuentan con tantos recursos que podrían suministrar las necesidades de destacadas partes del mundo, durante largos años, con lo que tienen, por supuesto que las de su país. Por lo que la postura de la comunidad internacional ante Irán debería ser: estamos dispuestos a alcanzar la solución diplomática, pero solo aquella que desmantela a Irán de su capacidad de desarrollo de armas nucleares. Ello significa, sin centrífugas o enriquecimiento de uranio, sin reactor de plutonio y mientras Irán no se desprenda de las centrífugas y de los reactores de plutonio, no deben suspenderse las sanciones. Por el contrario, deben sumarse otras.
La verdad es sencilla, angosta, avanza por la niebla que intenta esparcir. Si su objetivo es la paz, aceptarán. Si no miran hacia la paz, no aceptarán. Pero quizás la versión debiera ser más precisa: desmantelan: aceptan, no desmantelan: no aceptan y es una dura batalla debido a la tendencia humana a esperar, creer, intentar- estamos dispuestos a intentar, pero no un intento abierto sin criterios, por supuesto no sin una mirada supervisada.
Al mismo tiempo del intento por frenar el rearme de Irán y mantener los acuerdos de paz con Egipto y Jordania, estamos interesados en llevar al fin del conflicto con los palestinos. El alcance de una paz verdadera y seguridad, seguridad real, no seguridad sobre el papel, seguridad real sobre el terreno. Para nosotros, nuestros niños, nuestros nietos. Esa es la aspiración de todos los ciudadanos de Israel, para llevar al fin del conflicto, debemos comprender cuál es la raíz del conflicto.
Traigo esto debido a que, en mi opinión, en todos los debates sobre el tema del conflicto entre nosotros y los palestinos, por lo menos una cosa fue lograda con respecto a ello, y es que quien pensaba que ese era el corazón del conflicto en el Medio Oriente, ahora es difícil decirlo sin sonar ridículo. No es ese el corazón del conflicto, no de lo que ocurre en Libia, en Túnez o Argelia, en Egipto, Yemen, Siria o Irak. Así más y más. Pero durante años, nos dijeron que el centro del conflicto en el Medio Oriente era el tema palestino. Esa vaca sagrada es una de las víctimas de la revuelta árabe.
Pero en la misma medida, hay una segunda vaca sagrada. Cuando se le pregunta a muchos, cuál es la raíz del conflicto, si uno quiere brindarle solución, si uno quiere dar remedio a un determinado problema, uno debe ante todo, hacer un diagnóstico de la enfermedad. Y entonces, cuando se pregunta, cuál es la raíz del conflicto, en general hay una respuesta lista: la ocupación, los territorios, los asentamientos y más, es lo mismo. El apoderamiento de “Israel de los territorios”, de los territorios de Judea y Samaria tras la Guerra de los Seis Días, los asentamientos, ¿Eso es lo que crea el conflicto? ¿Eso es lo que generó en gran medida el conflicto? El conflicto desde mi punto de vista, si debo elegir un proceso en el que comenzó en la práctica, determinaría la siguiente fecha: 1921, el día que los árabes palestinos atacaron la casa de los inmigrantes en Yaffo.
En ese ataque, murieron muchos judíos, entre ellos el conocido escritor Brenner. Ese ataque fue dirigido contra la inmigración judía. Mi abuelo llegó a Yaffo a esa casa, un año antes como muchos otros. Ese ataque no fue, por supuesto, ni por tierras ni por asentamientos. Fue contra la inmigración de judíos a la Tierra de Israel. Después vinieron otros ataques. En 1929, fue eliminado con crueldad inusitada, el viejo establecimiento judío en Hebrón, que se mantuvo allí, casi sin interrupción durante 4.000 años. Y luego, en 36 y 39 incidentes, lo que ellos llaman sucesos, ataques reiterados y sistemáticos contra el establecimiento judío en Israel. Luego, vino el programa de partición, en 1947 y surgió la propuesta de estado árabe. No dijeron estado palestino, dijeron estado árabe y estado judío. Los judíos aceptaron. Los árabes se negaron. Debido a que el tema no estaba entonces y yo les digo –tampoco hoy- el interrogante sobre el estado palestino- el tema fue y sigue siendo lamentablemente, el estado judío. Es decir, hasta 1967, por supuesto que también entonces llegó la misma soga, transcurridos 19 años, la soga a nuestro alrededor, con el objetivo de desarraigarnos, apagar nuestra mecha de vida. ¿Por qué fue? Tampoco entonces había territorios, no había ocupación, salvo que Tel Aviv haya sido ocupada y Yaffo ocupada y no hubo asentamientos durante 46 años. De 1921 hasta 1967, casi medio siglo.
