Además del agua y el medioambiente, la embajadora Rosenberg y su plantilla han puesto especial atención en la educación y la innovación, reuniéndonose con entidades de educación básica, media y superior, como la Universidad Católica del Maule y del Norte y la Universidad de la Frontera de Temuco. Así, se han internalizado en los desafíos de los establecimientos chilenos para evaluar cómo algunos elementos del sistema israelí pueden ser un aporte.

La conexión con la sociedad civil también se ha llevado a cabo a través de la solidaridad: en la​planificación de cada destino se estudian las necesidades de la zona y se hacen aportes. La visita a la ciudad de Castro, en la Isla de Chiloé, tuvo como objetivo central ayudar a las personas damnificadas por el mega incendio. En esa ocasión, la Embajada decidió focalizar las donaciones en niños, niñas y personas con movilidad limitada, por lo que se donaron sillas de ruedas y útiles escolares.

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