Por: Oren Bar El, Embajador de Israel
Acuerdo con Irán: ¿esperanza o riesgo?
El acuerdo supone que Irán no obtendrá o construirá armas nucleares bajo ninguna circunstancia, e impone nuevas provisiones para inspecciones en instalaciones iraníes, incluyendo centros militares.
El acuerdo firmado refleja la esperanza de un Irán respetuoso de todas las reglas, y la voluntad mundial de estabilizar una zona turbulenta. Sin embargo, aún persiste el temor que Irán continuará con sus mentiras y manipulaciones y que no deje al lado sus posturas bélicas, como la mostrada hace unos días en las calles de Teherán, en las que manifestantes orquestados por el régimen extremista quemaban banderas de Israel, Estados Unidos, Arabia Saudita y el Reino Unido al son del grito “Muerte a Israel”, “Muerte a Estados Unidos”.
Desde el punto de vista de Israel, el acuerdo posee puntos débiles que parecen muy técnicos pero que representan grandes preocupaciones.
Por ejemplo la colocación de restricciones parciales por un número limitado de años y en áreas restringidas solo pospone la obtención de una capacidad nuclear militar. Cuando estas limitaciones terminen, Irán será capaz de aumentar su capacidad de enriquecimiento nuclear.
El acuerdo no excluye significativamente la carrera militar nuclear de Irán, la cual aún quiere dominar. También cuenta con los medios adecuados de entrega (misiles balísticos y misiles guiados avanzados). Peor aún, el acuerdo no garantiza un mecanismo de supervisión y verificación suficientemente estricto del tipo “en cualquier momento y en cualquier lugar”. Incluso bajo las salvaguardias de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Irán será capaz de seguir engañando, evadiendo y ocultando. Vale la pena mencionar que Irán ha alcanzado su capacidad nuclear avanzada encubiertamente, a pesar de los mecanismos de salvaguardias de la AIEA.
Como parte de los beneficios económicos del acuerdo, Irán tendrá acceso a fondos congelados (que podrían ascender hasta 150 billones de dólares). Parte de estos fondos serán utilizados para incrementar las actividades subversivas de Irán en la región y su apoyo al terrorismo contra Israel y sus vecinos, así como para fortalecer el mando de los ayatolás. Las actividades subversivas de Irán en Irak, Siria, Líbano y Yemen solo aumentarán disfrutando de una percibida legitimidad internacional derivada de este acuerdo, lo que no ayudará a calmar la zona.
El acuerdo le permite a Irán continuar el enriquecimiento de uranio que no refleja ninguna “necesidad práctica” para el uso civil. Estas capacidades han sido adquiridas por el engaño, ocultación, y por encima de todas las violaciones recurrentes de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
En resumen, a pesar de las buenas voluntades del grupo P5+1 y su compromiso para un mundo seguro y tolerante, mucho depende de una actitud recíproca de la parte de Irán, y la triste realidad de los últimos años nos muestra que esa no es costumbre de su actual régimen.