Comer una
hamburguesa de carne verdadera, fabricada en 3D por la empresa israelí Steakholder
Foods sin sacrificar ni una sola vaca, también es una forma de contribuir a
frenar la crisis ambiental: menos uso de agua, menos contaminación y más
conciencia con el ecosistema. A pesar del
creciente reconocimiento de la importancia de proteger nuestro planeta, a veces
pareciera que sólo estamos empeorando las cosas, pues las crisis ambientales se
acumulan. Si sumamos la crisis climática, las amenazas a la biodiversidad, la
contaminación plástica, la creciente escasez de agua, el deterioro de la
seguridad alimentaria, la continua deforestación, la agudización de la
desertificación, y el aumento de las enfermedades transmisibles entre animales
y humanos, el desafío parece insalvable.
Pero perder la
esperanza no es una opción, y así como somos nosotros los que provocamos las
crisis ambientales, también somos nosotros quienes podemos y debemos detenerlas.
Y uno de los caminos para enfrentar este desafío es el foodtech, la tecnología
de alimentos que ya comienza a mostrar impactos positivos a nivel global.
Obviamente, uno
de los espacios más llamativos del foodtech es el desarrollo de sustitutos de
proteínas animales, una fórmula que influye positivamente en la seguridad
alimentaria y reduce la presión sobre los sistemas naturales. En este sentido,
cabe mencionar el impacto que ha generado la empresa Steakholder Foods, que fabrica productos cárnicos
(res, pescado y otros) cultivados en laboratorio e impresos en 3D, a partir de células
animales cosechadas éticamente.
También en el
ámbito de la sustitución de proteínas animales, Efishient está marcando tendencias en la
producción de láminas de pescado a partir de células extraídas de distintos
peces. Y la firma Remilk ha logrado producir leche verdadera
usando las mismas técnicas y sin ordeñar ni una sola vaca.
En la protección
del ecosistema destaca Bee-io, empresa que ofrece una solución
innovadora para abordar la creciente demanda de miel de una manera ecológica y
sostenible, es decir, produciendo miel sin abejas, para liberar a esta especie
para que se dedique a su función esencial de polinización.
Y, finalmente, Tipa
produce films y laminados compostables que emulan las propiedades y
funcionalidad de los materiales plásticos convencionales, como el polietileno y
el polipropileno, a través de una mezcla de polímeros que revolucionará la
forma de hacer packaging.
Con un enfoque más
de terreno, pero con un modelo innovador de cooperación
público-privada-académica, cabe mencionar el proyecto de Huertos Comunitarios
con Tecnología Israelí, que durante los últimos años ha permitido a nuestra Embajada
entregar cerca de 50 soluciones para comunidades, agrupaciones, colegios y
familias afectadas por incendios forestales, teniendo como objetivo subyacente
la productividad sustentable, el ahorro del recurso hídrico y la educación
ambiental.
En definitiva, la
industria del foodtech se suma hoy a la batalla medioambiental, transitando en
paralelo a caminos más tradicionales, como las energías alternativas, la
gestión hídrica y la reforestación.
Fuente: Biobio.cl