El abono anual a este programa no supera los 280 shékels (unos 75 dólares), colaborando a reducir los embotellamientos de tránsito y la polución urbana, mientras alienta el ejercicio y el ahorro de combustible. Las estaciones de amarre fueron emplazadas según criterios de centralidad, accesibilidad y cercanía a las sendas de bicicletas; de acuerdo a estudios realizados por el departamento de matemáticas de la Universidad de Tel Aviv sobre los patrones de movimiento.
En Tel Aviv, un 45% de los habitantes posee una o más bicicletas, un 12% de quienes viven en el centro de la ciudad se moviliza principalmente en ellas, y el 5% de sus pobladores llega así a su trabajo. A pesar de ello, y gracias a la organización vial, el número de ciclistas heridos en accidentes de tránsito disminuyó un 50% en los últimos diez años. Vea este clip informativo sobre el proyecto.