El público árabe se nos lanzó sin ninguna relación con los asentamientos, sin ninguna relación con lo que se exhibía como centro histórico del conflicto. Digo eso debido a que era posible decirlo –bueno se terminó entonces, pero luego todo cambió. Luego los incidentes se desarrollaron, salimos de Gaza, hasta el último centímetro, desalojamos localidades y continuó el ataque contra nosotros, alrededor de 10 mil misiles fueron lanzados contra nosotros, desde el territorio de Gaza, desde los territorios que desalojamos. Y cuando le preguntamos a los que lanzan y a los que están detrás de ellos: ¿Por qué disparan contra judíos?, nos dicen: Para liberar a Palestina. Y ¿qué es esa Palestina? ¿Judea y Samaria?, No. Por supuesto eso también. Pero nos dicen: Beer Sheva y Ashkelon, Majdal y Acco. Eso dicen Hamas y la Jihad Islámica pero los factores más moderados en Judea y Samaria, la Autoridad Palestina, no se ocupan del terror, es verdad, y es una gran diferencia. No se ocupan del terrorismo pero cuando se les pide que digan: Entonces, ustedes, ¿Nos reconocen? No Judea y Samaria, No Cisjordania, ¿Están dispuestos a reconocer finalmente al estado judío? Dicen: estamos dispuestos a reconocer al pueblo israelí. Estamos dispuestos a reconocer a Israel. Digo, no es la pregunta que hago. ¿Están dispuestos reconocer al estado judío, el estado nacional del pueblo judío y la respuesta hasta este momento es: No. ¿Por qué no?
En mi discurso aquí, hace cuatro años, dije que la solución era un estado palestino desarmado. Sobre el desarme les queda claro a la luz de nuestra experiencia, un desarme verdadero y constante y ello tiene acuerdos de seguridad muy claros y no fuerzas internacionales. Pero el estado judío, que reconozcan al estado judío. ¿Por qué no están dispuestos a reconocer el estado judío? Nosotros estamos dispuestos a reconocer su estado nacional y es un gran precio, es un anexo de tierras, territorios de nuestra patria, no es algo así nomás. Lo digo también aquí, es algo muy difícil, por supuesto. Pero ustedes también deberán hacer una lista de concesiones y la primera concesión es renunciar al sueño del derecho al retorno. No nos conformaremos con que reconozcan al pueblo israelí o un estado bi-nacional que luego sea destruido con refugiados. Se trata del estado nacional del pueblo judío. Los judíos si quieren, emigran aquí, los árabes palestinos si lo desean, irán allá. Reconozcan el estado judío. Mientras no lo hagan, no habrá paz, solo que reconozcan nuestro derecho a estar aquí, e nuestro estado soberano, nuestro estado nacional. Solo entonces la paz será posible.
Lo afirmo aquí, es una condición indispensable, hay otras condiciones importantes para el final de la negociación –no para su realización sino para su finalización, pero lo recuerdo debido a que el proceso político entre nosotros y los palestinos, se relaciona con la solución de problemas complejos. Será resuelto con éxito solo si se estructura sobre bases de verdad, la verdad del presente y la verdad histórica y lamentablemente, la verdad se encuentra bajo ataque constante por parte de nuestros enemigos y rivales. Ellos intentan destruir nuestra relación, una relación de larga data de nuestros pueblos en la Tierra de Israel, como también las evidencias básicas del conflicto entre nosotros y los palestinos, en el Siglo XX.
Por ejemplo, escuché hace algunos días, al representante de Irán, tartamudeando a media voz sobre el crimen de los nazis, les resulta difícil decir Shoah, pero inmediatamente agrega con firmeza la determinación, que no puede permitírseles a los sionistas aprovechar los delitos de los nazis, es decir, la Shoah , para afectar a los palestinos. Los representantes de Irán vuelven sobre la conocida versión que la Shoah ocurrió sin vinculación a la pregunta palestina y luego vinieron los líderes sionistas para hacer uso de la Shoah, a fin de oprimir a los palestinos. Y entonces, ¿cuáles son las evidencias de ello? El líder inobjetable del movimiento nacional palestino en la primera mitad del siglo XX, era el Mufti Amin al-Housseini. El Mufti era el espíritu vivo detrás de esos ataques que describí, desde 1921 en Yaffo y hasta la Segunda Guerra Mundial. Todo eso se sabe, pero algunas evidencias con respecto a la actividad del Mufti, menos conocidas:
El 28 de noviembre de 1941, el Mufti voló a Berlín y se reunió con Hitler. Manifestó frente a Hitler su disposición a cooperar tanto en los Balcanes como con transmisiones de propaganda para la SS alemana, por cualquier vía. Eso es lo que hizo, alistando soldados musulmanes para las filas nazis.
Ese es un ejemplo típico de la transmisión de propaganda del Mufti, del año 1942. Cita: “Si Inglaterra es vencida y sus aliados derrotados, se resolverá finalmente la cuestión de los judíos que desde nuestro punto de vista es el mayor peligro”. Entre los años 1942 y 1944, actuó desde su base en Berlín impidiendo el rescate de judíos de Hungría, Alemania, Bulgaria, Croacia, que a pesar de su sometimiento a Hitler, permitían a los judíos huir a la Tierra de Israel u otros lugares. El Mufti protestó porque los nazis no destinaban suficientes recursos para impedir la huida de refugiados judíos de los Balcanes. En su testimonio ante los Juicios de Nuremberg, 1947, el comandante alemán, Willhem Malkers, contó: “El Mufti hizo oír sus protestas en todos lados, en el despacho del canciller y el Ministro de estado y otras comandancias. En 1943, por ejemplo, el Mufti presentó una carta al canciller nazi, Ribbentrop, donde protestaba por los acuerdos que Alemania firmó, que permitieron la expulsión de 4000 niños judíos de Bulgaria. Pidió verlos a todos. Cita: “A todos muertos”.
