¿quién obligará a Siria a desprenderse de sus armas químicas? el caso Irak y Libia

 Qué podría esperarse al monitorear a Siria?

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    ¿quién obligará a Siria a desprenderse de sus armas químicas? el caso Irak y Libia
    Por Dore Gold
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    ·         Expertos en armas señalan los éxitos de Occidente tanto en Irak como en Libia al destruir grandes arsenales. Sin embargo, hay ciertos problemas con los que los inspectores tuvieron que lidiar durante los años en común con todos los intentos de tomar el control de las armas de destrucción masiva de regímenes canallas en  Medio Oriente.
    ·         Los términos de cese al fuego, que pusieron fin a la Guerra del Golfo, en 2001;  la Resolución 687 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigió que Irak aceptara la destrucción de todas las armas químicas y biológicas. Una disposición clave fue el requerimiento que Irak presentara, en el lapso  de 15 días, la  declaración sobre las ubicaciones,  cantidades , tipos de armas químicas y biológicas que poseían.
    ·         Irak retrasó, durante años,  cumplir con esta básica premisa. Las cantidades de agentes químicos que Irak eventualmente destruyó no tuvieron significado a menos que se evaluasen  contra las cantidades que Irak tenía, cuando comenzó,  en su poder.
    ·         Como otros estados  canallas de Medio Oriente, Siria no tendrá interés en revelar el alcance de su arsenal químico. La decepción y el ocultamiento  siempre fueron  parte del proceso de control de armas entre esos  estados y no hay razón para suponer que Siria será diferente.
    ·         Mientras que el arsenal químico de Siria está concentrado en zonas tomadas por el gobierno, las rutas de acceso a lugares sospechosos requerirá que, los inspectores de armas, se muevan a través de territorios tomados por grupos de la oposición.
    ·         En base a la experiencia pasada podría esperarse que, con el tiempo, las condiciones políticas - que llevaron al acuerdo entre EEUU y Rusia- tal vez  se erosionen. Rusia y Siria, tal vez, usen la diplomacia para ayudar a disipar la amenaza del uso de la fuerza, que fue un pivote para crear las condiciones para obtener el acuerdo con el cual comenzar.
    El anuncio del 14 de septiembre que,  EEUU y Rusia, alcanzaron  un acuerdo sobre la eliminación de armas químicas en Siria no sería el primer intento para lanzar un ambicioso proceso para ganar el control de las armas de destrucción masiva de regímenes canallas en Medio Oriente. De hecho, luego que los inspectores buscasen prohibir las armas de destrucción masiva en Irak, Irán y Libia, el mundo acumuló  experiencia en el control de armas en Medio Oriente,  que debería ser cuidadosamente estudiado a fin de anticiparse a las dificultades que,  la comunidad internacional, confronte – tal vez -  en el caso sirio.
    Hubo, en los últimos días,  cantidad de intentos para observar las experiencias pasadas en control de armas. Pero no hay una visión uniforme sobre  si las lecciones de Irak y Libia pueden aplicarse a Siria. Por ejemplo, un análisis en el Financial Times aseveró: “Libia no ofrece un modelo para poner fin a la amenaza de armas químicas en Siria”. Eso contrastó con la relativa apertura del régimen libio a las agencias de inteligencia occidentales (una vez que Muammar Qaddafi decidió revelar sus programas de armas de destrucción masiva) frente al ámbito cerrado en Siria,  cuando las agencias internacionales intentaban probar sus capacidades no-convencionales.
    “The Washington Post”  presentó un enfoque diferente que  tituló “Lecciones de Irak, Libia ocupa un lugar preponderante”; citando a expertos en armas que señalan los éxitos de Occidente, tanto en Irak como en Libia,  al destruir grandes arsenales  de armas. Con independencia de las circunstancias,  únicas en cada uno de esos casos de desarme de armas de destrucción masiva, hay ciertos problemas que los inspectores de armas enfrentaron  durante los años en común en todas esas situaciones.
    1.       Esfuerzos para evitar establecer la  base en  cantidades de armas.
    El quite del arsenal de armas de destrucción masiva en Irak, incluyendo las  químicas, fue resultado directo de la victoria de la coalición,  liderada por EEUU,  en la Guerra del Golfo en 1991, librada luego de la invasión iraquí en Kuwait. Los términos del cese al fuego,  que pusieron fin a ese conflicto,  aparecen en la Resolución 687 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, adoptada el 3 de abril de 1991. La Resolución 687 exigía que Irak aceptara la destrucción de todas las armas químicas y biológicas. Prohibía que Irak desarrollara armas nucleares. De manera significativa, la Resolución 687 se refería a los sistemas de transmisión de armas químicas. Instaba a la eliminación de todos los misiles iraquíes,  con un alcance de 150 kilómetros.
    Una disposición clave en la Resolución 687 fue el  requerimiento que Irak presentara, dentro de los 15 días de la adopción de la resolución, una declaración de ubicaciones, cantidades y tipos de armas químicas y biológicas que poseía. Estas, se suponía,  eran “declaraciones “completas, finales y totales”. Sin embargo, Irak demoró en cumplir con ese básico requerimiento no días o semanas, sino años.
    De hecho, no hubo declaraciones completas, finales y totales siete años después en 1998. El 8 de noviembre de 2002, ONU adoptó la Resolución 1441, que instaba a Irak a presentar una declaración “actual precisa, exhaustiva y completa” de todos los elementos de sus programas de armas prohibidas, repitiendo la esencial, aunque incumplida,  demanda de la Resolución 687 de los once años  anteriores.
    En verdad, Irak destruyó 700 toneladas de agentes químicos y 3600 toneladas de precursores químicos para fabricar armas químicas. Pero,  las cantidades de agentes químicos que,  Irak,  destruyó no tenían sentido a menos que fueran medidos contra las cantidades que Irak tenía en su poder cuando comenzó. Al dejar la  base de sus armas químicas en forma vaga, Irak  podría mantener escondidas reservas de esas  armas, tanto escondiéndolas como transfiriéndolas a otro país. En un punto, el Ministro de RREE iraquí, Tariq Aziz confirmó que Irak destruyó muchas armas prohibidas como ojivas de misiles;  a fin de esconder el tamaño real y el alcance de su programa de armas de destrucción masiva. Por ejemplo, Irak quiso que el mundo creyera que no tenía ninguna capacidad de fabricación para producir el agente VX nervioso (reclamo que los inspectores de ONU desaprobaron).
    Por tanto, la conformidad con los requerimientos más básicos de las resoluciones de ONU sobre la eliminación de un componente clave de las armas de destrucción masiva de Irak, su arsenal, probó ser esquivo. El Secretario de Estado, John Kerry, anunció en Ginebra (Suiza), el 14 de septiembre, que alcanzó un acuerdo con los rusos según el cual  Siria tenía una semana para proveer un “listado abarcativo” de sus armas químicas. El registro del comportamiento iraquí hace que la conformidad siria  exija que hoy sea  difícil de imaginar.
     
