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“Quiero más estudiantes del exterior”

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    Nota de AJN.- La semana pasada visitó la Argentina el destacado científico Joseph Klafter (foto), quien preside la Universidad de Tel Aviv, la “más floreciente de Israel” porque en los últimos cuatro años recibió “a más de doscientos profesionales nuevos, sobre todo israelíes que volvieron de sus posdoctorados en el exterior y son la sangre nueva y el futuro de la ciencia” de su país, según aseguró a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
  • Joseph Klafter, Presidente de la Univ. de T.A.
     
    Esta doble y simultánea condición no es extraña, sino todo lo contrario porque según la Constitución de esa entidad, su titular “debe ser un científico o una personalidad que pueda mostrar liderazgo” en esa materia explicó, si bien su “parte investigadora quedó un poco relegada porque dirigir una universidad con 30.000 estudiantes, más de mil profesionales y 1.500 administrativos también toma su tiempo…”, admitió.
    “Pero aun así, todavía doy disertaciones científicas y soy invitado a congresos, a los cuales concurro cuando puedo; de todos modos, mi prioridad y responsabilidad es dirigir la Universidad de Tel Aviv y llevarla adelante”, subrayó el experto en física y química, quien asumió el cargo quinquenal en octubre de 2009 y puede ser reelecto.
    Tal vez lo más novedoso de todo lo que contó Klafter a AJN fue el desarrollo de intercambios científicos con China e India, que tiene como cúspide, por ahora, la firma de “un acuerdo muy grande para establecer un instituto conjunto con la Universidad de Xinhua, la número uno de China”, el 10 de septiembre, en ese país.
    “Recorrieron el mundo y cuando llegaron a Israel decidieron que ése era el lugar y se unieron a nosotros; será un proceso que tomará varios años, pero comenzará el mes que viene”, destacó.
     
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    “Somos un país pequeño y muy lejano, pero a pesar de eso recibimos a científicos de todo el mundo, que quieren trabajar en conjunto, y a comparación de China, India y Corea, tenemos una enorme ventaja: quizás ellos estudien de un modo más sistemático y sus estudiantes sean más obedientes, pero creo que la cultura israelí de innovación, de no temerle al fracaso y de plantearse dudas es lo que los atrae a nosotros para una interacción entre los recursos humanos de ambos lados”, conjeturó el científico nacido “al final de la Segunda Guerra Mundial, de padres que huyeron de Eslovaquia”, que está casado desde la década del ’70 y tiene un hijo, una hija y dos nietas.
    “Hoy, la de Tel Aviv es la universidad central de Israel, si observo adónde vienen a buscar graduados y profesionales; y la combinación entre la centralidad de la universidad y Tel Aviv puede resultar un imán para los jóvenes, que buscan un lugar cálido, no desde el punto de vista de la temperatura, sino cultural e intelectualmente porque es una de las primeras ciudades en el ranking, por este aspecto y las innovaciones”, aseveró.
    “Estamos trabajando bien, pero debemos hacerlo mejor, y creo que nos ayudaría que cambiase la situación política”, se lamentó el ex presidente de la Fundación Israelí de Ciencia entre 2002 y 2009.
    Vinculado con ello, “sin duda Israel debe ‘vender’ arte, literatura, teatro y ciencia; creo que la Cancillería debería pagarnos por el trabajo que hacemos, pero solo les preocupa la política”, agregó.
    Entre los últimos logros de la Universidad de Tel Aviv “establecimos en muy poco tiempo un cibercentro, que debe ser el primero en Israel, vinculado con la administración y la seguridad de los datos, algo que nos involucra a todos, y todo el campus de la universidad -Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias Exactas- puede tomar un curso al respecto según su nivel”, se enorgulleció Klafter.
    Además, “recientemente abrimos un Centro de Estudios Mediterráneos, que incluye Ingeniería, Ecología, Biología marina, Ciencia Política e Historia, y también fuimos los primeros en inaugurar una Facultad para Estudios del Cerebro, donde educamos a los estudiantes a centrarse” en el tema, con “un futuro de gran éxito”, auguró.
    “La Universidad de Tel Aviv también tiene la mayor cantidad de programas internacionales en inglés y somos la única que tiene tres carreras (en ese idioma), que dan títulos de grado y están completas: Artes liberales, que empezó hace un año, con más de 60 estudiantes, casi sin hacer marketing; ahora se abrió Electroingeniería, de 4 años; hace 35 años que tenemos un doctorado en Medicina dedicado a Norteamérica; y tenemos unos trece programas de doctorado en inglés”, detalló su presidente.
    “La matrícula de la universidad es la mayor del país, a pesar de que es de las más jóvenes: unos 16.000 estudiantes de títulos de grado, de los cuales 1.500 son del exterior, y otros 14.000 de doctorados; diría que el número de extranjeros, sean o no judíos, no es pequeño, pero tampoco demasiado grande, y me gustaría que fueran muchos más” porque “la cantidad de judíos de los Estados Unidos e incluso de Latinoamérica que recorren el mundo es grande, pero no vienen tantos a Israel”, a pesar de “su calidad educativa”, se quejó.
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    Por ello, “una de las cosas que quiero mejorar en esta visita es la predisposición a mandar estudiantes a Israel, sean o no judíos, para crear embajadores de buena voluntad que conozcan el país no solo a través de las noticias, sino que tengan contacto con el lugar”, propuso el autor de 18 libros y unos 400 artículos científicos.
    Respecto de su carrera, Klafter relató a AJN que en 1978 concluyó su doctorado en Química en la Universidad de Tel Aviv, “bajo la supervisión de un científico muy conocido y ex titular de la Academia Israelí de Científicos, el profesor (Joshua) Jortner”, y tras su finalización hizo un posdoctorado de dos años en el MIT (sigla en inglés del estadounidense Instituto de Tecnología de Massachusetts), “con un trabajo muy importante que motivó una invitación irrenunciable de la entonces compañía de energía Exxon para una investigación”.
    Allí estuvo ocho años -en principio era el único israelí- hasta que le propusieron regresar a la Universidad de Tel Aviv en 1987, donde está desde entonces.
    “Mi investigación principal se ocupa de la dinámica de la naturaleza, lo cual incluye todos los aspectos que involucran movimientos aleatorios, y quedó claro que faltaba una teoría que describiera todos esos comportamientos, desde las moléculas de las células biológicas hasta los seres vivos”, razón por la cual “planteamos modelos y formulaciones” al respecto, especificó.