En ningún otro lugar se puede apreciar la sorprendente variedad de Israel mejor que en Mini Israel. A lo largo de sus sendas, que dibujan una Estrella de David, más de 350 maquetas a escala creadas a mano representan los enclaves y monumentos más conocidos del país.
Desde el Monte Hermón hasta el Monte del Templo, desde una aldea talmúdica hasta la playa de Tel Aviv, desde las iglesias de Galilea hasta sus sinagogas, desde una estación de autobuses hasta los Jardines Bahai, y muchos otros más. Cada estructura cuenta su propia historia particular.
Un equipo de artistas ha dado los toques finales a cada maqueta, además de esculpir los miles de diminutas figuras que pueblan las escenas. No se trata de un espectáculo silencioso: hay efectos de sonido por doquier: entre ellos, el comandante de la guardia de honor de la Knesset dando órdenes; la muchedumbre anima a su equipo en el estadio de fútbol Teddy de Jerusalén (mientras las figuritas ejecutan una ola con perfecta coordinación); la voz grabada del Maestro Isaac Stern imparte una clase magistral de violín en la maqueta del histórico Mishkenot Sheananim, el primer edificio construido fuera de la ciudad amurallada de Jerusalén.
Cuando el sol se pone en el valle de Ayalón donde se encuentra Mini Israel (al lado de la autovía Jerusalén-Tel Aviv), en muchas de las diminutas ventanas se encienden las luces. Para aportar aún más fascinación, se han cultivado y plantado aquí 70.000 variedades enanas de plantas que crecen realmente en los distintos enclaves. Mini Israel es uno de los mejores exponentes del concepto de “entretenimiento educativo”, una forma excepcional de mostrar la historia excepcional y compleja del país, así como su presente con tan variadas facetas.