El Mito del Asedio Israelí a Gaza
No hay un "asedio" israelí en la Franja de Gaza. En primer lugar, Gaza tiene fronteras, no sólo con Israel, sino también con Egipto. Hay 13 kilómetros (8 millas) de frontera entre Gaza y Egipto. Ese país, y no Israel, controla el paso de Rafah en Gaza que ha sido utilizado principalmente por personas que viajan desde y hacia Egipto, y de allí al resto del mundo.
Lo más importante, a lo largo de los últimos cuatro años se han permitido la entrada de todo tipo de bienes en Gaza desde Israel, a excepción de armas y una breve lista de productos con doble uso que pueden ser aprovechados por los terroristas. La prohibición de las armas y las restricciones a productos de doble uso se derivan del hecho de que desde 2007, Gaza ha sido gobernado por una organización terrorista, llamada Hamas, cuyo objetivo declarado es la destrucción de Israel. Estas restricciones están ahí con la única meta de proteger a los ciudadanos de Israel de los ataques terroristas en curso de Hamas.
No sólo alimentos, medicamentos, combustible y ayuda entran libremente en todo momento, sino que en tiempos de paz, las materias primas y bienes de consumo de todo tipo pasan todos los días de Israel a Gaza a través del paso fronterizo. Los tipos y cantidades de bienes de consumo están determinadas por los comerciantes palestinos y dependen principalmente de la oferta y la demanda en Gaza. Para los más pudientes, Gaza ofrece una gran variedad de productos de consumo, desde un centro comercial de tamaño mediano hasta restaurantes de lujo. Incluso durante las últimas hostilidades en Gaza, un periodista internacional informó sobre posibilidades de compras en uno de los supermercados de Gaza, que ofrecía "todo tipo de bienes."
Dada la entrada libre de la mayoría de productos, es imposible pretender legítimamente que la Franja de Gaza está sitiada. Por ejemplo, en los primeros cinco meses de 2014, más de 18.000 camiones con casi 228.000 toneladas de suministros entraron en Gaza. En estas entregas se incluían también materiales de construcción: desde enero, más de 4.680 camiones han transportado 181.000 toneladas de cemento, madera, grava, hierro y otros materiales de construcción pasando por el cruce de Kerem Shalom hacia Gaza.
Además de facilitar el traslado de bienes, ayuda humanitaria y combustibles Israel también suministra a la Franja de Gaza con 10 millones de metros cúbicos (2,6 mil millones de galones) de agua anualmente y más de la mitad de su electricidad.
Mientras que Israel se enfrenta a una grave amenaza de los terroristas en Gaza, todavía permite el movimiento supervisado de personas hacía Israel. En los primeros cinco meses de 2014, alrededor de 60.000 personas entraron en Israel desde la Franja de Gaza. Muchos de ellos eran enfermos y sus acompañantes que recibieron tratamiento médico en Israel y en otros lugares, mientras que un gran número de hombres de negocios y comerciantes de Gaza también visitaron Israel.
A la luz de todos estos hechos, no sólo es obvio que Gaza no está sitiada, sino que no es razonable decir que en su conjunto la Franja de Gaza está bajo bloqueo israelí.
Activistas anti-israelíes a menudo nombran el bloqueo marítimo como prueba de un bloqueo general sobre Gaza, pero esto es deliberadamente engañoso.
A día de hoy, Gaza se ha basado casi exclusivamente en los pasos fronterizos terrestres para la importación de bienes: nunca ha tenido un puerto capaz de manejar contenedores de transporte (y sólo tuvo un aeropuerto funcionando durante unos tres años).
El bloqueo marítimo es legal según el derecho internacional. En 2011, un Comité especial convocado por el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, examinó el bloqueo marítimo. El Comité de la ONU encontró tanto el bloqueo naval y su aplicación, incluidas las aguas internacionales, ser legal. Este Comité de expertos hizo hincapié en que toda la ayuda a Gaza debería ser trasladada únicamente a través de los pasos fronterizos terrestres designados.
El Comité constató también que Israel tenía preocupaciones legítimas de seguridad con respecto a la violencia por parte de Hamás y el tráfico de armas hacía Gaza lo que permitió a Israel hacer cumplir el bloqueo naval. Repetidos intentos de contrabando de armas peligrosas a través del mar - incluyendo potentes cohetes de largo alcance de Irán - confirman el hecho de que el bloqueo marítimo es una medida de seguridad esencial.
De hecho, los peligros planteados por Hamás están bien documentados. Es reconocido internacionalmente por la Unión Europea, Australia, Japón, Egipto y los EE.UU como una organización terrorista.
La difícil situación económica de la Franja de Gaza no se debe a un asedio mítico, sino a su gobierno, una organización terrorista reconocida no se dedica al bienestar de su pueblo, sino a la violencia y la destrucción. Cuando Israel se retiró de Gaza en 2005, su aspiración era que la Franja de Gaza se convirtiera en un territorio próspero y pacífico. Estas esperanzas y planes concretos para el desarrollo de Gaza, se vieron frustradas por los ataques terroristas y transfronterizos con cohetes incesantes, sobre todo después de que Hamás tomase el control en 2007.
Por otra parte, los recursos existentes en Gaza son sistemáticamente expoliados por Hamás para sus propios objetivos nefastos. Enormes cantidades de dinero se utilizan para la adquisición y producción de armas, entrenamiento y financiación de los terroristas, la construcción de las infraestructuras terroristas y para el enriquecimiento de los líderes de Hamás. Cantidades inimaginables de cemento fueron desviadas de la construcción de viviendas, escuelas y hospitales para la construcción de una ciudad subterránea de túneles y bunkers de terror para los miembros de Hamás.
A Hamás le gustaría que el mundo crea que lanzó sus cohetes contra ciudades y pueblos israelíes en un intento de "poner fin al asedio." Desearía que la comunidad internacional piense que está actuando en interés de los residentes de Gaza. Nada podría estar más lejos de la verdad.
Si Hamás se preocupara por el bienestar de los civiles en Gaza, no habría iniciado las hostilidades actuales con sus ataques de cohetes. Habría aceptado el alto el fuego propuesto por Egipto el 15 de julio (antes de que comenzara la operación terrestre), salvando muchas vidas en ambos lados. Habría respetado los numerosos altos el fuego humanitario que Israel inició en beneficio de los residentes de Gaza. Lo más revelador, no habría lanzado cohetes asiduamente y ataques con morteros en el cruce fronterizo de Kerem Shalom, el principal punto de entrada a Gaza para bienes y ayuda humanitaria.
Lo que realmente preocupa a Hamás es avanzar en su agenda para destruir a Israel. Esta organización terrorista busca acabar con cualquier tipo de control o supervisión sobre la entrada y salida de Gaza para que puedan importar libremente armas ofensivas, incluyendo cohetes de largo alcance, explosivos, tecnologías militares, instructores para terroristas, fondos y suministros para sus infraestructuras terroristas. Ninguna de estas cosas ayudarían a los residentes de Gaza; sino que sólo servirá para encender conflictos futuros.
Fuente: CIDIPAL