    2.       Esfuerzos por  ocultar las evidencias y estorbar las inspecciones
    Como firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear, Irán iba a cooperar con el régimen de inspección establecido por la Agencia Internacional de Energía Atómica. Pero, durante los años, la  táctica iraní favorita hizo que, esas inspecciones,  fueran más difíciles y que se tomara ventaja del retraso en toda visita de AIEA para manosear la evidencia en un sitio sospechoso.
    Este fue el caso del sitio Kalaye donde AIEA dudaba que los iraníes tuvieran una instalación de enriquecimiento piloto. Teherán rechazó autorizar a los inspectores  tener acceso al sitio y demoró la  inspección,  desde febrero a agosto de 2003. Cuando finalmente se realizó la inspección, el principal edificio sospechado estaba limpio y vuelto a pintar.
    Otro sitio destacado,  disputado por Irán que involucraba a AIEA,  fue la instalación Lavizan-Shian, donde Teherán logró posponer toda inspección durante un mes, de marzo a abril de 2004. Mientras tanto, los iraníes arrasaron seis edificios y los enterraron,  a una profundidad de 1 a 2 metros, haciendo más dificultoso que los inspectores tomaran muestras de suelo.
    En el caso iraquí, antes de las inspecciones por parte de la Comisión Especial de Naciones Unidas (UNSCOM), los Estados  - que fueron amigables al régimen en Bagdad- alertaban, con frecuencia, a las autoridades iraquíes, que  llegarían al sitio sospechoso antes que Naciones Unidas. Durante los noventa, Saddam Hussein usó una unidad conocida como “La Guardia Republicana Especial” para limpiar sitios y ocultar evidencias de capacidades químicas residuales”.
     
