DECLARACIONES DEL CANCILLER

CONTINUIDAD DEL PUEBLO JUDÍO

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    Foreign Minister Avigdor Liberman Foreign Minister Avigdor Liberman
     
     
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    ​DISCURSO DEL MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE ISRAEL, AVIGDOR LIEBERMAN EN LA CONVENCIÓN DE PRESIDENTES DE LAS GRANDES ORGANIZACIONES JUDÍAS DE ESTADOS UNIDOS. 
     
    Presidente de la Convención de Presidentes,
     Sr. Alan Shugerman,
    Damas y Caballeros;
    Amigos;
    Quiero, hoy, dedicar mis palabras  a la cuestión que,  es para mí, el tema político más candente en la agenda.
     No tengo la intención de hablar sobre Irán o sobre los palestinos, sino sobre la continuidad del pueblo judío.
     Estoy feliz  porque se me brinda la oportunidad de hablar sobre la continuidad del pueblo judío justamente aquí, en Jerusalén, la capital eterna del Estado de Israel, debido a que una de las eternas oraciones -  que nos protegieran como pueblo en el período del exilio-  fue “El próximo año en Jerusalem”.
    En primer lugar, quiero aclarar que, cuando hablo de la cuestión vinculada al pueblo judío como la continuidad del pueblo judío, me refiero al desafío que se impone por igual  ante el judaísmo del mundo (judíos en Israel y la Diáspora, askenazíes, sefaradíes, religiosos y laicos, reformistas, tradicionalistas, ortodoxos y más).  No hay ninguna parte en el judaísmo del mundo que no sea legítima o deba ser desestimada y, todos, debemos enfrentar esos desafíos como un solo pueblo, en todo el sentido de la palabra.
    Asimismo quiero destacar mi convicción que, la mayor amenaza que se nos presenta a los judíos, tanto en Israel como en la Diáspora (sin relación del contexto), es el problema demográfico que el judaísmo del mundo enfrenta en estos días.
     Según la Oficina Central de Estadística, la población judía de Israel se compone de 6,1 millones de judíos.  Si bien es difícil evaluar, con precisión, el número de judíos en Estados Unidos, según los datos de la American Jewish Yearbook y el destacado demógrafo de Israel, Sergio Della Pergolla, la cifra de judíos en ese país, se resume en 5,4 millones. De acuerdo a un censo hecho por el Instituto Pew Research Center, el número de judíos en Estados Unidos es un poco más bajo y alcanza los 5,3 millones. Los resultados del censo del Instituto Pew, difundidos hace poco,  con respecto al judaísmo de Estados Unidos, son muy preocupantes. Demuestran  el significativo aumento  -en relación al censo similar realizado hace diez años- en el número de judíos que cuentan en sus vidas con poco contenido judío (si es que, en general,  existe)  o contraen matrimonio con parejas de otra religión sin criar a sus hijos como judíos.  El índice de matrimonios mixtos alcanza el 58% del total de judíos y 71% de los judíos no son miembros de la comunidad judía ortodoxa  (significativo cambio en relación al período anterior a 1970, cuando solo el 17% de los judíos contraía matrimonio con parejas de otra religión).
    En todo lo referido a la relación hacia Israel, somos testigos de la esencial brecha generacional. 30% de los encuestados declararon estar vinculados, en gran medida,  a Israel  y 39% aseguraron  estarlo  “en cierta medida”. 31% respondieron estar vinculados a Israel en escasa medida.
    Sobre la pregunta si el interés hacia Israel es parte “indispensable” de su judaísmo, 43% respondieron positivamente mientras 42% aseveró  que “tener sentido del humor” es parte indispensable de ser judío.
    Según los investigadores, el número de judíos adultos,  que ven en el interés hacia Israel una parte indispensable de su judaísmo, es más alto en comparación a los jóvenes. Más de la mitad de los encuestados (de más de 65 años) respondieron que, desde su punto de vista, el interés hacia Israel es parte de su identidad como judíos y solo el 32%  (menores  de 30 años), respondieron en ese sentido.
     
