DISCURSO DEL EMBAJADOR JONATHAN PELED, EN LA CONMEMORACION DE LAS VICTIMAS DEL HOLOCAUSTO
Día del Holocausto (Quito 27/1/14
El Estado de Israel fue establecido en 1948, tres años después de la liberación de los campos de exterminación Nazis y del fin de la II Guerra Mundial.
Después de 2000 mil años se creó de nuevo un hogar para el Pueblo Judío, en su tierra, que podía absorber a los miles de sobrevivientes del Holocausto, que casi ningún otro país estaba dispuesto a recibir.
Hoy en el día internacional del Holocausto, vengo aquí como judío, como israelí, como descendente de abuelos y padres checos sobrevivientes y sobre todo como representante del Estado de Israel, para decirles- Nunca Más. Recordamos hoy a los 6 millones de Judíos que perecieron en la Shoah y a todos las victimas del horror Nazi, entre ellas las víctimas de la liquidación inconcebible de la población de Lidice, en el entonces Czechoslovakia.
Sabemos bien que no es suficiente solo rendir homenaje a estas víctimas sino que tenemos también el deber de tomar acción contra toda forma de discriminación, racismo, xenofobia y antisemitismo donde y cuando se ocurren. Es también nuestra obligación y responsabilidad de ensenar a las nuevas generaciones lo que ha pasado cuando no se haya tomado acción y para que se nunca volverá a pasar. No es suficiente inculcar los valores universales de la paz, la libertad, la tolerancia y el respeto mutuo, sino también, defenderlos.
El Presidente de Israel Shimon Peres, enfrento al Parlamento Alemán (el Bundestag) en ese día hace 4 años, y dijo que el día internacional del Holocausto no solo representaba un día en memoria de las víctimas, sino representaba también la tragedia que derivaba de la dilación del mundo en tomar acción.
Sin embargo, durante este periodo oscuro en la historia de la humanidad, había algunas chispas de luz:
Ecuador ha sido uno de pocos países que aceptaba recibir judíos durante la II Guerra Mundial y uno de sus ilustres ciudadanos y diplomáticos, Manuel Antonio Muñoz, que fue recién reconocido como Justo entre las Naciones, no dudaba en tomar acción, arriesgando su vida, para salvar judíos.
La terrible historia de la masacre de Lidice también ha dejado su marca e impacto en Ecuador así como en Israel y en todo el mundo. La semana pasada, visitando aquí la Capilla del Hombre no pude no quedarme impactado de la obra de Oswaldo Guayasamin en homenaje a las víctimas de Lidice.
Es solo digno y apropiado entonces, que se dedica una plaza en Quito en homenaje a los habitantes de Lidice y que se enlace en ese día de conmemoración.
La tragedia de Lidice constituye en cierta manera un eslabón más en el largo y profundo nexo entre el Pueblo Judío y el Pueblo Checo. Nuestros dos pueblos compartimos una historia gloriosa y trágica, basada en valores comunes y una cultura entrelazada si es el Golem de Praga o Franz Kafka o si es Terezienstadt o la provisión de armas en la Guerra de Independencia de Israel. Esta afinidad y amistad sigue vigente y fuerte hoy día entre la Republica Checa y el Estado de Israel.
Reunidos aquí, representantes de los tres países y pueblos Ecuador, la Republica Checa e Israel en ese día mundialmente designando por las Naciones Unidas, muestra que no hemos olvidado y manifiesta nuestro compromiso de tomar acción y hacer lo que todas las víctimas del Holocausto esperarían de nosotros.
יהי זכרם ברוך לעדQue sus memorias sean bendecidas por siempre