Sello encontrado en Tel Beit Shemesh

Sello encontrado

  •   En Tel Beit Shemesh
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    Un sello de piedra encontrado en Tel Beit Shemesh, antigua frontera entre Judea y Filistea, podría ser la primera evidencia arqueológica de la historia del bíblico Sansón. El sello (1,5 centímetros), representa a un animal de gran tamaño junto a una figura humana. Data  de once siglos antes de la era común, en el  período de los jueces bíblicos, entre ellos Sansón. La  escena  recuerda la historia de Sansón -en el libro de Jueces- luchando contra un león. Pero los directores de la excavación, el Prof. Shlomo Bunimovitz y el Dr. Zvi Lederman de la Universidad de Tel Aviv, no están  seguros  que la figura humana que aparece sea la de  Sansón. La proximidad geográfica a la zona donde vivía Sansón y el hecho de que luchase con un león son los  elementos que conectan el sello con el texto bíblico.  No muy lejos de Beit Shemesh, se encuentra Tel Batash (Timna bíblica), donde vivía la mujer de Sansón. Como la Biblia lo dice, Sansón estaba en camino a su fiesta de compromiso cuando “un león joven rugió contra él” (Jueces 14:5).  Según la Biblia, después de que Sansón mata al león, se convierte en la fuente de uno de los enigmas más famosos de la historia. Sansón le regala a los invitados de su despedida de soltero esta frase: “Del que come salió comida y del fuerte salió dulzura “(Jueces 14:14).
     Dos estructuras del mismo período fueron descubiertas. Tal vez se utilizaban con fines rituales. Se  encontraron en el lugar una especie de mesa en la que numerosos huesos de animales fueron desenterrados (tal vez un altar de sacrificios). Los expertos pueden determinar la frontera entre las dos culturas por medio de los huesos de animales que encuentran cerca del sitio. En las excavaciones a pocos kilómetros al oeste de Beit Shemesh, un gran número de huesos de cerdo se hallaron  mostrando el tipo de comida que la gente en esa área consumía, mientras que en Tel Beit Shemesh muy pocos de esos huesos fueron desenterrados, y desaparecieron en el siglo XI AEC.  Según Bunimovitz, los filisteos comían carne de cerdo, cuando llegaron desde el Egeo. A partir de entonces,  la población local dejó de comer carne de cerdo para diferenciarse de los recién llegados.
    Las historias bíblicas que reflejan a Beit Shemesh, un papel de frontera añade un aire mítico con el proceso social en el que los dos grupos hostiles perfeccionaban sus identidades separadas, algo que ocurre a lo largo de las fronteras de muchos países hoy en día.
     
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