El secretario de Eichmann, dió en los Juicios de Nuremberg el testimonio siguiente: “El Mufti tuvo injerencia en la decisión de eliminar a los judíos de Europa, no podemos abstenernos de la importancia de su rol. El Mufti reiteró y propuso a las autoridades, con quienes mantenía relaciones, en especial, Hitler, Ribbentrop y Himmler, de eliminar a los judíos de Europa. Veía en ello la solución a la pregunta palestina. Incluso brindó un testimonio sobre la intervención directa del Mufti en la Solución Final. Cita: “El Mufti fue uno de los promotores de la aniquilación sistemática de los judíos en Europa y fue socio y asesor de Eichmann y Hitler para la concreción de ese plan. Fue uno de los mejores amigos de Eichmann y sin lugar a dudas, lo apuró a materializar la acción de aniquilación. “En mis oídos”, así lo dijo, “lo escuché contar que visitó en forma secreta las cámaras de gas de Auschwitz, en compañía de Eichmann”.
Damas y Caballeros,
En contraposición a lo que nos dicen los representantes de Irán y otros, los líderes del sionismo no hicieron uso de la Shoah para destruir el movimiento nacional palestino. Ocurrió lo contrario. El destacado líder de los palestinos en ese momento, el Mufti Amin al-Housseini, fue quien predicó y actuó para la perpetración de la Shoah, para destruir al movimiento sionista. Y eso casi triunfó, si bien el judaísmo de Europa fue eliminado, entre otros motivos, debido a los esfuerzos del Mufti, pero el sionismo no fue eliminado y el Estado de Israel fue creado.
Lo afirmo aquí debido a que esas raíces, esa cizaña destructiva, eso es lo que debe ser desarraigado. El Mufti sigue siendo una personalidad valorada en el movimiento nacional palestino. Solo entrar en los sitios, escuelas, en los libros de texto, esa es la cizaña que debe ser eliminada, esa es la raíz del conflicto y eso es lo que lo mantiene. La raíz del conflicto fue y es lo que surge y vuelve desde hace más de cincuenta años. La profunda oposición entre un difícil núcleo entre los palestinos por el derecho del pueblo de los judíos a un estado propio en la Tierra de Israel, para que el proceso allí sea significativo, para que tenga verdadera posibilidad de triunfar, es indispensable que escuchemos finalmente por parte de la conducción palestina que reconoce el derecho del pueblo judío a un estado propio, el Estado de Israel. Espero que así sea para poder avanzar hacia la verdadera solución del conflicto.
Existen otros muchos temas que necesitaremos resolver, por supuesto, durante las negociaciones, en primer lugar el brindar una respuesta verdadera y estable a las necesidades de seguridad de Israel en la región inestable en la que vivimos, porque incluso si accedemos a ese reconocimiento, tras generaciones de provocaciones que aún continúan, no tendremos la seguridad que ese reconocimiento se introducirá dentro del tejido de la sociedad palestina. Por eso es que necesitamos acuerdos de seguridad muy rígidos para poder proteger la paz o defendernos en la medida que la paz sea afectada. Se trata de un estilo realista, responsable, dispuesto a ir hacia adelante pero no a ciegas.
Eso recuerda también otro tema. Creo que la condición indispensable para el alcance de una solución verdadera fue y será clara como el sol, la eliminación de la negativa al reconocimiento del derecho de los judíos a un estado nacional propio en la tierra de sus antepasados y de aquí la clave más importante, la solución del conflicto, el reconocimiento a ese derecho.
Creo en la fuerza del pueblo de Israel y creo en la fuerza del Estado de Israel. Lo que aquí hicimos en estos 65 años es un milagro. Conmemoramos hoy los 40 años de la guerra de Iom Kipur. La población de Israel creció en estos 40 años por dos veces y media. El producto israelí, nuestro PBI, creció 25 veces. Y es como si tomaran 25 economías del Estado de Israel y las pusieran todas juntas, una al lado de otra. Nuestros logros en todas las áreas: absorción, inmigración, tecnología, ciencia, liberación de la economía, desarrollo del Negev y la Galilea, la ciudad cibernética, que creamos en Beer Sheva, o la ciudad bio-tecnológica que se levantará en Safed, surge ante nuestros ojos.
Nosotros no esperamos a nuestros vecinos para desarrollar nuestro estado. Nosotros continuamos, hay relación entre ambos. Cuanto más fortalecemos nuestra fuerza, cuanto más fortalezcamos nuestro estado, nuestra economía, nuestra sociedad, cuánto más fuertes seamos, habrá posibilidad que ese cambio ocurra también entre nuestros vecinos. No podemos renunciar a ello, es necesario, para garantizar nuestro futuro y nuestro bienestar.
¡Muchas gracias!
Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores