La investigación, realizada en los últimos años en el hospital universitario Hadasa Ein Karem de Jerusalén, ha conseguido frenar por completo el avance de la enfermedad en algunos pacientes y en otros ha logrado incluso que se produzca una ligera mejoría en los músculos degenerados, informa la edición electrónica del diario israelí Yediot Aharonot.
“El problema con la ELA y enfermedades similares es que un grupo de células nerviosas se degenera hasta morir de forma irremediable”, explicó el profesor Eldad Melamed, científico de la Universidad de Tel Aviv que participa en el proyecto, alentado por la empresa privada israelí Brainstorm.
La esclerosis lateral amiotrófica, que padece por ejemplo el científico británico Stephen Hawking, es también conocida como la Enfermedad de Lou Gehrig y en Francia como Enfermedad de Charcot. Se origina cuando las motoneuronas dejan de funcionar y van causando una parálisis muscular que acaba en la muerte a los pocos años.
Una técnica compleja, aún experimental Melamed explicó que la investigación ha sido muy difícil debido a que se desconocen las causas por las que estas neuronas dejan de funcionar y comienzan el proceso degenerativo, por lo que decidieron trabajar sobre las células madre del propio paciente. “Las cogemos de la médula ósea, las limpiamos y las reproducimos en grandes cantidades. Después las tratamos con un proceso químico que las convierten en neuronas y las inyectamos en la espina dorsal y en los músculos afectados”, explicó sobre la técnica que ha desarrollado su empresa, que cotiza en la bolsa de Nueva York.
Los resultados que aseguran haber conseguido oscilan entre haber frenado la enfermedad en algunos pacientes y haberla detenido por completo en otros. El diario afirma que la nueva técnica abre una ventana al optimismo para miles de pacientes, pero que está aún en fases preliminares de investigación y debe completar ensayos clínicos en Israel y en Estados Unidos.