Condena Embajador

Israel, historia de éxito

  •  
     
    El pasado 23 de abril, el Estado de Israel celebró el 67 aniversario de su independencia. Se trata de un estado joven, pero con un pueblo, una tierra y una historia muy antiguos. Es el país donde todo comenzó y donde surgieron los fundamentos de las religiones más importantes, y a la vez se establecieron los elementos comunes de nuestra civilización.
    Considerando esta corta trayectoria de estado independiente, se puede decir que el Israel de hoy es nada menos que un milagro. El país que nació de un sueño se convirtió en una realidad impresionante, superando largamente su contexto geopolítico. De hecho, pese a la situación y las dificultades que atraviesa Israel, el país sigue siendo uno de los lugares más seguros del mundo. Lo que pocos saben es que el conflicto entre Israel y los palestinos provoca menos bajas que cualquier otro conflicto armado, especialmente cuando consideramos la situación en Siria, Yemen, Irak, etc.
    No hay en el siglo XX una historia de éxito mayor que la historia de Israel. Así, por ejemplo, Europa concede a los israelíes, más que cualquier otro ciudadano del mundo, becas y aportes para investigación, basada en la excelencia de los científicos israelíes, los cuales lideran las publicaciones científicas per cápita a nivel mundial.
    Otros datos importantes, y poco conocidos, son los siguientes: la industria israelí produce la mayoría de los chips de computadora en el mundo, el sistema de salud pública obtiene una de las esperanzas de vida más altas, el país recicla más del 75% de sus aguas, el kilo de semillas de tomate desarrolladas en Israel se vende al precio de los metales preciosos, la producción agrícola por hectárea es de las más altas del mundo, el desarrollo de la agricultura y el riego alimenta a millones de personas, etc.
    Cuando consideramos las condiciones en que el país fue creado y las dificultades que enfrentó y aún sigue enfrentando su supervivencia, resulta conmovedor ver hoy un Israel vibrante, democrático, desarrollado, un líder mundial en diversas áreas, con doce premios Nobel acumulados en unos pocos años, y tantos otros logros, en temas culturales, sociales, humanos y de sustentabilidad. Para nosotros, esto es fuente de orgullo y alegría.
    En cualquier caso, Israel todavía está lejos de mantener una vida tranquila y sin amenazas. En este tiempo festivo y solemne, hacemos hincapié en que estamos muy contentos con nuestro éxito y esperamos que en un futuro próximo el país alcance lo que todos en el mundo merecen: la paz o el “shalom”. Rogamos porque en la misma fecha el año que viene podamos celebrar juntos la tan deseada paz en el Medio Oriente, con más armonía y entendimiento entre los pueblos.