    3.       Tratando de neutralizar la amenaza de la fuerza
    La amenaza del uso de la fuerza estuvo en todos los antecedentes de ruptura de control de armas en Medio Oriente, con regímenes canallas en los últimos 20 años. Como ya se destacó, la Resolución 687 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que llamó al desarme de Irak de armas de destrucción masiva fue la resolución de cese al fuego que puso fin a la Guerra del Golfo.
    Implícita en la Resolución 687 estaba la amenaza que, si Saddam Hussein no cumplía con las cláusulas de desarme, EEUU y sus socios de coalición reanudarían  las operaciones militares. Después de todo, la Resolución 687 fue adoptada bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que significó que el Consejo de Seguridad reforzó los poderes, en caso que fuera violada, lo que podía ejercer por sí mismo o a través de estados miembro de Naciones Unidas. Irak consideró que  la amenaza de reanudación  de hostilidades estuvo siempre presente.
    En 1991, Rusia apoyó a la coalición liderada por EEUU. 15 años después,  el rol ruso en  la redacción de resoluciones de Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza contra regímenes canallas,  cambió. Por  tanto,  cuando el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la Resolución 1696 (31 de julio, 2006), exigió que Irán detuviera su programa de enriquecimiento de uranio y lo hizo solo en referencia a la aguada versión del capítulo VII: La resolución fue adoptada bajo el artículo 40 del Capítulo VII, pero no bajo el Artículo 42, que contenía la amenaza del uso de la fuerza.
    El embajador ruso en ONU, Vitaly Churkin explicó que la nueva resolución sobre Irán “reglamentaba el uso de fuerza militar”. Con esta postura rusa modificada, se hizo  más difícil mantener  la presión sobre Estados como Siria o Irán que desafían las resoluciones vinculantes de ONU o las normas internacionales. Rusia es poco probable que cambie el curso sobre Siria y apoye el uso de la fuerza en caso que el régimen sirio no cumpla con sus obligaciones bajo una nueva Resolución del Consejo de Seguridad de ONU.
    En 2011, el Presidente ruso Dmitry Medvedev criticó a OTAN por tomar la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de ONU, que establecia una zona no aérea para propósitos humanitarios sobre Libia, y usarla para autorizar operaciones terrestres contra Muammar Qaddafi. Hasta el día de hoy, Moscú siente que fue decepcionado por Occidente.
     
    4.       Conclusiones
    En resumen, muchos analistas miran  las experiencias pasadas de Occidente con Irak y Libia a fin de anticipar solo cómo funcionará el desmantelamiento del arsenal de armas químicas de Siria. Muchos ya señalan los obstáculos que enfrentarán. Por ejemplo, mientras el arsenal químico de Siria está concentrado en zonas tomadas por el gobierno, el acceso de rutas hacia lugares sospechosos requerirá  que los inspectores de armas se muevan a través de territorios tomados por grupos de oposición.
    En base a la experiencia pasada, podía esperarse que,  con el tiempo, las condiciones políticas - que llevaron al acuerdo entre EEUU y Rusia-  se erosionen. Como otros estados canallas de Medio Oriente, Siria no tendrá interés en revelar,  por completo, el alcance de su arsenal químico, si decide (o no)  transferir, de manera clandestina,  parte de ese  arsenal a Irak o Líbano, como algunos sugirieron.
    La decepción y el ocultamiento siempre fueron parte del proceso de control de armas entre esos  estados y no hay razón para suponer que, con Siria,  sea diferente.  
     
    Al final siempre hay un problema que surge cuando la amenaza del uso de la fuerza se disipa. Rusia y Siria misma, tal vez,  usen la diplomacia para hacer que ese mismo proceso ocurra.
     
    17 de septiembre, 2013