    Damas y Caballeros;
    Estos datos dan cuenta que los judíos en Estados Unidos enfrentan, ni más ni menos, que  una catástrofe demográfica.
    Durante muchos años, dirigentes israelíes pedían  - a nuestros hermanos y hermanas en la Diáspora, como muchos de ustedes,   que se encuentran hoy aquí-  que aporten del valor de sus tiempos  y bolsillos a favor de Israel. Quiero decirles hoy que si bien siempre estaremos agradecidos por vuestra ayuda, es el momento de enfocarnos en los desafíos que se imponen ante nuestras comunidades, en especial  aquellas que surgen de las conocidas tendencias peligrosas en la comunidad judía, tal como los resultados de  la última encuesta.
    Creo que la solución a la creciente asimilación, a los matrimonios mixtos y al alejamiento de la identidad judía, es la educación. Actualmente, a  pesar nuestro, los niños judíos no acceden a la educación judía, debido a los altos costos  en Estados Unidos. No es posible que un niño judío no reciba una buena educación judía por motivos económicos. Todo aquel para quien el futuro del pueblo judío le resulte importante, no puede aceptar esta evidencia.
    En mi última visita a Nueva York, me entrevisté – en Brooklyn -  con una familia judía procedente de Rusia. Según sus palabras, para enviar a sus tres hijos a buenas escuelas judías, debían pagar 100.000 dólares; suma de la que no disponen.
    Y no son los únicos. La situación es semejante en todas las comunidades judías del mundo: en Estados Unidos, en Rusia, Francia, Argentina y todos los otros lugares.  Si la situación se prolonga perderemos, en una o dos generaciones,  otros seis millones de judíos.  Para evitar esa tragedia, hay que permitirle a todo niño judío cursar su educación judía en una escuela donde aprenda sobre la historia del pueblo judío, los valores y la tradición; que  sea educado para conservar su identidad judía y generar un fuerte arraigo hacia Israel y el sionismo.  Debemos garantizar que las escuelas judías se ubiquen entre las mejores del mundo.
    Como Canciller, en mis visitas a las capitales del mundo, converso con embajadores y cónsules y les pregunto dónde estudian sus hijos. Me sorprendí al descubrir que, en más del 90% de los casos, los niños de los representantes israelíes estudian en escuelas norteamericanas o internacionales, incluso cuando existen escuelas judías locales.  Cuando les pregunto por qué no envían a sus hijos a las escuelas judías, su respuesta es que las escuelas norteamericanas o internacionales imponen un estándar más alto.
    Eso es inaceptable.
    Con pesar  ese fenómeno queda, también,  expresado  en la población judía en lugares como Estados Unidos, en donde solo el 12% de los niños judíos estudian en escuelas judías. Y cuando se habla – en comparación- de los niños de la comunidad ortodoxa, el dato cae a un porcentaje menor.
    Debemos generar una red global de escuelas judías con estándares más altos que las escuelas norteamericanas o internacionales. Solo así podremos garantizar la continuidad del pueblo judío.
    El Talmud de Jerusalem compara la unidad del pueblo judío al cuerpo. Y como todo cuerpo, si algo no funciona en alguna de sus partes,  en su totalidad no puede funcionar como corresponde.
    Nosotros;  el Gobierno del Estado de Israel, estamos interesados en ayudar en la creación de un programa que garantice que todo niño judío accederá  a una educación judía y sionista de alto nivel.
    Ustedes hacen una importante tarea a favor de Israel y vuestro compromiso hacia nosotros profundiza esas relaciones. Estamos agradecidos, en especial, por el apoyo continuo de vuestra parte a los planes como “Taglit” y “Masá”, que acercan a muchos jóvenes judíos a Israel y a su identidad sionista.
    Asimismo, más allá de todos los debates sobre Irán y los palestinos, vuestros intercambios con el gobierno de Israel y la Agencia Judía, deben enfocarse en la salvación de las próximas generaciones.
    El presupuesto anual del Estado de Israel alcanza a más de 100 mil millones de dólares. Creo que el gobierno de Israel debe aportar un millón de dólares por cada día - calendario, es decir un total de 365 millones y esperamos que vosotros, la comunidad judía en la Diáspora, aporte un monto semejante en pro de ese proyecto educativo. No debemos referirnos a ese plan  como si fuera otro pequeño emprendimiento. Es muy importante que sea un punto de cooperación central entre nosotros.
    El dinero se encuentra en nuestros presupuestos. Se trata solo  de preferir la educación judía por sobre cualquier otro tema.
    En mi punto de vista, se trata de tema más candente que cualquier otro, incluso que la negociación con los palestinos o la amenaza nuclear iraní.
    La esencia de la cooperación - entre el gobierno de Israel y los líderes de las comunidades judías  de la Diáspora-  debe ser el esfuerzo conjunto por garantizar un aporte de 2 millones de dólares a favor de un rescate del pueblo judío.
    Espero que cuando consolidemos el próximo presupuesto, uno de sus pilares sea la adjudicación de 365 millones de dólares destinado a esta propuesta. Mi partido, Israel Beitenu, promoverá el tema en forma activa.
    Debemos responder en forma categórica a la amenazante catástrofe demográfica e invertir en la juventud judía para garantizar así, que cuidarán de su judaísmo y adquirirán herramientas que les permitirán ser parte vital de la comunidad judía.
    Me resulta importante materializar la visión que expongo hoy,  ante vosotros,  y no solo decir que tengo un sueño para luego continuar con mi camino y ponerme feliz porque mis palabras captaron los titulares.
    La creación de una red internacional de escuelas judías es solo la primera parte de mi visión. Mi objetivo consiste en traer 3,5 millones más de judíos de la Diáspora, en los próximos diez años, para que la población judía en Israel se conforme de 10 millones de almas. Sé que habrá quien considere ese objetivo como irreal y quien diga que se trata de solo una consigna. Pero les digo: “”Si lo queréis, no será una leyenda…”
    A lo largo de más de 100 años, se oyeron llamados para el alcance de cierto tipo de metas irreales pero,  con constancia,  logramos conseguir lo imposible, en especial cuando nuestro futuro dependía de ello.  Esas metas vitales y existenciales, educación y aliyah, deben constituir los objetivos más importantes del Estado de Israel y del judaísmo de la Diáspora.
    Tengo toda la esperanza que, juntos, podremos movilizar esos proyectos y hacerlos realidad.
    Muchas gracias
     
    Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores