Fuente: CNN
Por Michael Oren, Embajador de Israel en los Estados Unidos de Norte América.
18 de marzo, 2013
Esta semana Barack Obama se embarcará, como presidente, en su primer viaje a israel. La visita le permitirá comprometerse, experimentar y tocar a los israelíes en modos que nos movilizan y refuerzan. Son aparentes pequeños gestos que son inmensamente significativos para los israelíes, y en declaraciones diseñadas para ser esuchadas en toda la región, Obama reforzará la legitimidad de Israel y reasegurará a una nación que enfrenta monumentales desafíos.
Los israelíes saben- justa e indiscutiblemente- que no están solos.
Ese cumplimiento contrastará con los anteriores informes del escepticismo israelí sobre Obama y su compromiso con el Estado judío. Israel está situado en una región común a los tumultos, antisemitismo y terrorismo, y su supervivencia está amenazada, día a día. A pesar que las Fuerzas de Defensa de Israel son formidables, los israelíes necesitan sentir que el líder de nuestro mayor aliado, América, siempre está a nuestro lado. Obama buscó aliviar esas preocupaciones diciendo, en la Asamblea General de Naciones Unidas (septiembre, 2011) que “el pueblo judío forjó un exitoso Estado en su histórica tierra natal”. Una y otra vez confirmó los inquebrantables lazos, entre EEUU e Israel, y su total dedicación a la seguridad de Israel.
Ahora el presidente eligió a Israel como primer destino extranjero de su segundo término. De inmediato, luego de aterrizar, visitará una bateria de sistemas anti-misiles, el Iron Dome. Diseñado por Israel y financiado por el presidente y el Congreso, esa particular batería fue desplegada en el combate de noviembre con Hamas y en el lapso de una hora interceptó un misil terrorista, cuando se dirigía hacia Tel Aviv. El único sistema anti-misiles en la historia, que tuvo éxito en combate, el Iron Dome, salvó vidas y evitó la guerra, logrando el precioso y necesario tiempo del gobierno israelí para negociar un cese al fuego. Mientras hable con los jóvenes soldados del Iron Dome, Obama recordará la promesa de América a Medio Oriente de permitir que Israel se defienda por sí mismo contra todos los enemigos.
Menos dramático, tal vez, pero no menos significativo será la visita del presidente al tesoro del Museo Israel, el Santuario del Libro. Una estructura de techo blando que recuerda las vasijas antiguas en las que fueron escondidos los rollos que allí se exhiben. El santuario alberga los Rollos del Mar Muerto, los manuscritos judíos más antiguos del mundo. Al investigar textos en hebreo compuestos “en” o “alrededor” de Jerusalén, miles de años atrás, Obama señalará un inquebrantable lazo entre el pueblo judío y su antigua tierra.
Ese mensaje fue reiterado en la última visita de Obama. Al ascender al monte, equivalente en Israel del Arlington National Cemetery, el presidente colocará una piedra en la tumba de Benjamin Ze´ev (Theodor) Herzl. Cincuenta años antes del Holocausto, Herzl avisoró la creación de un Estado judío en la tierra de Israel y apadrinó el movimiento sionista.
En 2010, el ex presidente brasilero Luiz Inacio Lula da Silva, abierto amigo de Irán, rechazó rendir un homenaje similar a Herzl. Al hacerlo, sabía que significaba reconocer el inexpugnable derecho del pueblo judío a la autodeterminación en la tierra de sus antepasados. Pero Obama hará justamente eso mientras Medio Oriente observa.
Habrá otros destacados en la visita del presidente. Recorrerá Yad Vashem, el memorial nacional del Holocausto de Israel, no para asociar la creación de Israel con la Solución Final de los nazis sino para reafirmar el derecho de Israel a defenderse de las amenazas genocidas, tales como las realizadas por Irán.
El presidente se dirigirá a una audiencia de cientos de estudiantes de las universidades líderes del país, ávidos de escuchar su visión para Israel y el Medio Oriente y su aprecio por los numerosos logros de Israel en los campos tecnológico y científico.
Más allá de los eventos públicos, Obama se reunirá con el Primer Ministro Benjamin Netanyahu. Contrariando a los informes de prensa, su relación fue abierta y amistosa. Esto señalará su 10º encuentro y, en verdad, Obama dice que conversó con el Primer Ministro con mas frecuencia que con cualquier líder extranjero. Ambos discutirán temas de importancia crítica para la seguridad; recomenzar las conversaciones de paz sin condiciones entre Israel y los palestinos para crear una solución basada en dos estados para dos pueblo, monitorear el arsenal de armas químicas de Siria y evitar que Irán adquiera capacidad de armas nucleares. Presumiblemente, esos temas también serán tratados en las reuniones del presidente en la Margen Occidental y Jordania. El mensaje será el mismo: América permanece comprometida con la seguridad y la paz en Medio Oriente y dedicado a un Estado judío de Israel seguro y reconocido. Israel mostrará su aprecio por esa resolución cuando, el Presidente Shimon Peres, otorgue a nuestro visitante la medalla civil más alta de Israel, la Medalla Presidencial de Distinción.
Cuando a Fuerza Aérea Uno parta del Aeropuerto de Ben Gurion, indudablemente dejará detrás a un pueblo israelí emocionado y reafirmado.