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Hallazgos judíos en Jerusalén

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    Una evidencia impresionante y fascinante del campo de batalla y la ruptura de la tercera muralla que rodeaba a Jerusalén al final del período del Segundo Gran Templo fue descubierta el pasado invierno en el Complejo Ruso en el centro de la ciudad. Los hallazgos fueron descubiertos en el marco de una excavación arqueológica llevada a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel en el predio seleccionado para la construcción del nuevo campus de la Academia Bezalel de Arte y Diseño. En el transcurso de la excavación, los arqueólogos descubrieron los restos de una torre que sobresale de la muralla de la ciudad. Frente a la fachada occidental de la torre habían decenas de ballestas y de piedras que los romanos habían lanzado contra los guardias judíos que vigilaban la muralla y que estaban apostados en la parte superior de la torre.
     
    Según la Doctora Rina Avner y Kfir Arbib, directores de la excavación en representación de la Autoridad de Antigüedades de Israel, “este es un testimonio fascinante del intenso bombardeo del ejército romano liderado por Tito, en su senda para conquistar la ciudad y destruir el Segundo Gran Templo. El bombardeo tenía como objetivo atacar a los centinelas que vigilaban la ciudad y dar cobertura a las fuerzas romanas para que pudieran aproximarse a las murallas con arietes y quebrar sus defensas.”
     
     El historiador Flavio Josefo, un testigo de la guerra, proporcionó muchos detalles acerca de esta muralla. Según él, la misma fue diseñada para proteger un nuevo barrio de la ciudad que se había desarrollado fuera de sus límites, al norte de las dos murallas ya conocidas. Este barrio fue denominado Beit Zeita. La construcción de la tercera muralla fue iniciada por Agripa I; sin embargo, suspendió su construcción a fin de no provocar la ira del emperador Claudio y para disipar cualquier duda en cuanto a su lealtad. La construcción de la tercera muralla se reanudó unas dos décadas después por los defensores de Jerusalén, como parte de la fortificación de la ciudad y los preparativos de los rebeldes judíos para la gran revuelta contra Roma (que se inició en el año 66 y finalizó en el año 70)
      
    Flavio Josefo describe en detalle el trazado de la muralla, que se iniciaba en la Torre Hippicus, identificada actualmente con la Torre de David. Desde allí, seguía hacia el  norte de la ciudad  hasta la enorme torre Psephinus, que protegía el extremo noroeste de la muralla de la ciudad. Luego, continuaba hacia el este descendiendo en dirección a la tumba de la reina Helena, lo que hoy es más conocido como  el Sepulcro de los Reyes.
     
    Un debate no resuelto entre los investigadores se ha extendido desde el comienzo del siglo XX hasta la excavación actual en cuanto a la identidad de la tercera muralla y la cuestión relativa a los límites de Jerusalén en vísperas del ataque romano encabezado por Tito. Al parecer, el nuevo descubrimiento en el Complejo Ruso es una prueba de la existencia de la muralla en esta zona.