A partir del martes 3 de marzo 2014, los diplomáticos de Israel no pueden relacionarse con representantes extranjeros, atender visitas oficiales de cualquier tipo, ya sea en Israel o en el extranjero, expedir visados o proporcionar cualquier otro servicio consular. Esto es parte de una extensa lista de medidas administrativas que entrarán en vigor de inmediato.
• El cuerpo diplomático de Israel no le quedó más remedio que retomar su disputa laboral de un año con el Ministerio de Finanzas, después de que éste causó el fracaso de un proceso de mediación de siete meses dirigido por el ex presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Trabajo .
• Los diplomáticos estaban dispuestos a dar una oportunidad real al proceso de mediación y encontrar soluciones pragmáticas a todos los temas pendientes, sin embargo, los burócratas de economía carecían de sinceridad y no correspondieron de la misma manera.
• Las fuertes medidas antes mencionadas esperan concienciar, tanto a nivel nacional como internacional, acerca de la grave situación de los diplomáticos de Israel que trabajan con mucho empeño.
¿Por qué los diplomáticos israelíes han decidido tomar estas medidas?
• Puede parecer inusual que el servicio diplomático de un país se involucre en un conflicto de trabajo tan difícil. Esto es especialmente cierto en relación con los diplomáticos de Israel, que son bien conocidos en todo el mundo por su compromiso y su excelente capacidad para representar a Israel en los diferentes retos que se enfrentan.
• Precisamente a causa de su profundo compromiso con la posición internacional de Israel y la seguridad nacional, los diplomáticos israelíes insisten en que se cumplan sus razonables demandas. Entre ellos se encuentra: un ajuste de sueldo atrasados por el aumento en el costo de vida, el fin de una política fiscal discriminatoria, el costo de oportunidades que pagan los cónyuges y sus hijos, en término de pérdida de ingresos, carrera y pensiones, y una compensación decente por horas extras.
• Es lamentable que los mismos funcionarios dedicados, que reciben elogios dondequiera que se encuentran en el ejercicio del servicio diplomático en el mundo como representantes de Israel, se reunieron con nada más que la antipatía del Ministerio de Finanzas, que sabe poco acerca de la importancia de la diplomacia para la seguridad nacional. Esto siempre es cierto, pero más aún en un país como Israel, que se enfrenta a una incomparable gama de desafíos en el ámbito internacional.