Yom Kipur marca el final de los “Diez Días del Arrepentimiento” o “Días Terribles” y ofrece a los judíos la última oportunidad de obtener el perdón y la absolución de sus pecados del año anterior. Según las creencias de los judíos, en Yom Kipur se somete a juicio a todas las personas para el año venidero. Para ser merecedor del perdón de los pecados, el día se dedica al arrepentimiento espiritual y se adopta el compromiso de iniciar el año nuevo con la conciencia limpia, desde la seguridad de saber que Dios perdona a todas las personas que se arrepiente de verdad de sus malos actos.
La idea de la purificación se lleva a cabo con el ayuno: el día de Yom Kipur, los judíos practicantes ayunan desde la noche del día santo hasta la noche siguiente. Al contrario que otros días de ayuno de la fe judía, Yom Kipur se respeta plenamente aunque coincida con el Shabat. Yom Kipur es el único día del calendario judío en que hay cinco servicios de oración.
Aunque la festividad no está relacionada directamente con ningún acontecimiento histórico, algunos creen que este fue el día que Moisés bajó del Monte Sinaí con las segundas tablas grabadas con los Diez Mandamientos y que el Señor perdonó a los israelitas por el pecado del Becerro de Oro. Se trata de una festividad que tiene su origen en la Torá, donde se denomina Shabat de Descanso Solemne, un día en que no se puede realizar ningún tipo de trabajo productivo, como en Shabat.
Si bien la mayoría de la población judía de Israel no es practicante, Yom Kipur sigue siendo un día especial para todos y conserva su carácter singular. Muchos judíos que se autodenominan seglares y no visitan la sinagoga en todo el año acuden a los servicios de oración este día especial, y muchos, además, respetan el ayuno total o parcialmente.